Ahorro, cultura de vida
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-Ahorro, cultura de vida
-De poco en poquito
-Establecer metas
Podemos definir la cultura bancaria a partir de los derechos y obligaciones que poseen todas las personas inmersas de una u otra forma en el mundo de las finanzas.
La cultura bancaria descansa en dos brazos fundamentales: el ahorro y el pago. El primero sirve a los analistas para medir el grado de bancarización de un país por medio de comparar la relación entre cuentahabientes y sucursales y la población del país entre el número de sucursales, aunque el resultado puede mostrar un sesgo es recomendable tomar en cuenta a la Población Económicamente Activa (PEA) y una estimación del sector informal.
Para impulsar el ahorro es prioritario que los propios adultos lo inculquen a sus hijos, que forme parte de una transmisión generacional, empezando por la educación y la disciplina para mostrar la determinación de programarse metas de corto, mediano y largo plazo.
Recuérdelo siempre amigo lector, el mejor consejo que le puedo transmitir es que “el ahorro de hoy garantiza el futuro”.
Los niños deben estar inmersos en una educación que les enseñe la importancia fundamental de valorar el ahorro por encima del despilfarro o bien del endeudamiento. Es una tarea que implica el esfuerzo de toda la sociedad.
Hace muchos años en el Museo Papalote del Niño ubicado en la ciudad de México se montó una dinámica didáctica para los infantes titulada, “del trueque al cheque”. Esta exposición permitía comprender lo más complicado del dinero y su evolución a lo largo del tiempo hasta llegar a un documento que contiene una orden de pago como lo es el cheque.
Por desgracia la exposición ya no existe como tampoco parte del encanto del Museo Papalote, que rebasado por la cantidad de visitantes y la falta de mantenimiento muestra un deterioro considerable.
GALIMATÍAS
A lo largo de estos años he leído diversas historias de cómo surgieron grandes empresarios que comenzaron desde muy pequeños a ser instruidos en la cultura del ahorro.
El libro de José Martínez sobre “Carlos Slim. Retrato inédito” es un buen ejemplo de estas historias de éxito. Cito la página 68: “Sus estudios de primaria y secundaria los realizó en el Instituto Alonso de Veracruz, un colegio de agustinos. Slim, desde esos años comprendió lo importante que es el ahorro, por lo que abrió su propia cuenta de cheques con 500 pesos y más tarde invirtió en Bonos del Ahorro Nacional, capital con el que años después, mientras cursaba sus estudios de bachiller en la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso compró sus primeras acciones del Banco Nacional de México”.
En las memorias de Carlos Slim, el empresario más rico en América Latina, entre los tres a nivel mundial, localizamos una anécdota fiel reflejo de la huella profunda que dejan los padres a sus hijos cuando juntos se proponen metas importantes. Slim narra que “a finales de 1952 cuando tenía doce años, y con el fin de administrar nuestros ingresos y egresos, mi papá nos estableció la obligación de llevar una libreta de ahorros, que revisaba con nosotros cada semana. Siguiendo esta regla, llevó mis balances personales varios años”.
“Así, en enero de 1955, mi patrimonio era de 5 mil 532.32 pesos y para agosto de 1957 aumentó a 31 mil 969.26 pesos; siguió creciendo, invertido fundamentalmente en acciones del Banco Nacional de México, y usando en ocasiones crédito, de manera tal que para principios de 1966 mi capital personal era mayor a cinco millones de pesos, sin incluir el patrimonio familiar”.
Finalmente, 41 años después Carlos Slim Helú posee una fortuna que Forbes ubicó en su ranking del 2007 en 49 mil millones de dólares, siendo la tercera más cuantiosa del mundo; no obstante, en abril de este año, la misma Revista Forbes dedicó un especial para analizar el caso fulgurante de Slim y el notición mundial fue que el magnate rebasó en los primeros cuatro meses del año en curso a la fortuna de Warren Buffet, al totalizar 53 mil millones de dólares.
En unos meses más cuando Forbes presente su listado del 2008, de millonarios del planeta, no será de extrañar que Slim se encuentre a unos pasos de alcanzar a Billy Gates colocado en el primer lugar de fortunas exorbitantes.
A COLACIÓN
En el esfuerzo comunitario por inculcar el ahorro infantil, los padres de familia cuentan con diversas opciones, una primera es el típico “cochinito” una alcancía que luego se convierte en un medio tramposo de ahorro porque el dinero termina siendo gastado antes de llegar a la meta pactada. O bien los padres pueden acceder a la Banca y familiarizar al niño y al adolescente con el ahorro bancario, la tarjeta de débito, el uso de los cajeros, la consulta vía Internet y la importancia de cumplir con metas de corto, mediano y largo plazo.
En lo personal no existe mejor ruta para trazarla de forma mancomunada que acompañar a los hijos en su desarrollo con una cuenta de ahorro. Tampoco se trata de presionar al bolsillo, ni de meter al banco grandes cantidades. Hágalo de a poquito, fíjese una cantidad mensual para la cuenta de su hijo, dentro de 15 años, comprenderá lo bien que hizo.
Las cuentas de ahorro infantil se encuentran disponibles en diversas instituciones bancarias en México. Todas solicitan que sea el padre, la madre o el tutor quien abra la cuenta en compañía del menor de edad previa copia de identificación oficial del adulto y copia del acta de nacimiento del menor de edad.
En el segmento de las cuentas de ahorro infantil se pueden encontrar buenas oportunidades como las que ofrecen Santander Serfin, HSBC (antes Bital) e IXE. Santander Serfin tiene una cuenta que se llama “cuenta junior” es para menores de 18 años, se abre desde diez pesos, el banco no cobra comisión por bajar del mínimo ni comisión por apertura. En el caso de HSBC hay dos productos: uno es “chicos” para menores de 12 años se abre con 50 pesos, no cobran comisión por apertura ni por bajar del mínimo. También está “ahorro buxx” para adolescentes de entre 12 a 18 años, con 50 pesos se abre la cuenta y tampoco está sujeta a comisiones. En IXE se ofrece “Ixeclub” a partir de 500 pesos y está libre de comisiones.
Otras cuentas disponibles están en Banamex, BBVA Bancomer, Mifel, Inbursa y Banorte con la desventaja de que sí cobran comisión por bajar del mínimo y por manejo de la cuenta. En estos casos el monto mínimo de apertura va desde los 300 pesos hasta los 750 pesos.
En cualquiera de las opciones que usted elija lo más importante es que usted y su hijo se fijen un plan de ahorro, un propósito de corto, mediano o largo plazo. Puede ser ahorrar para comprar una computadora; para un viaje de intercambio de idiomas o para algo que sea muy preciado para su hijo. No espere más y ponga el ejemplo.