Miles de flores esperan rendir tributo y adornar las tumbas de los panteones de Yucatán

Como todos los años los
camposantos se visten de flores
que muchos mexicanos llevan
a las tumbas de sus seres queridos
Foto: Internet

Mérida, Yucatán.-28 de octubre del 2007.- Miles de flores llegadas de distintos puntos del país aguardan en los viveros de esta capital en espera de rendir tributo y adornar la última morada de aquellos físicamente ausentes por siempre, pero que viven en el recuerdo de los suyos.

Formando un caleidoscopio vegetal que alegra la visión de sus potenciales compradores, las flores se muestran vivas, altivas y listas para cumplir el cometido para el que viajaron en no pocos casos más de dos mil kilómetros para llegar a esta parte del país.

Su aromática procesión continuará en los próximos días hacia los distintos panteones de esta ciudad y del interior del estado, donde, paradógicamente, darán vida, por 48 horas a verdaderas necrópolis (ciudades de muertos).

Rosas, cempasúchil, geranios, violetas, en sus modalidades imperial y africana, bromelias, crisantemos y hasta “nochebuenas” adelantadas forman parte del muestrario de los viveros en Mérida, donde el Día de Muertos se conmemora bajo la tradición prehispánica del Hanal Pixán.

“Sí, es una fecha especial, y que registra más demanda, aunque no precisamente implica una notable mejoría en nuestras ventas”, reconoce Esperanza Aguirre Rodríguez, copropietaria del vivero Xochimilco.

Para esta capitalina de origen, pero avecindada ya plenamente en esta ciudad, el Hanal Pixán puede ser motivo de más trabajo, aunque no necesariamente de ingresos extraordinarios.

“Las ventas se elevan según la demanda, pero a veces no es mucho”, comenta sentada en su sencillo escritorio de madera, con el rostro inexpresivo, aunque amable y accesible en su hablar.

Mientras atiende a sus no pocos clientes, la entrevistada refirió que el cargamento de flores de su vivero para esta temporada requirió de un tráiler que trajo varios ejemplares, entre ellos los señalados previamente.

Explicó que durante el viaje desde la capital del país hasta la de Yucatán, las flores no vienen refrigeradas, tampoco una sobre otra, sino “paradas”, es decir asentadas sobre plataformas que las separan y que permiten al mismo tiempo que no se estropeen y que al llegar tengan la presentación ideal para su venta.

Pero si bien el cargamento llega del Distrito Federal, las flores no necesariamente son de la capital del país, sino de varios puntos como Morelos, Guerrero y Colima.

Estas flores salen de esas entidades y llegan a la capital mexicana antes de su reparto y entrega a distintas partes del país.

De acuerdo con Aguirre Rodríguez, sus principales clientes son particulares que llegan por las flores que entrega normalmente en bolsas de plástico o pequeñas macetas según el gusto del cliente.

Asimismo, están los intermediarios que, a su vez, las venden en los cementerios los días 1 y 2 venideros.

La comerciante estimó que, en promedio, cada venta implica un ingreso para su vivero de entre 20 a 35 pesos, sin tomar en cuenta la posible venta de algún macetero.

Empero, aquí, como en otros renglones de la vida, también aplica aquello de “Según el Sapo es la Pedrada”, pues hay quienes le dan un mayor valor a esta fecha y al recuerdo de sus seres queridos y compran en la medida de esa remembranza y amor hacia el ser que no los acompaña ya, pero que permanece en su corazón. (Notimex)

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