Apuesta por microfinancieras

POR LA ESPIRAL
Claudia Palencia

-Apuesta por microfinancieras
-BID les apoya en A.L
-Banxico también cree en ellas

    “A los queridos amigos lectores y sus familias,  sinceros deseos de salud y amor. Agradezco otro año más de entablar contacto con ustedes por medio de esta columna. Feliz Navidad”.

    Primero fueron las Cajas de Ahorro las que entraron a cubrir los huecos dejados por la Banca en México, después de la experiencia en Bangladesh del Grameen Bank, de Mohammed Yunus, las microfinancieras son la nueva esperanza para la gente en la informalidad y la pobreza.
    En México, donde la informalidad es un lastre para la formalidad y legalidad,  el que las autoridades financieras aprueben el fomento de estas nuevas figuras del microcrédito es muy importante sobre todo para la microeconomía, su regulación, transparencia y sano desempeño.
    En muchos rincones del país actúan en la informalidad personas dedicadas a ser los  prestamistas de la cuadra, colonia o poblado, operan sin ninguna legalidad, imponen sus condiciones a quienes acuden a pedir por  un crédito,  con los abusos de que los intereses que les cobran son varias veces superiores respecto de las instituciones financieras.
    Al encontrarse fuera de la Ley, sin ninguna regulación, es muy difícil para las autoridades financieras actuar en casos de usura extrema.
    Así es que una solución es permitir que esta gente ingrese dentro del marco de la Ley y de un esquema regulado.
    Otro cauce además con las microfinancieras será que microsectores podrán autofinanciarse dar créditos de a poco para permitir la proliferación de las micro, pequeñas y medianas empresas que son las generadoras del  70% del empleo en México.
    De hecho, en enero del 2007, Roberto Ramos, presidente de la  Asociación Mexicana de Franquicias (AMF) propuso la creación de una microfinanciera para el sector de las franquicias.
    La idea de esta microfinanciera es dar apoyo crediticio a personas que son rechazadas por bancos al solicitar un crédito para abrir una franquicia y no cumplir con todos los múltiples requisitos.
    En lo personal concuerdo con la necesidad real de apuntalar a estas “células financieras” tan necesarias en distintas vertientes, una para ayudarle a los receptores de remesas a darle un sentido a estos recursos, capitalizarlos para bien en un proyecto económico personal o familiar.
GALIMATÍAS
    Las microfinancieras están de moda. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es uno de los motores impulsores en América Latina.
    En julio, el Fondo Multilateral de Inversiones  (FOMIN) del BID anunció  que invertirá hasta 10 millones de dólares en nuevas instituciones  microfinancieras en Colombia, Honduras, México y República Dominicana.
En esta operación el FOMIN se asoció con el Grupo ProCredit, que controla una red de 19 instituciones microfinancieras en África, América Latina y Europa Oriental.
Entre los accionistas de ProCredit figuran la empresa alemana IPC, como socia estratégica, además de instituciones multilaterales, fondos de pensión y organizaciones privadas que promueven la responsabilidad social corporativa.
La inversión del FOMIN apoya los planes de ProCredit de abrir bancos especializados en la micro y pequeña empresa en Colombia, Honduras, México y República Dominicana, donde además de enfocarse en esos sectores productivos también participarán en la distribución de remesas.
Se espera que en menos de cuatro años los nuevos bancos de ProCredit estén atendiendo a más de 380 mil micro y pequeños empresarios en los cuatro países.
Siguiendo la tradicional estrategia del FOMIN, que propicia la participación del capital privado en las microfinanzas, estas inversiones tendrán un mecanismo de salida que le permitirá vender sus acciones en las nuevas instituciones microfinancieras luego de un período por lo menos cinco años.
El costo total del proyecto asciende a unos 91 millones de dólares, entre inversiones de capital y aportes de cooperación técnica del Grupo ProCredit, el FOMIN y otras instituciones participantes.
    En este mes, el FOMIN, anunció que donará 1 millón de dólares a un proyecto para ampliar un innovador modelo de microfinanzas apoyado por una de las mayores empresas de México, la panificadora Grupo Bimbo, y la sociedad financiera popular FinComún.
El proyecto buscará llevar a escala nacional una experiencia desarrollada por FinComún y Bimbo para ofrecer microcrédito a miembros de la red de distribución de la panificadora, que incluye a más de 450 mil dueños de pequeñas tiendas de abarrotes (bodegas o almacenes) en México.
Adicionalmente, el proyecto es uno de los primeros lanzados por el FOMIN bajo la iniciativa Oportunidades para la Mayoría del BID, que propicia y financia innovaciones y alianzas empresariales para ayudar a mejorar los ingresos y la calidad de vida en comunidades de bajos ingresos de América Latina.
Con los recursos aportados, FinComún optimizará sus operaciones para poder atender a muchos más miembros de la red de distribución de Bimbo con nuevos productos y servicios, incluyendo microcréditos para modernizar sus negocio, mejorar sus viviendas y seguros de vida, educación y de salud.
El proyecto además contempla una experiencia piloto para entrenar a dueños de pequeñas tiendas como corresponsales de FinComún. Estos comerciantes recibirán capacitación para difundir información sobre productos y servicios microfinancieros, vender seguros y recibir pagos por cuenta de FinComún.
El FOMIN espera que este proyecto inspire a otras grandes empresas en América Latina y el Caribe interesadas en ofrecer servicios microfinancieros a través de sus canales de distribución, en asociación con instituciones de microfinanzas. Por ello el proyecto dispondrá de recursos para la evaluación y difusión del modelo y algunas pasantías internacionales.
A COLACIÓN
    El Banco de México está en la misma sintonía que el BID, por ello no es de extrañar que Francisco Javier Cárdenas, director de Intermediarios Financieros de Fomento del instituto central, esté a favor de que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores  (CNBV) autorice  que tiendas, farmacias y oficinas de correo puedan efectuar transacciones de depósitos y retiros.
    El país, al padecer un alto índice de subbancarización, la informalidad en los canales de ahorro y préstamo ha proliferado en perjuicio de la gente más necesitada.
    No es una mala idea comenzar con estas licencias, evitar la ilegalidad y los abusos. A falta de sucursales bancarias en tantos pueblos y comunidades de México llegó la hora de apostar por las microfinancieras.

Redacción Azteca 21

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