Tabasco: primera emergencia

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Tabasco: primera emergencia
-Las lecciones de Nueva Orleáns
-Presupuesto, subsidios y donaciones

Tabasco, estado hermano, está devastado. La furia de la naturaleza sigue cobrándose víctimas, causando estropicios y cuantiosos daños económicos a particulares y a la infraestructura pública; ni gobiernos, ni población, estamos preparados para los desastres naturales como constante.
    Desde los tsunamis en Sri Lanka, Indonesia y Tailandia, pasamos a la dramática situación provocada en Nueva Orleáns por el Huracán Katrina, lo notable es que ni países más desarrollados o industrializados que otros ostentan la suficiente preparación para atender a su población en circunstancias complejas,  intempestivas como la propia fuerza de la naturaleza.
    La solidaridad internacional se suma a esa parte de la ola de reacción, no se escatima en nada, desde los subsidios, los préstamos puente, los créditos de emergencia aprobados por organismos internacionales, hasta la ayuda emanada por ciudadanos de otros países que, con sus aportaciones en numerosas cuentas, más los envíos de alimentos, ropa, cobijas y medicinas contribuyen en los primeros esfuerzos.
    El problema no emana de esa capacidad de reacción ni de la cooperación internacional que pocas veces encuentra trabas para pasar, como ha sucedido algunas veces con gobiernos de países africanos.
    Más bien el meollo radica en que consecuencias como las de Tabasco nos remiten al origen: gobiernos que escatimaron en obras públicas, que no gastaron los recursos federales, ni los impuestos en construir los drenajes, los desagües, ni las obras de ingeniería necesarias para desazolvar y canalizar el agua ni desviar los cauces de los ríos cuando los lluvias son incesantes.
    Nueva  Orleáns reveló con su tragedia años de falta de atención en diques, pantanos, porque se redujo el gasto en infraestructura hidráulica  así como en obras de ingeniería.
    En Tabasco, con las dimensiones adquiridas  en la medida en que va desnudándose la tragedia las cifras estiman más de 700 mil personas afectadas,  7 mil 500 comercios del Centro Histórico  anegados y con pérdidas totales.
    El sábado, el periódico español ABC difundió el caos causado por Noel, señalando que Andrés Granier, gobernador de Tabasco, definía la catástrofe sobre todo en la capital del estado como “una olla, como lo que fue Nueva Orleáns. Probablemente ya hemos llegado al 80% de la entidad cubierta por agua”.
    Habrá que reaccionar lo más pronto posible, el presidente Felipe Calderón ha instrumentado un programa especial, el Ejército trabaja como siempre bajo el Plan DN-III, los bancos ponen cuentas para recabar donativos; las ONG´s se movilizan también en el acopio de alimentos y desde el exterior comienzan a sumarse las ayudas.
    Después del cálculo de los  daños materiales tendrá que delinearse una serie de programas específicos para el rescate de los agricultores, de los comerciantes y habrá que ir reconstruyendo; pero también habrá que aprender para corregir los errores, evitar en lo posible que los embates naturales provoquen pérdidas de vidas y daños materiales. Aprender para disminuir el riesgo y el costo de oportunidad.
    En Tabasco como en Nueva Orleáns faltó atención en la obra pública, los presupuestos no se gastaron como debieron, no se encuentra diferencia entre uno y otro, a pesar de que el primero está ubicado en un país en vías de desarrollo y el segundo en la todavía potencia mundial.
     Espero que el gobernador Granier y el presidente Calderón sopesen que no pueden seguirse creando presupuestos a la ligera cuando cada entidad tiene su propia complejidad y requiere presupuestos a chaleco con políticas y programas homogéneos a cada estado y municipio.
    Tabasco requiere grandes obras de infraestructura hidráulica, un tratamiento de suelos distinto y una regulación de asentamientos humanos que provea de seguridad no de mayor vulnerabilidad.
    Esta entidad, es de acuerdo con el Almanaque Mexicano, la  que presenta un mayor escurrimiento de agua a lo largo del año.  La red hidrológica de esta región es la más compleja del país, caracterizándose por entramados sinuosos de corrientes superficiales y una gran densidad de cuerpos de agua.
     “Grandes extensiones de terreno tabasqueño son propensas a sufrir inundaciones durante los meses de crecida, presentándose numerosos cuerpos de agua intermitentes”.
    La mayor parte de la superficie del estado (75.22%) se localiza en la Región Hidrográfica número 30, o Región del sistema Grijalva-Usumacinta, formada por las cuencas hidrográficas del Grijalva, Usumacinta y de la Laguna de Términos; que en Tabasco ocupan el 41.45%, el 29.24% y el 4.53 por ciento.
El 24.78% restante, se encuentra dentro de la Región Hidrográfica número 29 o Región del Coatzacoalcos, formada por dos cuencas: la del Coatzacoalcos y la del Tonalá y lagunas del Carmen y la Machona; siendo ésta última la única que tiene representación en el estado. Ambas regiones están consideradas como las más húmedas del país, en primer y segundo lugares, respectivamente.
A COLACIÓN
    Nueva Orleáns y Tabasco son dos espejos para muchas ciudades de distintas partes del mundo donde el agua y la precipitación pluvial juegan un papel de riesgo potenciado en la medida del cambio climático.
    En la precaución el papel de los gobiernos, la iniciativa privada y la población es fundamental, no puede entenderse sin estos tres elementos, una forma de tránsito hacia una cultura de prevención.
    Hay que empezar a capacitar a la gente, como cuando sucedió en 1985 con el terremoto y los sismos posteriores, el clima es la nueva amenaza real y no hay ciudades exentas. Tomémoslo en cuenta.
    Al respecto alguna vez Andrés Manuel López Obrador, siendo jefe de Gobierno del Distrito Federal, manifestó sus temores por una ciudad con alcantarillas inservibles, unas entrañas hidráulicas con décadas olvidadas, por ende oxidadas, tapadas, llenas de basura. Y es que, en esas circunstancias no hay forma de que corra el agua.
    Por esa razón jugar al juego de trasladar escenarios, uno como el  de Nueva Orleáns o Tabasco, en el tablero de la ciudad de México sería una tragedia  total.
P.D  Estos son los distintos números de cuenta abiertos por instituciones bancarias para canalizar ayuda a Tabasco: Banamex, a nombre de Fomento Social Banamex, cuenta 120, sucursal 100;  BBVA-Bancomer, a nombre de  Fundación BBVA Bancomer, 04 Apóyame 3, cuenta: 0427692633;  Banorte, cuenta  27 y cuenta clabe   072-790 000000000270; Santander, cuenta  Apoyo a Tabasco; Scotiabank, cuenta  00100911240;  HSBC, a nombre de  Fundación Merced, cuenta: 4025940156;  Banco Azteca, cuenta: 01720115412160;  Ixe Banco, S.A, a nombre de Damnificados de Tabasco, cuenta  7777777-8.

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