Atuendos indígenas de la huasteca poblana son un mosaico de su riqueza cultural

 Atuendos indígenas de la huasteca poblana son un mosaico de su riqueza cultural
La muestra fue muy visitada y
suscitaba admiración entre los
cientos de personas que
entraban a verla
Foto: Gregorio Martínez M./Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 23 de agosto de 2007. En el XII Festival de la Huasteca, celebrado a fines del mes pasado en Huauchinango, se montó la muestra “Atuendos indígenas de la huasteca poblana”, que exhibió indumentaria tradicional femenina de la Sierra Norte de Puebla, compuesta con trajes propiedad de la familia del Ángel Ortiz.

Custodiada por la señora María Félix Ortiz y su esposo el señor Ramón del Ángel, la exposición ocupaba el Patio Central de la Presidencia Municipal de Huauchinango con los trajes de diversas localidades de la región, con fichas informativas que, en algunos casos, parecían sacadas de la “Historia General de las cosas de la Nueva España”, de Bernardino de Sahagún, pero actualizada la redacción.

Además, las paredes las adornaban penachos de diferentes tamaños y colores, seguramente utilizados en algunas de las danzas tradicionales de la zona. Según me comentó la señora María, los trajes los han comprado con sus propios medios desde hace más de 25 años e incluso algunos de ellos se pueden considerar casi desaparecidos, en desuso.

Agregó que uno de los propósitos que la mueven a ella y a su esposo es el de dar a conocer a las jóvenes de la región la diversidad y la riqueza de sus atuendos, puesto que muchas de ellas ya no los utilizan, dando paso a la uniformidad de la ropa mestiza, moderna. Asimismo, ellos los confeccionan, por si alguna persona está interesa en adquirir estos bellos trajes indígenas, algunos con elaborados bordados y arduos diseños.

Los atuendos reunidos en la muestra eran de las comunidades de Tlacomulco, San Pablo, Chicahuaxtla, Pantepec, Patla, Chachahuantla, Copila, Xilocuatla, Cuacuila, Naupan, Necaxaltepetl y Tlaxpanaloya, y las mujeres los usaban con huaraches o descalzas, explicó la amable señora.

A modo de ejemplo y a pesar de los solecismos, por su importancia ilustrativa, transcribo enseguida cuatro fichas que acompañaban a sus respectivos trajes: “Copila. Las mujeres de esta comunidad visten una camisa blanca bordada a mano de 20 centímetros atrás y adelante, con un pequeño holancito enfrente y atrás, usando un quexquemetl blanco con un pequeño bordado en la orilla, una nahua (sic) [¿enagua?] blanca con una faja de color fiusha de 2 metros de largo, se peinan con una o dos trenzas peinadas hacia atrás con listones de vistosos colores. Los aretes y los collares son la belleza de la mujer indígena de Copila. Se dedican principalmente a la agricultura, el comercio y las artesanías”. (Este traje se singulariza del resto por su predominio del blanco, en contraste con los otros, cuya característica principal es el vistoso colorido.)

“Chicahuaxtla. Esta comunidad pertenece al municipio de Tlaola y su significado es ‘Llanura de hormiga grande’, y su principal actividad es agrícola. Se cultivan en abundancia maíz, calabacitas, frijol, su ‘dialecto’ (sic) es el náhuatl. La mujer indígena en este lugar viste camisa laboriosamente bordada a mano, atrás, adelante, y en las mangas, una nahua negra, una faja de 15 centímetros de ancho y 2 metros de largo, de color naranja con puntos verdes, hecha en el telar de cintura, un quexquemetl blanco de encaje. Regularmente se peinan con una o dos trenzas hacia atrás con listones de vistosos colores (blanco, verde, azul), los collares y los aretes le dan un toque final a la mujer indígena de Chicahuaxtla. Cabe mencionar que en esta región, la cual limita con el estado de Veracruz, se baila el son huasteco, digno representante de la huasteca poblana”.

“Chachahuantla. Esta comunidad es de origen náhuatl, corresponde al municipio de Naupan, y significa ‘lugar con quebraduras o escarpaduras’, el nombre le fue puesto porque está rodeada de cerros y cuando llueve el lodo es espeso. En este lugar algunos habitantes son comerciantes, artesanos o campesinos, se dedican al progreso de su comunidad. La mujer indígena de este lugar es muy elegante por sus bordadas porque hasta el día se esmeran por conservar sus artesanías, visten una camisa laboriosamente bordada a mano, de aproximadamente 20 centímetros, atrás y adelante, y un pequeño holancito atrás y adelante, bordado a máquina de color rojo, una faja de 2 metros de largo hecha en el telar de cintura de color vino, un quexquemetl blanco bordado en las orillas a máquina, una nahua negra de tela delgada, fácil de vestir, para protegerse del sol usan sombrero, regularmente se peinan con una o dos trenzas hacia atrás, en ocasiones de fiesta usan collares y aretes de vistosos colores, que son el realce de la mujer indígena de Chachahuantla”.

Cuacuila. Esta comunidad es de origen náhuatl, corresponde al municipio de Huauchinango, anteriormente este lugar estaba lleno árboles grandes, era un lugar montañoso. Cuacuila significa ‘Lugar donde abunda el gusano de seda’. Los habitantes de este lugar siembran maíz, cultivan legumbres como rábanos, acelgas, cilantro y lechuga, todo esto lo venden en el tianguis, La fiesta del pueblito se celebra cada año el 2 de febrero festejando a la Virgen de la Candelaria, y dura una semana. Este lugar también es famoso porque hay curanderos que los martes y los viernes llegan varias personas a buscar los servicios de los curanderos. La mujer indígena de Cuacuila vestía anteriormente una camisa blanca laboriosamente bordada a mano, el bordado de cada camisa es de 30 centímetros, atrás, adelante y un pequeño bordado en las mangas, era de un solo color cada una, como rojo, azul, verde o naranja, usaban un quexquemetl de manta, años después lo cambiaron por un quexquemetl de encaje blanco, una faja de color rojo con puntos verdes y color naranja de 2 metros de largo y 5 centímetros de ancho, una nahua negra de paño, los collares y los aretes eran el toque final de la mujer indígena de Cuacuila. Actualmente, la mujer indígena de Cuacuila hizo un cambio en su indumentaria, estilizó la camisa blanca con un bordado de varios colores, como verde, azul, naranja, amarillo y morado. La camisa es hermosa por sus colores, usan un quexquemetl blanco tejido a gancho, también hicieron cambios en la faja, hoy es de 3 centímetros de ancho y 2 metros de largo, también hicieron cambios en los colores, ahora son rojo, rosa mexicano vino o fushia. La nahua sigue siendo negra, cambió la tela hoy es más delgada, y es más fácil de vestir, los collares y los aretes ya no los usan diario como antes, hoy los usan solo en ocasiones de fiestas y solo unas cuantas mujeres. Hoy en día ya no existe gente descalza, porque usan huaraches o zapatos. Cabe mencionar que la indumentaria que usan en Cuacuila es la que representa Huauchinango, porque es la que antes usaban en esta ciudad. En este lugar se baila el son huasteco poblano, especialmente el son de las flores”.

Por último, la muestra fue muy visitada y suscitaba admiración entre los cientos de personas que entraban a verla, siendo gratuita la entrada, pero no dejaba de ser paradójico y contradictorio que afuera de la Presidencia Municipal o de la iglesia del Señor del Santo Entierro, las indígenas de carne y hueso, con idéntico o parecido vestuario, que vendían artesanías o frutas de la estación u otras mendicantes no despertaran el menor interés a esas mismas personas. Cosas de la vida.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Redacción Azteca 21

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