Académico diserta sobre música antigua y medieval en la clausura de la “Cátedra Jesús C. Romero”

La mezzosoprano Lidia Rendón,
el clavecinista Jesús López y
Abel Maní en la viola da gamba,
entre otros, interpretaron
música del siglo XVII español
Foto: Cortesía
Arturo López/CONACULTA

Ciudad de México.- 13 de Noviembre del 2007.- (CONACULTA) Ismael Fernández de la Cuesta, académico del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid –invitado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (CENIDIM) a impartir la cátedra Jesús C. Romero–, dijo que fue una oportunidad para hablar de música antigua y medieval, de arqueología y prehistoria, acerca de los trovadores, el origen de la canción, y, por supuesto, de la música vocal europea e iberoamericana, como es el caso de los villancicos y las tonadillas.

 

En la clausura de la cátedra Jesús C. Romero, que se realizó en la Sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, el grupo integrado por la mezzosoprano Lidia Rendón, el clavecinista Jesús López, el actor Juan Carlos Cuéllar, así como Víctor Hugo Peñaloza en la guitarra barroca y Abel Maní en la viola da gamba, interpretó música del siglo XVII español que, según Fernández de la Cuesta, fue una sorpresa escuchar algo tan fresco, pues se optimizan los recursos con efectos extraordinarios: “Sin embargo, esta música, no se difunde en las grandes agencias que son las que programan los conciertos en el mundo”.

 

El académico español aceptó que parte de la culpa la tienen los investigadores y los que se dedican a sacar la música de los archivos, de no elaborar partituras propias para que los intérpretes internacionales la puedan poner y llevar al aire, y que así como se escucha a los grandes autores de los siglos XVII, XVIII,  XIX y XX,  también sea atendida la música antigua.

 

Existe una realidad en España que probablemente para 2008 va a tener una proyección importante, dijo De la Cuesta, quien vino a México a exponer, del 5 al 8 de noviembre, lo que se entendía en la Edad Media por música, que era el conjunto de conocimientos relativos a los sonidos.

 

De la Cuesta también se refirió a lo expuesto en la cátedra Jesús C. Romero, de la extinción en el siglo XV de la influencia árabe en España, por la sencilla razón de que no se podían leer las notas. “Lo que es una lástima, porque la liturgia hispano-mozárabe muestra una típica impronta popular que hace posible que la comunidad participase activamente en los ritos y que refleja el carácter dramático, propio del pueblo español”.

 

Adelantó que 30 profesionales en la materia están trabajando en un libro de musicología para la protección y difusión del patrimonio musical iberoamericano, “porque nos hemos dado cuenta que nuestra música no está en las plataformas internacionales y lo que falta es la codificación por parte de investigadores, además de cohesión y los recursos suficientes para convertir el proyecto en una realidad; en el momento que tengamos en nuestras manos el documento, estaremos planteando a las grandes agencias que lleven a las salas esta música”.

 

De hecho, finalizó, existen suficientes musicólogos e intérpretes para la música antigua. “Nosotros, en la Real de Bellas Artes de Madrid, podríamos tener más alumnos, pero cuando terminen sus estudios no la van a practicar, porque la educación es un mal en el mundo, y en el caso de la música se dedicarían, por falta de oportunidades, a otra cosa”.

 

La cátedra Jesús C. Romero se creó en honor del investigador, historiador y académico mexicano (1893-1958). Desde 1996 es organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, a través del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez, y se otorga anualmente a un investigador iberoamericano.

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