
Lila Downs enamora a más de 4 mil personas que vibran con su esencia mexicana en el Fórum
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Guitarra, bajo, batería, percusiones,
arpa, violín y acordeón, instrumentos
del grupo que la acompañó en temas
tradicionales mexicanos,
con un toque de pop
Foto: Cortesía Pedro Kristian López/Fórum
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Monterrey, NL.- 5 de Noviembre del 2007 .- (Redacción: Daniel Cantú / Prensa Fórum) Con un espectáculo que fue un tributo total a México, sus canciones y sus tradiciones, Lila Downs emocionó al público que asistió a verla ayer 4 de noviembre en su presentación en el Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007.
‘Penas del alma’, su primer tema, fue coreado por los miles de espectadores que desde el comienzo se mostraron generosos con la cantante, quien llegó bailando al escenario, luego de que sus siete acompañantes comenzaran la introducción musical.
Guitarra, bajo, batería, percusiones, arpa, violín y acordeón fueron los instrumentos de la banda de Lila, quienes interpretaron los temas en los tradicionales ritmos mexicanos, pero con un toque de pop contemporáneo. En una parte del concierto, también se hizo acompañar por un mariachi para interpretar ‘Qué bonito amor’ y ‘Paloma negra’.
Esqueletos blancos postrados en los costados del escenario y hasta una gran "Catrina", estuvieron presentes en la noche mexicana. ‘Aguas de rosas’, ‘La cama de piedra’, Quizás, quizás, quizás’, fueron otras de las canciones que se escucharon y que fueron celebrados por la audiencia, pero cuando la cantante realizó un popurrí con temas de José Alfredo Jiménez, losgritos estruendosos y las voces de los asistentes no se hicieron esperar para cantar a coro, ‘La que se fue,’ y ‘Pa' todo el año’, entre otras.
Canciones muy tradicionales como ‘La llorona’, ‘La cucaracha’, ‘Nahila’, y temas que identifican a Lila, como ‘La cumbia del mole’, con el que la gente dejó las sillas y se paró a bailar, animaron el concierto, que nunca bajó de intensidad. La cantante, tras una hora de recorrido musical a través de rancheras, bravías, boleros, sones, norteñas, huapangos y otros ritmos que conformaron un mosaico de esencia mexicana, se retiró del escenario, pero volvió para dejar otros tres
temas.
Su calidad vocal e interpretativa, su vistoso y colorido atuendo, con trenzas que se mezclaron con postizos que llegaban hasta el suelo, y su carisma para comunicarse con el público, fueron los motivos para que nadie estuviera en desacuerdo que la noche tuvo todo para unir las voces y el corazón en torno a Lila y su representatividad de un México que hasta cuando se duele, canta.