
‘Cochochi’, una de las revelaciones del Festival de Venecia, conmueve en Festival de Cine de Gijón
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La cinta trata sobre dos hermanos
originarios de la Sierra
Tarahumara que emprenden
un viaje lleno de visicitudes
Foto: Cortesía Sitio Oficial
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Gijón, España.- 29 de Noviembre del 2007.- Con una historia pequeña de imágenes potentes y un tono casi documental, la película mexicana Cochochi, una de las revelaciones de la sección Orizzonti del pasado Festival de Venecia, conmovió hoy en el Festival de Cine de Gijón, donde compite por el premio mayor.
Dirigida por la dominicana Laura Amelia Guzmán y el mexicano Israel Cárdenas, se centra en dos niños indígenas, Evaristo y Tony, que reciben el encargo de entregar unas medicinas a unos kilómetros del pueblo en el que viven.
Lo que parece una tarea sencilla se complica cuando pierden su caballo y luego se pierden de vista el uno al otro. Empieza entonces toda una aventura, que tiene algo de iniciática para ambos.
Guzmán y Cárdenas, ambos nacidos en 1980, están casados. Comenzaron a idear esta película cuando en el verano de 2005, de vacaciones, conocieron a Evaristo y Tony, dos niños de la etnia rarámuri, en el valle de Okochochi, en la Sierra Tarahumara, en el norte de México.
“Es una zona muy turística y veíamos que la gente se sacaba fotos casi como en un zoológico. Pensamos que había que hacer algo más”, dijo Cárdenas. Vieron que los niños estaban en un momento clave de su vida, el final de la escuela primaria, y decidieron centrar la trama en esa transición.
Además, se dieron cuenta de que los menores eran la llave para entrar en contacto con los adultos, en una cultura tradicionalmente desconfiada del hombre blanco.
“En México hay un desconocimiento bastante grande de la cultura indígena. Lo que más nos motivó era compartir ese tiempo con ellos, el paisaje, la lengua”, explicó Cárdenas.
La película, hablada en lengua rarámuri, está producida por Canana Films, la productora de los actores Gael García Bernal y Diego Luna.
Luna comentó en Venecia que la eligieron porque contenía todos los elementos que la productora busca: “Es un cine con identidad, con corazón, que respeta mucho al director”.
Cochochi se presentó en México en el Festival de Morelia y hubo algunas proyecciones en la comunidad indígena en la Sierra Tarahumara. Su estreno comercial está previsto para el año que viene.
Cárdenas y Guzmán se sienten parte de una nueva generación de cineastas que tienen necesidad de contar algo y se lanzan a hacerlo “sin necesariamente pensar en la producción, la distribución y sin necesidad de saber tantas cosas técnicas”, como comentó Cárdenas.
En cuanto a la relación con el público, para Guzmán El violín, de Francisco Vargas, fue una película que abrió un camino importante en ese sentido, por ser una producción pequeña que generó un interés enorme.
El cine mexicano de nueva generación, aunque ya más consolidado, estuvo representado en Gijón también por Carlos Reygadas, a quien se le dedicó un homenaje con la proyección de sus tres películas, Japón, Batalla en el cielo y Luz silenciosa.
El Festival de Gijón, centrado en lo más destacado del cine independiente de la temporada, termina este sábado. (Agencias)