
Stephanie Salas no profesa ninguna religión, pero debuta en la puesta en escena “Chicas Católicas”
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La obra cuenta la vida de cuatro
niñas, entre seis y 12 años
de edad que se enfrentan a las
monjas que manejan sus vidas
con férrea disciplina y culpa
Foto: Internet
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Ciudad de México.- 23 de Noviembre del 2007.- La actriz mexicana Stephanie Salas no profesa ninguna religión, pues considera que Dios se traduce en amor, pero se convirtió en la ferviente “Eva Durazo” para debutar en la puesta en escena “Chicas católicas”.
Para Salas fue “un extremo y a la vez no” actuar en la obra escrita por Casey Kurtti, bajo la dirección de la argentina Alicia Zanca, pues luego de formar por años parte del elenco de “Los monólogos de la vagina”, interpretar un personaje significó para ella “un reto y una novedad”.
“Chicas católicas” cuenta la vida de cuatro niñas, entre seis y 12 años de edad, durante su estancia en la escuela primaria y luego en la secundaria. Ellas se enfrentan a las monjas que manejan sus vidas con férrea disciplina y culpa.
Se muestran los dramas de quienes estudian en las instituciones católicas con las interrogantes de si el marco religioso impuesto es el correcto o si Dios existe.
Pero no todo se basa en eso, también existen los parlamentos de comedia, de las anécdotas comunes de los años 80 que mueven a la nostalgia para que predomine el buen humor, muy por encima de la tragedia.
Al finalizar la obra, como parte del inicio de los debates sobre la temática de “Chicas católicas”, con la participación de Susana Moscatel como moderadora, el productor Morris Gilbert y el elenco del montaje (Pilar Boliver, Alejandra Ley, Stephanie Salas y Mariana Treviño) se refirió principalmente a la educación religiosa.
Stephanie, madre de Michelle Salas, quien supuestamente es hija del cantante Luis Miguel, dejó entrever que en su juventud fue una mujer tranquila y no revoltosa, lo cual atribuyó a que nunca asistió a una escuela religiosa. “Siempre estuve en una laica, pero sí tenía a esas amigas que iban a las escuelas católicas y solían ser súper locochonas, atrevidas, eran las que fumaban y (estaban) con el galán”, comentó.
La intérprete del éxito musical de principios de los 90, “Ave María”, aclaró que no practica religión alguna, pero sí cree en la existencia de un Dios, como sinónimo de amor.
Criticó que en las instituciones de enseñanza que profesan alguna religión se trate de manera cruel o con mano dura a sus alumnas.
Por ello, recomendó a los padres de familia que “piensen más de dos veces” el inscribir a sus hijas en una escuela de monjas, pues opinó que puede ser contraproducente.
La sexóloga Anabel Ochoa, también presente en la discusión que sucedió en el escenario de la Sala Chopin, apoyó su conclusión.
Mencionó que la educación que imparten las reverendas no es la ideal y siendo objetiva, subrayó que intentar educar “es algo perverso en sí mismo, en el sentido analítico de la palabra”. Resaltó que lo ideal es “dar raíces para crecer, y alas para volar”.
“No debe existir un dogma que proponga una forma de pensamiento, sino una libertad del mismo, tenemos que formar a seres pensantes y si no es así, estamos jodidos”.
Así cerró el debut de Stephanie Salas, quien como ya es su costumbre, evitó por cualquier medio platicar con la prensa sobre su trabajo, al temer ser abordada sobre la relación de su hija con Luis Miguel. (Notimex)