Gilberto González mimo y bailarín a un año de integrarse al elenco del legendario ‘Cirque du Soleil’

González opina que nos
encontramos en un momento
importante para hacer
despuntar las artes
escénicas en México
Foto: Cortesía CONACULTA

Ciudad de México.- 8 de Enero del 2008.- (Homero Bazán/CONACULTA) A casi un año de integrarse al elenco internacional del legendario Cirque du Soleil, el bailarín y mimo Gilberto González considera que tener uno de los papeles protagónicos en la obra Saltimbanqui, con la que esta compañía recorre diversos países del orbe, representa una de las mayores plataformas de proyección de las artes escénicas.

 

En enero del año pasado, González audicionó para los directivos de la compañía, después de que éstos lo contactaran tras haber visto su actuación en el Mercado de las Artes de Québec, al que viajó por invitación del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. La prestigiada agrupación selecciona cada año a un solo ejecutante de entre 10 mil a nivel mundial.

 

González inició su carrera a los 13 años en diversas obras teatrales y más tarde se formó en el Centro Universitario de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México. Recordó cómo al comienzo de sus estudios solía mostrar justificantes médicos falsos para no cursar la materia obligatoria de danza, expresión con la que, según sus palabras, no se sentía aún identificado. Sin embargo, años después se encontraría formando parte de importantes compañías dancísticas y trabajando bajo las órdenes de reconocidos coreógrafos. En 1998 fue ganador en la rama de coreografía del premio INBA-UAM. El mismo año recibió la beca como Ejecutante en danza contemporánea del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

 

Comentó que en estos primeros meses de ensayos y presentaciones en la sede del Cirque du Soleil, ubicada en Canadá, ha constatado el altísimo nivel artístico que ha mantenido la compañía aun con los embates del fenómeno globalizador. Considera que los espectáculos muestran tramas muy complejas y se han convertido en un faro colorido que toca los corazones de la gente en los cinco continentes.

 

Recuerda sus inicios como mimo en diversas plazas del Distrito Federal, donde pasaba el sombrero junto con otros artistas callejeros. Hoy, como estelar en los mejores escenarios del mundo, considera que ese aprendizaje fue vital para descubrir una relación más cercana con la gente

 

“En cierta forma trabajar para los públicos más diversos en lugares como Coyoacán me ayudó a tener una mayor conciencia del humor, así como de mis límites y alcances físicos. En este sentido, la danza se integró en mí como un elemento fundamental para mis proyectos escénicos. Existe una magia en la expresión corporal que desarrolla el fenómeno empático entre el intérprete y el público”.

 

Desde 1998, el becario dirige al grupo escénico y coreográfico Onírico, una compañía que en su opinión fue conformada de forma muy ecléctica y cuyos integrantes han experimentado con  distintas disciplinas artísticas. En la actualidad se encuentran en la búsqueda de un espacio para estrenar el nuevo proyecto escénico.

 

“Ésta es la triste realidad de quienes nos dedicamos a esta manifestación artística. En ocasiones, cuando existen varias expresiones relacionadas en una sola propuesta, los críticos te ubican como performancero; o por el contrario, si saben que presentarás una coreografía, quizá te presten un teatro o un auditorio para estrenar tu trabajo durante un único fin de semana. La coreografía requiere de temporadas y fechas precisas para lograr posicionarse entre el público. No obstante, el apoyo que otorga el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través de sus programas impulsa lo más importante, el trabajo artístico, la única razón por la que todos los creadores seguimos en la marcha y fieles a este camino”.

 

Sobre su interacción con los miembros de la compañía procedentes de todo el mundo, afirmó estar sorprendido por el conocimiento que existe en otros países sobre las artes escénicas mexicanas.

 

“Los bailarines extranjeros me han comentado sobre el alto nivel técnico que han encontrado en los exponentes mexicanos. Creo que tenemos las bases para conquistar los circuitos internacionales en las artes escénicas, de ahí la importancia de continuar con el apoyo para la danza”.

 

Con respecto a la compañía Onírico, Gilberto González dijo que ha realizado diversas juntas con el elenco para crear un plan de ensayos y presentaciones durante su ausencia. “Onírico es un grupo que sigue, independientemente de las oportunidades que se presenten para cada integrante. Creo que nos encontramos en un momento importante para hacer despuntar las artes escénicas en México y por ello el grupo va a seguir con su proyecto de enaltecer nuestras expresiones escénicas”, concluyó González.

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