“Fandango. El ritual del mundo jarocho a través de los siglos”, una visión histórica del Sotavento

 “Fandango. El ritual del mundo jarocho a través de los siglos”, una visión histórica del Sotavento
La historia de García de León
está centrada en el Sotavento
veracruzano pero no excluye
referencias a la cultura de
la región del Barlovento
Foto: Cortesía CONACULTA

Ciudad de México.- 26 de Noviembre del 2007.- (Ángel Trejo/CONACULTA) “El fandango es, en este ambiente de tierras bajas y hasta los más remotos rincones, como una planta natural de la tierra”, escribe el historiador Antonio García de León en El mundo jarocho y los veneros de la fiesta en uno de los capítulos de su libro Fandango. El ritual del mundo jarocho a través de los siglos, que editan el Instituto Veracruzano de Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las  Artes (CNCA).

 

El libro aporta una visión histórica de la integración social, económica y cultural de la región del Sotavento a partir de la Colonia. Centra su análisis en la formación del fandango y el son jarocho como las dos expresiones emblemáticas más relevantes de la cultura sotaventina, cuyo ámbito territorial abarca la zona sur de Veracruz, el norte transmontano de Oaxaca y el noroeste de Tabasco (Cárdenas y Huimanguillo).

 

La historia de García de León está centrada en el Sotavento veracruzano pero no excluye referencias a la cultura de la región del Barlovento, que se ubica litoral arriba del puerto de Veracruz a Nautla. Antaño esta zona compartía prácticas y valores culturales con el Sotavento, entre ellos el fandango y el son jarocho.

 

La riqueza informativa del nuevo texto del historiador veracruzano está desplegada a lo largo de 312 páginas, distribuidas en cinco apartados: Aproximaciones, Introducción (cinco capítulos); Un cancionero posible que reúne los 100 sones jarochos más viejos y conocidos; La fiesta y los fandangos jarochos a través de los siglos, integrado con una compilación de 22 textos de escritores mexicanos y viajeros extranjeros de la época  y una sección de fuentes y bibliografía.

 

Reproducciones de pinturas, dibujos, litografías y fotografías de los siglos XIX y XX ilustran el volumen. Las notas a pie de página son abundantes y reveladoras, algunas de contenido suficiente para configurarse como un artículo.

 

Tal es el caso de las notas que García de León dedica a explicar el origen de las palabras fandango y jarocho. La primera proviene de fanda, término de la lengua kimbundu de Angola, que significa fiesta. El sufijo castellano ango tiene uso despectivo o diminutivo (fiestecilla). Fandango tiene dos acepciones: una que invoca un género musical hispano y otra que alude a la fiesta.

 

Del término jarocho, el prestigiado autor mexicano dice que existen dos presunciones sobre su origen: una que remite a la asignación despectiva de los descendientes de negro con india (pardos, zambos) al compararlos con jaros, puercos de monte en ladino o judío-español de Andalucía; y otra que invoca a los vaqueros de las haciendas novohispanas, la mayoría negros, mulatos o mestizos, que para arrear el ganado usaban garrochas andaluzas  que usaban como lanzas al herrarlas con un cuchillo curvo con forma de media luna. Con este avío servían para desjarretar reses y en tiempos extraordinarios, para armar milicias.

 

En el arranque del capítulo El mundo jarocho y los veneros de la fiesta, García de León, escribe: “El territorio social y lúdico de la fiesta del fandango, que persiste hasta hoy en varios entornos del centro y sur de Veracruz, constituye precisamente un ejemplo de la fijación de ciertas prácticas culturales en el sentido de la larga duración, de la maduración de una identidad regional”.

 

“Esta fiesta –el fandango de tarima–, y el género del son jarocho, se fueron afirmando como distintivos sólo hasta las postrimerías del mundo colonial, recreando sus propias improvisaciones, forjando sus particularidades y abriéndose espacios entre lo profano y lo religioso”, agrega el historiador quien enfatiza en la descripción del fandango con su son jarocho como una fiesta eminentemente popular surgida de la emulsión social propiciada en la Colonia con el mestizaje de europeos (españoles) pobres, indios y negros.

 

En las páginas de Fandango… , de factura casi encicloplédica, resaltan las descripciones que García de León y sus cronistas seleccionados hacen del puerto de Veracruz y el Sotavento del siglo XVI al XX, con sus galeones provenientes de Sevilla y Cádiz, colmados de mercaderías, esclavos, aventureros y, sobre todo, música, poesía, danzas y tradiciones medievales y renacentistas como el carnaval y otras fiestas.

 

La edición de Fandango. El ritual del mundo jarocho a través de los siglos fue coordinada por Armando Herrera y Amparo Sevilla, directora de Vinculación Regional de la Dirección General de Vinculación Cultural del CNCA, y coordinadora del Programa de Desarrollo Cultural del Sotavento. Esta institución es integrada por el Instituto Veracruzano de Cultura y las secretarías de Cultura de Oaxaca y Tabasco.

Redacción Azteca 21

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