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Libros - November 28, 2007

Tradición oral y relato imaginativo son esenciales en la obra “Artífice Oaxaqueño” de Amador Montes

El autor escuchó muchas
noches la voz de su padre
narrando leyendas que
llenaron su imaginación de
niño y finalmente se
plasmaron en esta obra
Foto: Cortesía artedeoaxaca.com

Ciudad de México.- 28 de Noviembre del 2007.- (Alfredo Camacho/CONACULTA) Nacido en 1975 bajo el cielo azul de la ciudad de Oaxaca, desde su niñez ha estado  envuelto en una atmósfera de arte y belleza indígenas. Amador Montes escuchó por muchas noches la voz de su padre narrando leyendas que llenaron la imaginación del niño y se convirtieron en creación plástica del adulto.

 

Durante la presentación de su libro, el artista oaxaqueño estuvo acompañado por Marcela Castro Cantú, Abelardo Gómez y Dora Luz Martínez, presidenta de Galería de Arte Oaxaca; quien afirma que Artífice oaxaqueño no es una estricta narración pictórica, ya que no sigue ninguna secuencia; pero en su conjunto, es una evocación poética. “Para ilustrar a los insectos está el color y para sobresaltar el ambiente están los versos, que al pie o a lado dibujan otra línea imaginativa”.

 

Asimismo, comentó cómo se logró la obra: “Luchando en contra de las vicisitudes y malos presagios. Arte de Oaxaca una vez más apostó por la belleza, por el trabajo cotidiano y permanente como fuente generadora de esperanza, por lo que una joven empresa, consciente de la situación de nuestro estado, asistió oportunamente a este proyecto para poder materializar un sueño”.

 

Reconoció que el presente libro es una pequeña muestra de lo que podemos lograr hermanados, aun en tiempos adversos, ya que el espíritu de nuestro pueblo es tan grande y valeroso que ni el viento más fuerte, ni la voluntad más perversa, pueden doblegarlo.

 

Amador Montes recordó que su padre solía contarles anécdotas sobre sucesos extraordinarios acontecidos en los alrededores de su pueblo natal, Santa Ana del Valle. “Día a día alimentaba mi imaginación y la de mis hermanos con relatos fantásticos, los cuales con el pasar de los años se convirtieron en verdaderas leyendas, como aquellas de los Colgados de Valdeflores, la Culebra de Agua, o la mística historia de los Anuales”.

 

Desde el primer año de su carrera universitaria en diseño gráfico se inclinó por la pintura como medio de expresión primordial. Posteriormente participó en diversos talleres de dibujo, diseño textil y fotografía, entre otros. Pero quizá su mejor entrenamiento ha sido, desde que decidió dedicarse de lleno al oficio de ser pintor, su cotidiano trabajo, el compromiso asumido con su espíritu creador que no encuentra contento sino frente al lienzo.

 

Su obra pictórica plasma las pinturas de coleópteros teñidos con tonos sobrios y equilibrados, suaves e intensos que se hacen acompañar de la poesía de Araceli Mancilla y la narrativa de Abelardo Gómez Sánchez.

 

Al mismo tiempo, Amador Montes transmite la intensidad de una obra que no se detiene al observarla sino que se construye al contemplarla. Son imágenes que esperan la mirada, que está próxima a descubrirlas para lograr desenvolverse y recrear paisajes con movimiento propio, de aleteos que escapan por las esquinas e los cuadros en los que están simbolizadas.

 

Su amor lo dejó plasmado en su pintura en 2004, cuando presentó Cartas a Marisela (su esposa), en la que ilustra las misivas que escribió a su enamorada durante algunos años; en 2005 presentó Cuentos y arboledas, una serie de  30 obras abstractas. Ese mismo año realizó a manera de homenaje al poeta Andrés Henestrosa la serie de piezas biográficas Un hombre llamado Andrés.

 

Finalmente, Montes contempla su entorno mientras su mente viaja a una velocidad de ave, crea con cada aleteo otras formas de sentir el ritmo del tiempo. Lo que acontece cerca de él lo plasma con pinceladas sutiles y provocativas, en constante búsqueda de madurez artística.

 

La obra de Amador Montes ha participado en diversas exposiciones en la ciudad de México, Yucatán, Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Puebla, Morelos, Jalisco y Sonora. En el extranjero: Estados Unidos, Canadá y España.

 

Así, Amador Montes es un artista joven en busca de un lenguaje, de nuevas oportunidades en cada pintura para plasmar emociones, anhelos, memorias… su vida.

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