El drama del adulto mayor
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-El drama del adulto mayor
-Sin seguridad, ni coberturas
-España y la hipoteca inversa
Después del 2050 yo seré una adulta mayor y muchos de ustedes amables lectores también lo serán, preocuparse por lo que pueda acontecer en los próximos 44 años parecería crearse presiones ajenas e innecesarias cuando lo que tenemos de momento es la necesidad de resolver el presente y a caso vislumbrar el futuro deseando terminar de pagar la hipoteca.
Empero, delinear desde hoy ese futuro que tarde o temprano nos alcanzará no es más que prevenir y dejar unas mejores bases para los que vienen detrás en esta estafeta generacional, para disfrutar de una etapa de la vida que no es de ocaso sino de plenitud, al menos es así como debería de serlo.
Pasar del plano de lo ideal, implica romper con un molde cultural y una estructura política que no está preparada a nivel global para atender e incluir a las personas de la tercera edad.
Miremos a nuestro alrededor: ni siquiera las calles están trazadas para dar seguridad a los pasos de las personas con más de 60 años de edad, por eso mucha gente se recluye en donde vive para evitar los peligros urbanos más amenazadores en la medida en que la gente va mermando sus capacidades y avanza la edad.
Pero no son sólo las calles, también los medios de transporte, restaurantes, accesos a parques, centros comerciales, cines y otros espectáculos.
En países en vías de desarrollo es una odisea salir con un adulto mayor handicap o con algún tipo de problema en su movilidad, ni siquiera me imagino a un abuelo con andadera intentando cruzar La Alameda o el Zócalo en el Distrito Federal.
En pleno siglo XXI es un problema llegar a la tercera edad y es que además de que no hay casas habitación apropiadas, ni planeación urbana, ni infraestructura pensada para atender las características propias del adulto mayor; tampoco hay políticas públicas adecuadas, ni el sector privado se interesa por bancarizar al adulto mayor, ni las agencias de viajes por ofrecerles servicios, ni hay planes de trabajo para mantenerlos productivos si ellos quieren, ni existe el lazo intergeneracional tan importante para concientizar a las nuevas generaciones de jóvenes que están atestiguando como se derrumba todo en lo que se puede creer y levantar una sociedad desde el hecho de una familia heterosexual.
Los adultos mayores tienen que contar para las políticas públicas de forma integral y para la iniciativa privada con productos bancarios adaptados a los requerimientos de la nueva realidad vital por la que transitan; lo mismo para planes de retiro, seguridad médica, rehabilitación; suministro de medicinas; atención jurídica para cesiones, testamentos, repartos de bienes. Vamos tienen que contar en la sociedad y ésta les tiene que tratar con respeto, no a sazón de mendigos que piden una cita médica y son una molestia; y mucho menos como a una carga. ¿O es qué usted amigo lector quiere sentirse así cuando le llegue el momento?
A COLACIÓN
Todo lo que sembremos ahora para allanar esa deformación que se tiene al respecto de la tercera edad nos beneficiará a todos.
A nivel global la pirámide poblacional está cambiando, hay sociedades donde los nacimientos son escasos, otras conservan nacimientos promedio de cuatros hijos como las familias estadounidenses, germanas, israelitas e hindúes.
Al tiempo que el concepto de la familia experimenta cambios, en los que no siempre estoy de acuerdo, porque considero que el pilar fundamental es nuclear, hombre y mujer, diversos organismos internacionales advierten de la cantidad de población que serán adultos mayores en las próximas décadas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estiman que para el año 2050 habrá 2 mil millones de adultos mayores en el mundo, muchos tendrán más de 60 años y el 80% vivirán en países en desarrollo.
En México, el Programa de Desarrollo Integral del Adulto Mayor (Prodia), el Instituto Nacional de las Personas Adultos Mayores (INAPAM) que pertenece a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) y el Consejo Nacional de Población (Conapo) indican que hay 8.3 millones de personas mayores de 60 años, lo que representa el 7.7% de la población mexicana.
Para el 2030 ese sector aumentará un 17.5% y para el 2050 serán entre 30 y 35 millones de personas mayores lo que equivaldrá a un 28% de la población total nacional.
En la actualidad, Adriana González Furlong, directora del INAPAM, destaca la urgencia de un Plan Integral de Acción en Torno al Envejecimiento, no precisa exactamente la directriz y en qué consisten las propuestas de alcance. En la vejez, como con la sustentabilidad, tiene que incluirse en todos los programas de las Secretarías de Estado, en las políticas públicas para que el cambio sea verdaderamente integral.
GALIMATÍAS
La tercera edad puede convertirse en una pesada loza de soledad, afortunadamente en México y otras partes de América Latina nuestros adultos mayores se quedan en casa sea con los hijos o los nietos; es cierto también hay casos de abandono y de asilos, pero no tan dramático como en Europa.
En España, son muchas las personas abandonadas, quizá porque nunca tuvieron hijos, porque su pareja falleció, al igual que los amigos. La longevidad puede ser un extraño drama.
¿Qué les queda? Comprar un perro y contratar a una señora inmigrante para que les cuide y haga compañía. El punto es cómo pagarle cuando se tiene una pensión entre 400 a 600 euros mensuales en el mejor de los casos.
Bueno entidades financieras como Caja Duero, Caixa Terrassa e Ibercaja tienen un producto que se llama Hipoteca Inversa.
¿En qué consiste? Básicamente en España el 85% de los españoles mayores de 65 años son dueños de una vivienda, muchos están solos, sobre todo son mujeres viudas, sin nadie a su alrededor y con muy poco dinero mensual que les impide contratar a alguien.
Entonces la hipoteca inversa permite que, con las escrituras en propiedad, el adulto mayor acuda a hipotecar su casa para recibir a cambio una mensualidad de 600 euros por una vivienda valorada en 300 mil euros, el contrato de la mensualidad puede ser hasta por veinte años. La edad máxima para solicitar una hipoteca inversa es la de 90 años.
Si bien para muchas personas solas, que apenas sobreviven con la pensión (si es que la tienen), la hipoteca inversa se asoma como una solución, la verdad es que a mí se me hace injusta está forma de lucrar de las entidades financieras, justificándose en que ofrecen un alivio a cambio de quedarse con una propiedad, porque al final de cuentas eso es lo que sucede.