Con gran humor Ernesto de la Peña lanzó su amenaza: prometo seguir trabajando, siquiera 40 años más

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El escritor participa en la FIL de
Guadalajara, como parte del
Homenaje Nacional que le rinde
el INBA y CONACULTA, en ocasión
de su octogésimo aniversario
Foto: Cortesía
Fco. Segura/CONACULTA
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Guadalajara, Jalisco.- 26 de Noviembre del 2007.- “Me defino a mí mismo como un gran chismoso. Me interesa saber todo lo que se puede saber y eso es típico del chisme. Desde entonces, muy temprano en mi vida, he hecho todo lo posible para penetrar en todas las cosas que me han interesado. Para mi fortuna y mi desgracia simultáneamente, me ha interesado todo”, dijo con humor el escritor Ernesto de la Peña, para precisar la enconada curiosidad que lo ha convertido en el sabio que es hoy.
El escritor participó en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, como parte del Homenaje Nacional que actualmente le rinde el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en ocasión de su octogésimo aniversario.
Acompañado por el editor José Luis Trueba Lara y los escritores Jorge Volpi, Ignacio Padilla y Vicente Herrasti, Ernesto de la Peña advirtió la confirmación de uno de sus ideales a lo largo de su vida: estar siempre en contacto con la juventud para aprender de ella. “Se me ha llamado maestro y agradezco que se me diga, y tal vez, en cierta medida lo haya sido, pero desde luego yo aprendo más de ustedes que ustedes de mi”, dijo con sencillez el autor de La rosa transfigurada.
Herrasti, titular de la Dirección General de Publicaciones, presentó en la FIL la nueva edición de la obra reunida del escritor y humanista, integrada por tres tomos. “Con sus obras reunidas, Ernesto de la Peña emprende el homenaje al que aspira todo sabio que no se contenta con serlo: el homenaje del hombre a los hombres, el reconocimiento de todo lo que el pasado tiene de presente y de futuro”, expresó.
Por su parte, Ignacio Padilla retomó algunas ideas por él escritas en su prólogo al primer volumen de ensayos recién editado por la Dirección General de Publicaciones, que incluye: Don Quijote, la sinrazón sospechosa, La rosa transfigurada y Castillos para Homero.
“Imposible no pensar al verlo o al leerlo en una rara avis extraída de esa remota era en que ciertos hombres aún podían, si no saberlo todo, sí, al menos, escudriñarlo todo”, sentenció, y enfatizó la lucidez y curiosidad que hacen del escritor homenajeado un sabio, “no sólo químicamente puro, sino alquímicamente puro”.
En su oportunidad Jorge Volpi, director del Canal 22, comparó al autor con el descendiente de una larga estirpe de navegantes antiguos que exploraron territorios desconocidos para traer productos exóticos de otras tierras. El afecto literario mostrado por los escritores jóvenes a Ernesto de la Peña durante la presentación, tuvo como réplica una sentencia contundente del sabio mexicano:
“Lo que me entusiasma de estar en ésta tan extraordinaria compañía de jóvenes es que todos ellos son creadores muy eminentes, que están rehaciendo la literatura mexicana, y eso me llena de vigor. Y les hago una amenaza: prometo seguir trabajando, siquiera 40 años más”.
La obra reunida y recién editada por la Dirección General de Publicaciones, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, abarca los títulos: La rosa transfigurada, Don Quijote, la sinrazón sospechosa, Castillos para Homero; las traducciones de los cuatro evangelios canónicos: Las controversias de la fe, El centro sin orilla, Las estratagemas de Dios, Las máquinas espirituales, El indeleble caso de Borelli, La Mineralogía para intrusos; y el poemario Palabras para el desencuentro. La obra reunida de Ernesto de la Peña se encuentra a la venta en la red de librerías Educal en la República.