
La Compañía Nacional de Danza presenta “El Cascanueces” en el Auditorio Nacional
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Cual verdaderos muñecos, los
bailarines adoptan posturas
rígidas y mecánicas que
hacen pensar en juguetes reales
Foto: Cortesía
Compañía Nacional de Danza
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Por Javier Pérez
Reportero Azteca 21
Ciudad de México. 14 de diciembre de 2007. A punto de cumplir 45 años, la Compañía Nacional de Danza (CND) del INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes) presenta la vigésimo séptima temporada de “El cascanueces” en el Auditorio Nacional.
El escenario, uno de los favoritos del director de la compañía, Dariusz Blajer, permite el lucimiento de los bailarines al ejecutar su coreografía, apoyados en los elementos visuales de vestuario (Carlo Demichelis), iluminación (Víctor Flores), escenografía (Laura Rode) y efectos especiales (Alejandro Jara y Grupo Profesional de México), y acompañados por la música de Piotr Tchaikovsky interpretada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes dirigida por el maestro Eduardo Patrón de Rueda.
Dividida en dos actos, “El cascanueces” es ballet clásico, muy digerible para todo público. Los 73 bailarines que participan (más 70 niños de la Escuela Nacional de Danza) se entregan a la obra. Así, la aparición de los juguetes durante la primera escena del primer acto es emotiva y sorprendente.
Cual verdaderos muñecos, los bailarines adoptan posturas rígidas y mecánicas que hacen pensar en juguetes reales. Pero, para deleite del público, el arlequín, la colombina y el moro que ha entregado el personaje de Drosselmeyer ejecutan una danza que transmite alegría, justo lo que se vive en el momento.
El escenario ayuda, eso es evidente. Hay más espacio para los brincos, las piruetas, los efectos y la movilidad de los bailarines. Aquel momento en que la pequeña Clara, protagonista de la historia, comienza a soñar, durante la segunda escena del primer acto, es un ejemplo. Las cosas, que adquieren un tamaño desproporcionado, en verdad aparentan un agigantamiento arriba del escenario.
Los efectos especiales sirven de apoyo en la emotiva secuencia de la batalla contra el ejército de ratones y su malvado rey que quiere destruir al cascanueces, quien de último momento es rescatado por Clara. Y luego, el viaje mágico que el ahora príncipe ofrece a la pequeña a lo largo de reinos fantásticos.
En este viaje –que principia en la tercera escena del primer acto y se toma la escena única del segundo–, comentaba el propio Blajer, se requiere cada año de un trabajo de perfeccionamiento, pues hay bailes chinos, rusos, franceses, árabes y españoles que deben cuidarse en términos coreográficos y escenográficos.
Y es que durante el segundo acto se presencian los festejos que la Reina de Azúcar ofrece a la heroína y el cascanueces al enterarse de su pelea.
Como viene sucediendo desde 2003 (y como ocurrió durante los primeros 18 años de presentaciones), en escena se verá la versión tradicional de la coreografía, a cargo de Nina Novak sobre la original de Lev Ivanov a la música de Tchaikovsky y libreto de Marius Petipa, a su vez basado en la versión de Alejandro Dumas del cuento de E.T.A. Hoffmann, y con arreglos coreográficos de Laura Echevarría, Carlos López y Jorge Cano.
“El cascanueces” se presenta en el Auditorio Nacional los días 14, 15, 16, 19, 20, 21, 22 y 23 de diciembre. Venta de boletos en taquillas del Auditorio Nacional y Sistema Ticket Master. Localidades: preferente, 500 pesos; luneta, 400; balcón, 250; primer piso, 180.
Por cierto, en la explanada principal del Auditorio Nacional se ha instalado una pista de hielo.
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