Reeditan disco de rock mexicano, “Odio fonky. Tomas de buró”, de Jaime López y José Manuel Aguilera

Un disco que hará retroceder
en el tiempo a unos rockeros
ya no tan chavos
 Foto: Cortesía Fonarte Latino

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 24 de septiembre de 2007. Trece años después de haber sacado un disco que se volvió referente indispensable para el rock mexicano, “Odio fonky. Tomas de buró”, Jaime López y José Manuel Aguilera dieron a la luz una reedición del 13 aniversario, según anuncia la contraportada de esta nueva producción, distribuida por Fonarte Latino (así como la secuela de aquél, que dieron a conocer a principios de este año, “No más héroes, por favor. Tomas de laptop”).

Esta reedición de “Odio fonky” se podría considerar como una gran oportunidad de escuchar –o reescuchar– varias de las rolas que marcaron o acompañaron en su tránsito vital a muchos chavos y no tan chavos de mediados de los noventa en México (esencialmente en las urbes de tradición rockera como el Defe, Guadalajara, Tijuana, Monterrey y otros hoyos).

Desde la inefable y metafísica “Chilanga banda”, pasando por la casi paradigmática “Malafacha”, la acidez de “La misma vieja canción”, hasta la lúdica y guapachosona “El cara de memorándum o cutis de currículum” y la reivindicativa “Odio fonky”, esta reedición de la primera simbiosis creativa entre López y Aguilera viene a refrescar nuevamente, aunque suene contradictorio y nostálgico, la actual atmósfera enrarecida del rock mexicano, o lo que queda de esta etiqueta esencialmente ochentera y noventera.

Además de las canciones susodichas, podemos disfrutar de “En el principio fue el kiosco”, “Nuestro amor es ese gato negro muerto en el baldío”, “Tatuaje”, “Moros con tranchete”, “Nadie da por nada su corazón”, “Indian summer”, “Fama fatal”, “Materia tóxica”, “El recado”, “El suicida” y “Radio odio” en la inconfundible voz antaño aguardentosa hoy más bien pastosa de Jaime López, quien también toca el bajo, con la densa guitarra y percusiones de Aguilera, Rosaura Cadena en el teclado y voz, Steven Brown en el sax, Daniel Soberanes en el bajo en algunos temas y los coros de López, Aguilera y Cadena.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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