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Buenas Noticias - October 23, 2007

Restauran con baba de nopal las hornacinas y la barda perimetral del Ex-Convento de Churubusco

Adicionalmente se está
incorporando cal a la baba
de nopal, lo que está
ayudando a devolverle la
dureza a los materiales
Foto: Cortesía
Mauricio Marat/INAH

Ciudad de México.- 23 de octubre del 2007 .- Con la aplicación de un líquido consolidante hecho a base de baba de nopal, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); llevan a cabo la restauración de las hornacinas y la barda perimetral del Ex Convento de Churubusco, en la Ciudad de México, inmueble de principios del siglo XVII, que también fue escenario de la Batalla de Churubusco contra las tropas norteamericanas en 1847.

 

La labor enmarcada en el Proyecto de Conservación de la Barda Perimetral del Conjunto Arquitectónico del Ex Convento de Churubusco, se desarrolla desde mayo pasado y ha comprendido la inyección dos veces al día de dicha solución en las partes que estaban a punto de colapsarse, lo cual ha permitido detener la pulverización de los materiales de construcción.

 

Gonzalo Fructuoso Hernández, restaurador especializado en la conservación de acabados y elementos arquitectónicos, informó que después de una larga investigación de los elementos físicos y químicos de la baba de nopal, se logró determinar que este liquido viscoso compacta la estructura interna de los muros y les devuelve su endurecimiento,  aspectos necesarios para dar paso a las tareas de restauración.

 

“Las pruebas de laboratorio han demostrado que esta solución esta funcionando bien, porque forma una especie de retícula como tela de araña que encapsula a todas las partículas de arena suelta, y adicionalmente se está incorporando cal a la baba de nopal que esta ayudando a devolverle la dureza a los materiales”, detalló el especialista.

 

A su vez la restauradora Adriana Ramírez, detalló que mediante un diagnóstico sobre el estado de conservación de las cuatro hornacinas (huecos en muros donde se colocaban imágenes) y los 440 metros de longitud de la barda perimetral del ex convento, se determinó atender en primera instancia la hornacina del suroeste, que estaba a punto de colapsarse principalmente por el abandono, el vandalismo, la suciedad y los graffitis registrados en esa zona que es la más expuesta a la vía pública.

 

De 4.10 metros de altura, un nicho de 90 centímetros y 60 centímetros de profundidad, la hornacina es un hueco en la esquina un muro cubierto por una cúpula de un cuarto de círculo donde se colocaban imágenes religiosas.

 

Este elemento arquitectónico cuenta con restos de una escultura religiosa decapitada, así como algunos indicios de elementos iconográficos, que están en proceso de identificación mediante una investigación histórica y documental en diversos archivos, lo que permitirá de contar con datos sobre la apariencia que tuvo en antaño la hornacina.

 

Asimismo, Fructuoso Hernández indicó que con la participación de la arquitecta Yuko Kita, se llevan a cabo pruebas de cal, arena y tezontle para precisar las cualidades físico-químicas, a fin de determinar los procedimientos y materiales que se incorporarán en la restauración de las hornacinas.

 

“La primera etapa ha consistido en el suministro de la solución mencionada dos veces al día, en las partes de la hornacina que ya presentaban pulverización. Además se han comenzado a reforzar los elementos ornamentales susceptibles de desprenderse mediante ribetes de cal arena, para que una vez que lograda la estabilización se dé paso a la fase de restauración”, precisó.

 

Los especialistas adscritos a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), refirieron que este mismo proceso de estabilización también ha comenzado a efectuarse en las tres hornacinas restantes, así como en las partes contiguas con la barda perimetral, a fin de que la intervención sea de manera integral.

 

El restaurador comentó que en el caso de las hornacinas sureste y suroeste, que carecen de cúpula, se tiene proyectado trabajar con un  material ligero y la propuesta específica esta diseñada por el arquitecto Adán López García.

 

Por lo que toca a la barda perimetral que data del siglo XVIII, Fructuoso Hernández refirió que presenta problemas de humedad, así como algunas fracturas que requerirán de un estudio de arquitectura estructural y de un sondeo arqueológico para detectar la cimentación.

 

El muro perimetral hecho con piedra de tezontle, consta de 4.18 metros de altura por 110 metros de longitud por cada lado, cuenta también con diseños en alto relieve en la parte superior en forma de escamas que simulan el encaje de un vestido.

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