Menos agua, más problemas

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Menos agua, más problemas
-Discriminación y desigualdad
-Desperdicio de los recursos

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido muy puntual para advertir de la crisis mundial ante el panorama  marcado por una menor disponibilidad de agua, derivada de su escasez,  de una gestión deficiente y una mala repartición de los recursos.
    Producto de la mala gestión y administración de los recursos naturales  uno de cada cinco habitantes del planeta no tienen acceso al agua potable y, además, el 40% de la población mundial carecen de sistemas básicos de saneamiento. Hecho que lleva de la mano a cientos de enfermedades, un problema de salud pública.
    A la utilización del agua, por elemental esencia, no puede dársele un tratamiento similar al de otros bienes y servicios donde su acceso es en la medida del ingreso, la regla funcional “del que tenga que lo compre”.
La presunción de esta orientación es hacia donde parecen encaminarse las economías del siglo XXI con la privatización de los recursos naturales en todo el ciclo y otros únicamente en la parte relacionada con la dotación y administración, ello implicará cerrarle la llave a los pobres, los marginados, a miles de millones de seres humanos en situación de miseria que, al no poder pagar por el agua, no podrán obtenerla.
El marco de esta tensión nada deseable en un futuro próximo está llevando a varios gobiernos de modernas economías a tomar decisiones drásticas de restricción del consumo de agua para sus ciudadanos, con la meta de ahorrarla. Las campañas de educación en los medios de comunicación para penetrar las políticas públicas en torno al agua, parecen entrar a una segunda fase: la del incremento en el precio del consumo de agua de utilización doméstica por medio de establecer un parámetro de racionalidad severa.
De esta forma, encontramos por ejemplo,  las acciones de la Unión Europea (UE) en los planes comunitarios de ahorro de energía, sustentabilidad y optimización del agua.
En  el caso de España opera  la campaña “es mejor ducharse que bañarse” y el impacto generado en su población es alto, tanto que en Madrid en 2006  lograron ahorrar 18 litros diarios per cápita de manera voluntaria.
Tras este resultado, el Ministerio del Medio Ambiente, anunció un plan para que en España pueda generalizarse un sistema de cobro de agua por tramos.
El plan busca obligar a un menor consumo por habitante de agua, poner una tarifa promedio que de ser excedida en el nivel de consumo permitido, el usuario  pagará los excesos en su recibo del agua.
La propuesta es entendible en el marco de la imperiosa meta de ahorrar agua, pero es una bomba para el bolsillo de las personas, siendo España uno de los países de la UE con la mayor tasa de paro, tener que pagar más por ducharse, lavar los platos, usar el baño o beber agua directamente del grifo no es precisamente lo que los ciudadanos esperan.
Entonces la propuesta está a discusión para poder implementarse a partir del año 2010, dado que la meta del gobierno es que los ciudadanos puedan usar únicamente hasta 60 litros diarios de agua en sus casas y al exceder el límite pagar una penalización.
Esos 60 litros son de verdadera polémica, han sido calificados de “mínimo de subsistencia” o como refiere la Asociación de Abastecimientos de Agua “prácticamente utópico”.
Actualmente, España tiene en promedio un consumo de 148 litros diarios por habitante, pasando ese nivel de consumo aumenta el costo por metro cúbico pero no existe una penalización en el recibo del agua como tal.
Esta es parte de esa peligrosa tendencia hacia restringir el uso del agua encareciendo el servicio, creando un cuello de botella en el ingreso de las personas de escasos recursos, porque en esta batalla contra la menor disponibilidad de recursos naturales y energéticos son los pobres los que seguirán pasándola muy mal.
Eso del agua barata o subsidiada será cosa del pasado.
A COLACIÓN
De México y el agua, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México destaca que el país  tiene deficiencias en la provisión de servicios básicos de saneamiento: “La privación del acceso al agua y los servicios de saneamiento es una crisis en la población menos favorecida”.
México debe trabajar profundamente en mejorar el suministro de agua, la calidad de ésta (se atrevería usted amigo lector a beber agua directamente de la llave de su casa), la infraestructura y los niveles de almacenamiento. Es necesario que a escala mundial se establezca el acceso a 20 litros de líquido limpio al día, como un derecho humano.
Tenemos en nuestras manos un verdadero problema. Otra más de las amenazas a la humanidad, a la gobernabilidad, a la sostenibilidad del planeta.
Con el paso del tiempo los mexicanos hemos ido perdiendo también disponibilidad del agua.
La Comisión Nacional del Agua y el Instituto Nacional de Ecología advierten que la disponibilidad de agua por habitante en México disminuyó más de 50% en los últimos 30 años, y se estima que para el 2025 se perderá otro 10% del vital líquido teóricamente disponible por persona.
El 78% del agua que se emplea en el país se destina al riego, las eficiencias en general son del orden del 33% y podrían incrementarse al 63% si existiera una técnica adecuada de aprovechamiento y optimización del agua de riego. Por alguna razón no la hay y me parece que es por la falta de cultura a favor del agua, de responsabilidad en cada mexicano.
En varias entidades han contratado técnicos israelitas expertos en el riego por goteo para evitar el desperdicio, la mala utilización del agua, empero la problemática del riego agrícola no amaina.
Lo mismo cuando en las urbes, los sábados y domingos, el vecino saca la manguera y lava su coche con el agua desperdiciándose; otras actitudes negativas se repiten todos los días con el riego de jardines.
La decidida acción convertida en una actitud diaria, forma una cultura a favor del uso racional del agua.
Tendríamos que pedirles a las autoridades de los tres niveles de gobierno gran responsabilidad para limitar la expedición de licencias en numerosos campos de golf, una de las modas en constante en México, y que requiere de bastantes litros de agua.
GALIMATÍAS
Son dos binomios urgentes en México, primero la cultura a favor del agua; segundo, inversiones del gobierno en infraestructura.
El 35% de las 2 mil 200 presas del país tienen más de 40 años de construcción y su vida útil de diseño normalmente es de 50 años. Como la propia Comisión Nacional del Agua lo reconoce “se requiere elaborar los estudios técnicos que permitan conocer el estado de estas presas”.  Urgimos a las evaluaciones y los presupuestos atinados.

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