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Música - November 29, 2007

¡Qué voces! ¡Qué concierto! ¡Qué noche!; la Orquesta Sinfónica de Xalapa cimbra Bellas Artes

Las más de 60 voces del coro
cimbraron a propios y extraños.
El ¡Alabado y ensalzado sea el
dulcísimo Jesús!, sin duda, se
escuchó hasta la Avenida Juárez
Foto: Cortesía
Jorge Vargas/CONACULTA

Ciudad de México.- 29 de Noviembre del 2007.- (Alfredo Camacho/CONACULTA) La Orquesta Sinfónica de Xalapa clausuró el XIX Festival Internacional de Música de Morelia en Bellas Artes, y con extractos de la Suite de Tata Vasco y la Novena Sinfonía Coral, de Beethoven, cimbró el palacio de mármol y la multitud ovacionó de pie a músicos, coros y directores.

 

Para los amantes de la música de concierto la gala fue inolvidable, de lujo, para el recuerdo. Tan sólo admirar a más de 150 músicos en el escenario principal de  Bellas Artes ya era un regalo para la vista, y luego oírlos tocar y cantar al unísono, fue simplemente maravilloso.

 

Con este concierto al frente de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, el director Fernando Lozano se retira como director artístico del Festival Internacional de Música de Morelia. Pero como los grandes, salió al escenario para dar lo mejor de sí mismo y su energía y dinamismo estuvieron presentes durante las casi dos horas que duró el magno concierto.

 

Apenas comenzó a escucharse la Suite de Tata Vasco, del insigne maestro Miguel Bernal Jiménez (1910-1956), el silencio reinó entre el público que llenó el Palacio de Bellas Artes. La música de concierto invadió los sentidos de todos los ahí presentes. Los hubo que disfrutaban mejor el concierto con los ojos cerrados y moviendo el cuerpo al compás de las notas musicales.

 

Momento majestuoso se vivió cuando en el pasaje del Santísimo Sacramento hizo su aparición el Coro Allmanna Sangen, dirigido por la maestra Cecilia Rydinger: las educadas voces hacían eco en todo lo alto del Palacio de Bellas Artes y parecían provenir del mismísimo cielo.

 

Las más de 60 voces del coro cimbraron a propios y extraños. El ¡Alabado y ensalsado sea el dulcísimo Jesús!, sin duda, se escuchó hasta avenida Juárez. ¡Qué voces! ¡Qué concierto! ¡Qué noche!

 

En ese tenor desfilaron los pasajes Muerte del Petámuti, Alabado y Danza. El intermedio permitió respirar hondo a músicos y público. En ese lapso, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, se dio tiempo para comentar que la Orquesta Sinfónica de Xalapa “no sólo es un orgullo para el estado sino para todo el país”.

 

La segunda parte inició con la Sinfonía Número 9 en Re Menor, Op. 125, de Beethoven, también llamada Coral, una de las obras más famosas del repertorio clásico, al grado de ser realmente popular.

 

La sinfonía es, desde 1986, el himno de la Unión Europea y ocurre que la edición XIX del Festival Internacional de Música de Morelia estuvo dedicada precisamente a las naciones que la conforman. Por si faltara más, está de por medio el 180 aniversario del fallecimiento de Ludwig van Beethoven (1770-1827) y qué mejor homenaje que tocar su música y escuchar el mensaje de hermandad que nos heredó a través de esta obra llena de trascendencia artística y plena de humanidad.

 

La letra misma de la sinfonía fue el inmejorable marco para cerrar noche inolvidable con la participación de la soprano Myung-Hee Lee; la contralto Jung-A Son, el tenor Reto Hofstetter y el barítono Frederik Baldus. Aquello fue para la posteridad.

 

¡Entonemos cantos más amables y llenos de alegría! ¡Alegría chispa divina! ¡Tu magia reúne lo que las costumbres separaron! ¡Ebrios de tu fuego celestial penetramos en tu santuario! ¡Escucha hermano la canción de la alegría! ¡Os abrazo, millones de seres! ¡Un beso al mundo entero!

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