La artista suiza Natasha Tsakos presentó “Up Wake” en el Festival Internacional Tamaulipas

Natasha dio muestras de su
talento, sensibilidad y dominio
de varias artes escénicas
ante un auditorio casi lleno
Foto: Internet

Natasha Tsakos y la desazón del ser contemporáneo

A la señorita Anagrama

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Matamoros, Tamaulipas. 18 de octubre de 2007. Anoche se presentó en el Centro Cultural Olímpico de esta ciudad, como parte de las actividades del IX Festival Internacional Tamaulipas y del XV Festival Internacional de Otoño de Matamoros, el espectáculo performancero o multimedia “Up Wake”, de la artista suiza Natasha Tsakos, que dio muestras de su talento, sensibilidad y dominio de varias artes escénicas ante un auditorio casi lleno, compuesto en su mayoría por jóvenes.

Con base en un arte estéticamente definido y pulcro, en el sentido de que las distintas modalidades escénicas se imbrican de manera natural, Tsakos apareció en el escenario con un traje que evoca vagamente al clown, al que también hace implícitamente un homenaje, y con un movimiento escénico impresionante, apoyado por luces, sonidos y animaciones, para ofrecer un espectáculo impactante tanto por su despliegue tecnológico como por la estructuración de un discurso que dice mucho más de lo que representa.

Delgada y de silueta andrógina, Natasha Tsakos inicia llamando la atención del espectador de manera lenta, con sonidos y actitudes que denotan la confusión y el sinsentido de la vida contemporánea, en la que parecen plantearse los dilemas que en su momento enfrenta el personaje de “El lobo estepario”: tener que elegir entre varias opciones que no conducen, aparentemente, a ningún lado. O al mismo: a su interior y su interacción con el mundo.

Posteriormente, ya fascinado el público por la propuesta visual y auditiva de la artista suiza, que se sucede vertiginosamente ante sus ojos, impidiéndole construir un solo significado posible, el performance se desplaza por distintos niveles de significación en los que parecen titilar el estrés, la enajenación, el automatismo, la desolada soledad del ser humano contemporáneo, rodeada de todo y, simultánea y paradójicamente, de nada.

En casi una hora, Natasha Tsakos logra plasmar en “Up Wake” la desazón que padece el hombre contemporáneo, con el apoyo de diferentes lenguajes artísticos, que confluyen y se imbrican sin distorsión en el escenario: animaciones, música, gestualidad, sonidos, iluminación, teatralidad… Una artista que no se conforma con crear y producir obras de gran calidad, sino que además se da el lujo de perturbar al espectador atento, de invitarlo a hacer una lectura de su discurso, entre otras tantas posibles, al tiempo que lo incita a replantearse su estar aquí en el mundo.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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