Reabrirán “Artes y oficios en la Nueva España” en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán

La sala de exposición cuenta
con un acervo de más de
100 objetos, que datan de
los siglos XVI al XVIII
Foto: Cortesía INAH

Ciudad de México.- 28 de Noviembre del 2007.- (CONACULTA) Después de casi 10 años sin cambios en su museografía, el Museo Nacional del Virreinato (MNV), en Tepotzotlán, Estado de México, anunció que concluyó la renovación de la sala de exposición permanente Artes y oficios en la Nueva España, que será reabierta este jueves 29, en la que con un acervo de más de 100 objetos que datan de los siglos XVI al XVIII, se brinda un nuevo acercamiento al antiguo mundo laboral novohispano.

 

Se trata de la actualización de la antes llamada sala de Gremios Novohispanos, cuyos guiones museográficos y científicos no habían tenido modificaciones desde 1998 y este proceso forma parte de la reestructuración integral del MNV que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), efectúa desde hace dos años.

 

En conferencia de prensa, Cecilia Genel Velasco, directora del MNV informó que esta es la segunda sala de exhibición permanente que se renueva —después de Monjas Coronadas en el 2006—, cuya actualización representó una inversión de 600 mil pesos.

 

Señaló que con base en estudios de público, la restauración y mantenimiento de los espacios, revisión del guión museográfico y selección de piezas, la exposición permanente Artes y oficios en la Nueva España, quedó organizada en siete unidades temáticas: Los gremios y las ordenanzas; El Taller y la tienda; Las cofradías gremiales; Pintores y doradores; El Taller de loceros; El Taller de Impresores y Escultores y entalladores.

 

“La nueva propuesta está encaminada a ofrecer al público una visita más didáctica basada en la incorporación de elementos multimedia, gráficos y apoyos sensoriales que permitan también a los visitantes con capacidades diferentes poder tocar algunas piezas”, comentó Genel Velasco.

 

En su intervención Verónica Zaragoza Reyes, curadora de la exposición, explicó que con base en las recientes investigaciones se realizó la actualización del discurso museográfico de esta área ubicada en el claustro alto del Patio de Aljibes del ex convento del siglo XVII.

 

“La labor desarrollada por los gremios de artesanos durante el periodo virreinal en México, fue fundamental para la vida cotidiana de la sociedad de la Nueva España, al grado que llegaron a consolidarse como corporaciones jerárquicas que determinaban los modos de organización y división del trabajo”, detalló la investigadora.

 

Los gremios fueron corporaciones laborales urbanas que reunían a artesanos de un mismo oficio, los cuales reglamentaban y organizaban el trabajo, regulaban la enseñanza y el ámbito mercantil, con el fin de protegerse de competencias desleales. “No fueron grupos autónomos sino que dependían del Cabildo o Ayuntamiento, a quienes recurrían en caso de litigio o pleito”, abundó.

 

En el primer módulo, Los gremios y las ordenanzas, se brinda una semblanza de cómo en la Nueva España, estos grupos se asentaron principalmente en la ciudad de México y la forma en que tuvieron que adaptarse a la realidad americana, por ejemplo, a la integración de la población indígena y esclava en el ámbito laboral.

 

Asimismo, se presenta una relación de más de 40 artes y oficios como el de agujeros (hace o vende agujas), guarnicioneros (hace o vende sillas y aderezos de caballos), loceros (hace o vende loza), odreros (curte cuero de cabra para guardar aceite o vino), sayaleros (teje o vende sayales: tela de lana burda), entre otros.

           

De igual forma se detalla la organización jerárquica que tenía cada gremio, que estaba conformada, por citar algunos, por los clavarios o tesoreros, que eran los encargados de guardar las contribuciones de los agremiados para las celebraciones o gastos de diligencias; o la Junta de gobierno que era el órgano integrado por los maestros de mayor renombre y que asesoraban al sector afín.

 

En el ámbito normativo, las reglas que regían a cada gremio en los aspectos técnicos y administrativos eran las llamadas ordenanzas. De éstas emanaban los estatutos de cada oficio que debían ser ratificadas por el cabildo de cada ciudad o por el virrey para ser reconocidas.

 

“La mayoría de las ordenanzas novohispanas fueron expedidas en el siglo XVI y varias fueron copiadas de las españolas, además llevaban un título, por ejemplo, la de El Arte Mayor de la Seda”, detalló Zaragoza Reyes, al referir que cada una de ellas contenía preceptos o reglamentos que tenían como fin controlar los materiales utilizados en cada oficio, el precio y la calidad, también establecían los requisitos necesarios para otorgar el derecho a tener una tienda pública.

 

En esta área se exhiben obras realizadas por herreros y carpinteros y objetos indispensables para la vida diaria como cerrojos, candados, llaves y mobiliario diverso.

 

El Taller y la tienda es la segunda unidad temática en la que se habla de ese espacio fundamental para la producción, el cual además fue el lugar de trabajo y espacio de aprendizaje donde convivían el maestro, los oficiales y aprendices a partir de un contrato establecido. Estos establecimientos se asentaron en determinadas calles, plazas y barrios de la antigua ciudad de México.

 

En este módulo se exhiben ornamentos litúrgicos bordados con hilos de oro, plata y seda, así como piezas elaboradas por plateros.

 

En el tercer módulo, Las cofradías gremiales, se ofrece un amplio recorrido por este tipo de asociaciones de fieles reconocidas por la iglesia y con reglas propias, mismas que se encargaban de promover la vida cristiana, actos devocionales y obras de asistencia caritativa.

 

“Todos los oficios tuvieron su propia cofradía y estaban bajo la protección de un santo patrono, y cada agrupación era responsable de celebrar la misa, procesión y fiesta en su honor”, precisó.

 

Algunos ejemplos de ello son: el gremio de los tejedores y algodoneros tenían como santo patrono a la virgen de la Purísima Concepción, cuyo día de fiesta era el 8 de diciembre y tenía como sede el Convento de la Merced; mientras que los zapateros rendían culto a la Sagrada Familia y los albañiles a la Santa Cruz cada 3 de mayo.

 

La relevancia de las cofradías, además del aspecto espiritual, radicaba en el hecho que funcionaban como institución de asistencia, al socorrer a sus integrantes en caso de enfermedad, accidente, invalidez, vejez, desempleo, ruina y muerte, toda vez que sufragaba los gastos del sepelio y la manutención de viudas y huérfanos.

 

En esta área se exhibe un retablo que explica de manera esquemática los santos patronos y el día de fiesta de algunos oficios.

 

Los artífices del oro y el pincel son abordados en la cuarta unidad temática, Pintores y doradores, donde se explica que este gremio fue establecido en 1557 y con él se originó el trabajo colectivo al reunir dos sectores laborales, en este caso para la creación de retablos.

 

En el siglo XVII se aprobaron nuevas leyes que exigían el conocimiento de teoría y práctica necesarias para ejercer el oficio, mientras que hacia el primer cuarto del siglo XVIII, las ordenanzas habían perdido fuerza y los pintores comenzaron a reunirse en “academias”.

 

En esta área temática se presenta en orden cronológico una selección de la colección de pintura del museo de destacados creadores novohispanos como Martín de Vos, Juan Correa, Nicolás Rodríguez Juárez, José de Ibarra, Miguel Cabrera y José de Páez.

 

El quinto módulo dedicado al Taller de loceros, muestra la importante tradición alfarera cuyas reminiscencias están en la época prehispánica. En 1653 se emitieron las ordenanzas de este gremio en Puebla y años después en la ciudad de México, mismas que establecían tres géneros de loza: la fina, la amarilla (mayólica o Talavera) y la común (vidriada a base de plomo).

 

“La colección de cerámica del MNV es numerosa, consta de alrededor de 1500 objetos. Para esta unidad temática se hizo una selección de piezas y se ambientó un taller de loceros que persigue un fin didáctico”, comentó la curadora al aseverar que entre las piezas que se han incluido en esta área destaca loza que era usada diariamente en el servicio de mesa, así como muestras representativas de azulejos, oliveras y cajetes.

 

El sexto módulo El Taller de impresiones, ofrece un amplio recorrido cronológico de los orígenes y expansión de la imprenta en el mundo y en la capital del virreinato novohispano, México, que fue el primer lugar del continente en contar con talleres tipográficos a partir de 1539.

 

Los primeros impresos salieron del taller del italiano Juan Pablos, establecido en la esquina de las calles de Moneda y cerrada Santa Teresa, referentes a los Manuales de Doctrina Cristiana, en lengua mexicana y castellana.

 

Zaragoza Reyes refirió que esta actividad no era exclusiva de hombres, puesto que las mujeres también podían ejercer el oficio. En la producción de un libro participaban el impresor, estampador, grabador, fundidor, tipógrafo, corrector y encuadernador.

 

Aquí, el espectador podrá apreciar impresos europeos y mexicanos que se leían en la Nueva España, contar con una idea de un taller donde se producían las obras, y constatar las diferencias y semejanzas que hay entre un libro actual y uno impreso hace 500 años.

 

Escultores y entalladores es la séptima y última unidad temática que aborda este gremio que tenía como materia prima principal a la madera. Fue en 1568 cundo se dieron las ordenanzas para estos oficios en México, sin embargo por conflictos entre escultores y carpinteros, en 1589 se dio una nueva reglamentación que determinó que los primeros solo se dedicarían a elaborar esculturas y los segundos retablos.

 

La historiadora añadió que como parte de la renovada museografía de la sala Artes y Oficios en la Nueva España, se han incluido un video introductorio, juegos interactivos, cédulas que ayudan a apreciar el contenido estético de pinturas, esculturas y cerámica, además de cuadros con texturas que se podrán tocar como un pergamino, un óleo sobre tela, un estofado y otras experiencias táctiles que el público siempre desea hacer.

 

La reapertura de esta sala se efectuará este 29 de noviembre a las 19:00 horas. El MNV se ubica en Plaza Hidalgo No 99, Tepotzotlán, Estado de México. Teléfono 58 76 27 70.

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