BM, créditos para vivienda

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-BM, créditos para vivienda
-Vencimiento a 15 años
-Recomendaciones de infraestructura

La política de vivienda en México arrastra una serie de carencias, la labor de  construir, crear  planes y programas de financiamiento y de hipotecar a millones de familias debe incluir un entorno digno y es en la dotación de infraestructura donde el país reprueba.
    En la presión demográfica por una vivienda, en los  lastres, el entorno rural con cientos de comunidades y zonas indígenas muestran el visible rostro de la depauperación mediante casas  improvisadas de adobe (en el mejor de los casos), o de cartones, plásticos, láminas con techos de palma que quedan al cielo descubiertas ante la severidad de las manifestaciones climáticas.
    Esas  familias sin vivienda digna forman parte del gran pendiente de la política pública, aunque algunas empresas privadas por demás osadas o visionarias como Su Casita Hipotecaria intentan que los inmigrantes en Estados Unidos tengan un patrimonio en México construyendo o adquiriendo una vivienda para la familia que se encuentra en el lugar de origen.
    Empero el proceso no es tan simple, no basta con comprar una vivienda o un terreno y construirla son todas las insuficiencias que rodean al entorno: falta de agua potable, inexistencia de drenaje, ausencia de cableado eléctrico,  estaciones de servicio de suministro de gas a kilómetros de distancia generalmente en los poblados más grandes o en las ciudades cercanas a la capital; abandono de caminos casi siempre terrosos con dificultad para el acceso y la circulación, tanto para el transporte particular, como público.
    México, de acuerdo con el Banco Mundial, destina bajos recursos como proporción del PIB para la infraestructura carretera, eléctrica, de agua potable y sanidad, así como para su  mantenimiento.
     Por ejemplo, en materia de electrificación, los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz padecen un  enorme rezago en la cobertura eléctrica en áreas rurales y comunidades indígenas.
Otro renglón, el de las vías de comunicación, la insuficiencia se traduce en ineficiencia y costos trasladados a distintas esferas. El  propio organismo destaca que el país gasta el doble que Estados Unidos en transporte como proporción del PIB, a lo que añadimos que los precios del petróleo y de la electricidad son mucho más altos en México al respecto de sus dos socios en el TLCAN.
    Malas vías de comunicación, con accesos complicados, municipios sin carreteras, comunidades rodeadas de tierra y lodo son impedimentos para alcanzar una política de vivienda exitosa, que le cumpla a la gente en sus demandas elementales por adquirir un patrimonio.
A COLACIÓN
    El Banco Mundial reconoce que en los últimos seis años los sectores de infraestructura y vivienda en México han reportado mejorías en varios aspectos, e incluso hay segmentos en donde el país supera los indicadores regionales.
El total de nuevas unidades de vivienda construidas anualmente se ha incrementado en más del 40% y la densidad de carreteras y caminos pavimentados por trabajador, así como el acceso al servicio de electricidad,  van avanzando.
Empero, persisten grandes retos pendientes en lo referente a mejorar la calidad de la infraestructura, cerrar las brechas en el acceso, en especial en el caso de las comunidades rurales e indígenas.
El propio organismo insta al Gobierno Federal, encabezado por el presidente Felipe Calderón, a iniciar un programa de reformas concentradas en distintas áreas para redirigir el gasto público al mantenimiento y rehabilitación, a los cuellos de botella de infraestructura y a extender los servicios básicos y de vivienda para los pobres.
Como parte de estas recomendaciones,  el martes pasado, el directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó un préstamo por 200.26 millones de dólares con un periodo de gracia de 5 años y un plazo de vencimiento de 15 años.
El objetivo general del proyecto consiste en respaldar las acciones del gobierno  mexicano dirigidas a las familias de ingresos bajos y moderados que desean adquirir una vivienda.
El proyecto persigue incrementar la eficiencia del Sistema Federal de Vivienda, al diseñar e implementar un sistema unificado de subsidios y facilitar que las familias de ingresos bajos y moderados sean propietarias de una casa, reforzar y ampliar la cobertura de los sistemas de préstamo para vivienda, fortalecer el registro y los derechos de la propiedad; coordinar y apoyar la inversión física y social en barrios marginales y aumentar la capacidad para prevenir y enfrentar los daños provocados por desastres naturales.
El propio organismo internacional recomienda al gobierno revisar las competencias entre los distintos organismos participantes en la política pública de vivienda,   evitar duplicidades y pulir el esquema, todo a punta a que el Fonhapo desaparecerá o tendrá cambios; e igual serán dirimidos los cruces entre Fovissste e Infonavit.
La operación denominada “tercer préstamo de financiamiento de políticas de desarrollo para vivienda asequible y reducción de la pobreza urbana”, financia la última etapa de un programa de tres préstamos del Banco Mundial que apoyan una amplia reforma que ejecuta el gobierno de México en las áreas de vivienda y desarrollo urbano.
El nuevo préstamo profundiza y consolida el progreso alcanzado en los dos primeros tramos del programa que contribuyeron al aumento de las oportunidades de familias de ingresos bajos y moderados en áreas  urbanas.
Entre los objetivos del tercer préstamo destacan: 1) Incrementar la eficiencia del Sistema Federal de Vivienda, al diseñar e implementar un sistema unificado de subsidios y permitir  que las familias de ingresos bajos y moderados sean propietarias de una casa. 2) Reforzar y ampliar la cobertura de los sistemas de préstamo para vivienda. 3)  Fortalecer el registro y los derechos de la propiedad. 4) Coordinar y apoyar la inversión física y social en barrios marginales. 5) Aumentar la capacidad para prevenir y enfrentar los daños provocados por desastres naturales.
GALIMATÍAS
En junio del 2004 fue aprobado “el primer préstamo de financiamiento de políticas de desarrollo para vivienda asequible y reducción de la pobreza urbana”, por un monto de 100 millones de dólares. Éste contó con el respaldo de un préstamo de asistencia técnica de tres años por 8 millones de dólares aprobado en noviembre del mismo año.
Después el 29 de noviembre del 2005 fue aprobado el segundo  préstamo del programa de tres por un monto de 200.51 millones de dólares.

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