Machaca fiscal
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-Machaca fiscal
-Tirones anuales
-Decisiones de claroscuros
La susodicha reforma fiscal es polémica, cada año suscita las mismas controversias, al final termina aprobada llena de parches y corchetes como respuesta al sentido político que impera entre los legisladores muy por encima del ánimo de Nación, del sentido del deber más amplio que permita que los agentes económicos tengan estímulos para seguir en México y crear empleos.
El problema es que, cada año, los empresarios salen descontentos y nosotros los ciudadanos de a pie recibimos en nuestro bolsillo toda la descarga fiscal de la llamada “reforma fiscal”, que ni reforma, ni moderniza, ni sustenta criterios de competitividad, ni corrige del todo, ni salva al país del grillete del petróleo.
No quiero saber qué pasará con México cuando dentro de tres décadas los precios del petróleo vayan por los suelos. Quizá la historia recogerá que los gobiernos panistas tuvieron a favor miles de millones de dólares provistos por el récord histórico alcista en los petroprecios del momento, y que en cambio, no lograron aprovechar las circunstancias para implementar una transformación fiscal. A lo mejor nos arrepentimos.
Más que una reforma necesitamos una “revolución fiscal” adecuada a los nuevos principios de sustentabilidad muy ad hoc al que los gobiernos de las economías más avanzadas del orbe van trabajando e implementando. Se trata de aspectos vitales.
¿Cuántos estímulos fiscales se encuentran para los empresarios en la supuesta reforma aprobada por los diputados la semana pasada?. Ninguno.
¿Cuántas devoluciones de impuestos figuran si, por ejemplo, en vez de comprar un coche de alta consumición de gasolina, se opta mejor por otro de bajas emisiones?.
La política fiscal ha sido entendida como una forma de aplicar la “ley de Herodes” más en pro de exprimir al empresario que produce, añade valor agregado, impulsa a otras cadenas, agentes económicos y genera empleo; al tiempo que también nos subyuga a todos con impuestos del 2% sobre de los depósitos bancarios a partir de los 25 mil pesos y una gasolina que progresivamente será más cara a partir del primero de enero del 2008 hasta junio del 2009, en ese lapso mes con mes, la gasolina irá aumentando de precio.
Así es que en pleno festejo patrio, el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el Impuesto a las Gasolinas y la Ley del Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) son algunas de las monadas fiscales aplicables a partir del primero de enero del próximo año.
Por lo pronto, el aumento de las gasolinas anuncia una reetiquetación de precios y el alza en el costo de los servicios.
GALIMATÍAS
Con la aprobación de la reforma fiscal, el escenario macroeconómico que el gobierno de México pretende alcanzar en el 2008 es el siguiente: un crecimiento del PIB del 3.7%; inflación del 3%; tasa de Cetes a 28 días promedio de 7%; un precio promedio del petróleo de 46.6 dólares por barril; el balance fiscal pronosticado es cero; un tipo de cambio promedio de 11.2 pesos por dólar; un déficit en cuenta corriente del 1.0% del PIB.
Asimismo, la Secretaría de Hacienda corre su modelo econométrico utilizando como variable el crecimiento estimado en Estados Unidos que el próximo año podría ser de 2.8 por ciento.
Siendo la Unión Americana el motor de la economía exportadora mexicana se comprenderá la naturaleza de considerar el desempeño económico del vecino del norte. Como bien sabemos, las previsiones del PIB en México van ajustándose hacia arriba o abajo, en la medida en que van fluyendo noticias de la economía estadounidense.
Cabe mencionar, que a pesar del descontento del Consejo Coordinador Empresarial y de toda la gente que no queremos pagar más por las gasolinas ni que aumenten los precios de los bienes y los servicios con ese pretexto, un punto importante de la reforma fiscal es que su aprobación se logró con mucho menos desgaste político en comparación con años anteriores, esto permite darle certidumbre a los inversionistas.
A COLACIÓN
Respecto al marco macroeconómico presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, algunas casas de estudio, entre éstas Scotiabank Inverlat destacaron que: 1) Los escenarios son parecidos a lo que el mercado anticipa y a los pronósticos en general. 2) Con una reforma fiscal aprobada podría esperarse un crecimiento económico mayor detonado por la inversión. 4) Con las presiones inflacionarias actuales, una inflación del 3.0% difícilmente se alcanzará sin una política monetaria más restrictiva, lo que implica tasas de interés mayores a las previstas. 5) El precio del petróleo estimado es conservador a la luz de la información actual, lo que es conveniente ante la elevada volatilidad de los precios de los hidrocarburos. 6) El plantear un presupuesto equilibrado asegura la permanencia de la estabilidad macroeconómica.
Igualmente Hacienda comenta que el panorama para el 2008 no está exento de riesgos: 1) Un desempeño menos favorable en la economía de Estados Unidos. 2) Que perdure la volatilidad en los mercados financieros internacionales, inhibiendo los flujos de recursos para las economías emergentes. 3) Cambios abruptos en los ingresos petroleros.
Por su parte, en la consideración de Estudios de Banamex acerca de la aprobación gradual mensual en el precio de las gasolinas añade que “el efecto del nuevo impuesto a la gasolina sobre la inflación del próximo año podría ser de alrededor de 0.3 por ciento.”
En resumidas cuentas: es un acierto tener aprobado el escenario base para proveer los ingresos necesarios para sufragar el gasto del próximo año, es bueno comenzar la tercera semana del mes de septiembre sin los tirones que llenaban San Lázaro en pleno 31 de diciembre.
No obstante, habrá que ir preparando con tiempo una “contrarreforma fiscal”, una que le quite el criterio petrolero y persecutorio a la política fiscal a favor de la transparencia, la menor corrupción, el impulso a la competitividad y la simplificación fiscal.
Un país puede saberse del primer mundo cuando sus ciudadanos entienden el compromiso, la obligación, de tributar ante el estímulo de dos premisas fundamentales: entender lo que tienen que pagar y saber que los impuestos contribuyen a mejoras tangibles, por ejemplo en servicios públicos, infraestructuras y medios de transporte.
Cuando ninguna de las dos cosas embona, en cambio, los ciudadanos buscan ingeniárselas para evadir los absurdos de los impuestos. Lo veremos en el caso del 2% sobre de los depósitos mayores a 25 mil pesos en un país sub bancarizado.