La obra del compositor duranguense Ricardo Castro revive con la magia de la pianista Eva María Zuk

 La obra del compositor duranguense Ricardo Castro revive con la magia de la pianista Eva María Zuk
La pianista mexicana
originaria de Polonia, fue
calurosamente aclamada a
través de sus sentidas y
vehementes interpretaciones
Foto: Cortesía
Festival Internacional Cervantino

Ciudad de México.- 8 de octubre del 2007.- (J.G.G./ CONACULTA) Abrigada por la arquitectura y los ornatos del Templo de Mellado de Guanajuato, la pianista Eva María Zuk veneró con un variado programa musical la memoria del notable compositor duranguense Ricardo Castro, durante el 35 Festival Internacional Cervantino, donde los aires de uno de los representantes del romanticismo mexicano se extendieron por todo el recinto.

 

Para este recital que conmemora la figura de este importante músico, en el centenario de su muerte, la pianista eligió una representativa muestra de su obra, en la que se entreveran la influencia expresiva francesa, alemana y eslava, el virtuosismo lisztiano, la ópera de Verdi, las danzas estilizadas y vientos mexicanos.

 

Fueron 95 minutos aproximadamente los que la pianista mexicana (originaria de Polonia) ocupó para honrar la figura del compositor oriundo del Municipio de Nazas, Durango, a través de sentidas y vehementes interpretaciones, que merecieron calurosos aplausos del público después de cada ejecución musical.

 

Con una aparente imagen imperturbable, Eva María Zuk exhibió durante este recital la cercana relación que existe entre el lenguaje musical con el teatral, debido a que la concertista  transformó el teclado de su piano en el escenario idóneo para aludir coloridas imágenes nacionales, como las del tradicional baile de los chinelos de Morelos o el faldeo femenino que requieren los jarabes jaliscienses, inmersas en la pieza Aires nacionales mexicanos, así como las emotivas interpretaciones que hicieron Enrico Caruso y Luciano Pavarotti a la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi.

 

Pieza tras pieza la pianista recreó con sus virtuosas manos las delicadas atmósferas de los temas Canción de amor, Capricho brillante Op. 10, Prés du ruisseau Op. 16, Dos estudios de concierto (segunda numeración), Op. 20 Núm. 1 en Fa sostenido menor y Op. 20 en Do mayor; Vals de concierto Op. 25; Mazurka Op. 46; Polonesa Op. 11; Improvisaciones. Ocho danzas características mexicanas, Op. 29; Theme varié Op. 46 (póstumo), y el Vals capricho Op. 11 (segunda numeración).

 

Con más de 50 distinciones por parte de gobiernos e instituciones de nuestro país y el mundo, Zuk ha actuado como solista en cerca de medio centenar de orquestas de naciones europeas y americanas, entre ellas la Filarmónica de Londres; Sinfónica de Moscú; American Symphony; Orquesta Tonkünstler, de Viena; Orquesta Pasdeloup, de París, y las orquestas de Radio y Televisión polacas en Watowice y Cracovia, bajo la batuta de más de 70 directores.

 

Las medallas de la Orden Andrés Bello y del Bicentenario de Simón Bolívar, de Venezuela; la Cruz de Caballero de la Orden al Mérito y la Medalla del Centenario de Karol Szymanowski, de Polonia; el Escudo de Armas de San Juan de Puerto Rico, y la Medalla de Bronce en el Concurso Internacional de Piano Reina Elizabeth de Bélgica, son sólo algunos de los reconocimientos que la artista ha recibido.

Redacción Azteca 21

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