La Universidad Autónoma Metropolitana contribuye al desarrollo artesanal

 La Universidad Autónoma Metropolitana contribuye al desarrollo artesanal
Algunos de los estudiantes que
convivieron con los artesanos
zacatecanos
Foto: Gregorio Martínez M./Azteca 21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 13 de agosto de 2007. “Es la segunda ocasión que se realiza este proyecto en Zacatecas, la primera fue en agosto de 2006. Este proyecto, Apoyo a los Artesanos, se viene realizando desde 1995 en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dentro de un programa que se llamaba Apoyo Multidisciplinario para las Artesanías, y se lleva a cabo solamente en la UAM-Azcapotzalco”, afirma Guillermo Trejo Soriano, profesor en esta casa de estudios, entrevistado en el Portal de Rosales, en la capital zacatecana el sábado 4 de agosto, a quien acompañaba un grupo de estudiantes uamitas, que estaban a la espera de otros de sus compañeros.

Ellos están en Zacatecas como parte del convenio signado por la UAM y el Instituto de Desarrollo Artesanal del Estado de Zacatecas (IDEAZ), que busca intercambiar experiencias que redunden en beneficio de los artesanos zacatecanos y los estudiantes universitarios. “Yo ya casi tengo 12 años participando en el proyecto. En estos años, hemos estado en diferentes estados de la República, en 1995 comenzamos en Guerrero, posteriormente fuimos a Veracruz, Tabasco, Nayarit y Michoacán. En este último, me parece, continuamos desde 2003”, puntualiza.

“Más adelante, el IDEAZ se contactó con la Casa de las Artesanías de Morelia, y a través de ésta se contactaron con nosotros. Fernando Shultz Morales es el coordinador general del proyecto y un maestro que inició el diseño industrial en la UAM, en Ciencias y Artes para el Diseño, en 1974, desde entonces es maestro ahí mismo. En Zacatecas apenas iniciamos el año pasado, pero en Michoacán llevamos cinco o cuatro años consecutivos”, agrega.

“El proyecto, básicamente, es un intercambio, pues los alumnos van y conviven en el lugar de origen del artesano, en su casa, se quedan con él una o dos semanas, dependiendo del convenio establecido, aprenden de los artesanos, de cada artesano, y ellos, a su vez, les comparten sus conocimientos de la carrera de Diseño Industrial, esto para combinar conocimientos y buscar que salga algo nuevo. Por supuesto, sin distorsionar su trabajo ni que el alumno sea impositivo, que no imponga algo, ya que es una colaboración mutua y se pretende ampliar el panorama tanto del artesano como del estudiante, así como crear nuevos diseños”, explica.

“Vemos el proceso artesanal completo y tratamos de incidir en un aspecto determinado, donde se requiera. Buscamos cómo colaborar, si necesitan implementar algo para agilizar el proceso, mejorar o buscar nuevos materiales, desarrollar nuevos productos… Cada año se realiza el proyecto con alumnos diferentes, pues los que colaboran son de servicio social. De esta manera cubren su servicio y conocen la experiencia práctica, en un momento real, de lo que más adelante puede ser su vida profesional.

“El interés de este proyecto es el conocimiento artesanal, en sí el conocimiento. En la universidad aprendemos el conocimiento teórico, acá lo aprendemos en la práctica; ése es realmente nuestro interés, el conocimiento artesanal. Con el IDEAZ es la segunda ocasión que colaboramos, la relación ha fluido bien, en el sentido de que el año pasado fue como piloto, como muestra, para que pudieran pulir la logística, sus intervenciones, abarcar un poco más lugares, pues ellos prácticamente están empezando desde cero, desde hacer un directorio artesanal para localizar en qué lugares se realiza determinada actividad. Digamos que todavía nos falta mucho por abarcar”, comenta.

“Sí, la idea es llegar a lo que se ha logrado en Michoacán. De hecho, se hizo un convenio IDEAZ-UAM-A a partir del cual hay un compromiso institucional de que esto se haga periódicamente, cada año. En la UAM, los muchachos ocupan el periodo vacacional para realizar este tipo de proyectos. Respecto de los apoyos que recibimos, el maestro Fernando Shultz te podría dar más detalles, porque es el coordinador general del proyecto, yo soy colaborador. En este caso, coordino, monitoreo todas las actividades; pero sí nos ponen la alimentación, el hospedaje… Ahora vienen nueve muchachos, cinco chicos y cuatro chicas. Creo que este tipo de proyectos deben ser apoyados integralmente, deben participar más instituciones y empresas para que esto crezca”, asegura el profesor Trejo.

A un lado se encuentran los alumnos. Platico con uno de ellos, Fidel Bonilla Jiménez. “Yo estoy en Guadalupe, junto con mi compañera Monserrat Morales Cabral, con el herrero Abel López Guevara. Ésta es la primera ocasión en que se trabaja con los herreros, y lo importante del proyecto, como dijo Memo, es el intercambio, no el venir a decirles qué hacer, pues ellos ya saben hacerlo”, enfatiza Fidel, de barba y gorra verde olivo, recuerdo de un viaje a Cuba.

“Sin embargo, se busca fundamentar lo que están haciendo, que es nuestra parte como diseñadores industriales, como elemento de nuestra formación. Los que participamos en el proyecto somos estudiantes de Diseño Industrial o Gráfico, y en este caso también se invitó a los de Arquitectura, ya que es un programa abierto, multidisciplinario, como parte de nuestro servicio social.

“El profesor Fernando Shultz, como lo marca uno de sus objetivos, busca sensibilizar a los alumnos de la UAM, en el sentido de que debemos sensibilizarnos para poder proyectar, tener conceptos y saber más de la vida. Así, éste es un parteaguas como servicio social, pero también como una experiencia de vida, porque realmente vives lo que viven los artesanos, viviendo con ellos. Yo tengo un cuarto para mí, estamos bien atendidos, pero en Michoacán, por ejemplo, es otro tipo de estancia, según me han contado otros compañeros que están allá”, manifiesta.

“Un día de trabajo cotidiano con Abel consiste en despertarse a las siete de la mañana, él tiene otras actividades; si deseo acompañarlo, voy con él. Es pipero, tiene que ir al rancho, y también es ladrillero, hace ladrillos. Entonces, después de comer, en la tarde, es cuando nos ponemos a trabajar. En esta semana ya trabajé con él para saber qué hace, cómo lo hace, para tener una base y evaluar su trabajo, ver dónde están las deficiencias y las potencialidades de cada proceso, equilibrar sus deficiencias para que sus potencialidades aumenten al máximo y todos sus productos tengan un fundamento, estén diseñados desde un aspecto conceptual”, expresa el joven universitario.

“La idea del programa también es compartir lo que sabemos, que es amplio, no sólo sabemos hacer piezas. Hay otro herrero que se llama Armando, con 27 años trabajando en esto, tiene muchas piezas. Digamos que en la parte conceptual ya está completo, pero le falta la parte administrativa, sabe fundamentar sus piezas, pero hay un desequilibrio porque tiene infinidad de piezas que no sabe si son colecciones, sellos… Es un cúmulo de información que no sabe emplear, entonces se trata de orientarlo en ese sentido”, declara.

“Respecto de las estancias, el profesor Fernando Shultz, de acuerdo con la convocatoria del proyecto, tiene la facilidad de ver las cualidades de cada uno de nosotros. En la UAM, las inscripciones empiezan en abril y él comienza a ver las cualidades de cada uno. Yo estoy llevando Integral con él, en el último año, y dentro de nuestras investigaciones a mí me tocó ver situaciones de toda la chatarra, porque los proyectos de la UAM así están programados. Entonces el profesor Shultz vio que Monserrat y yo teníamos esa facilidad de información y que vamos en el mismo salón, por eso nos destinó con los herreros. Él designa realmente, con base en las cualidades, el pensamiento y las actitudes, dónde podemos dar el desempeño que se pretende como proyecto académico.

“Luego de una semana de trabajo, me he podido dar cuenta de que sí hay que sensibilizar a los artesanos en el sentido de que ellos tienen su área de trabajo como economía familiar. Sin embargo, no deben descuidar la artesanía, no la pueden ver sólo como economía familiar, ya que la artesanía es una expresión de identidad, y tienen que verla de esta manera, debemos influir en su forma de pensar. Como persona, yo estoy muy contento de estar aquí, he adquirido un cúmulo de información muy grande y cumplo una finalidad como diseñador industrial, pues trabajar con Abel ha sido fácil, es una persona muy perceptiva y noble; ésta es la otra parte del programa, la sensibilización entre personas o comunidades diferentes. En lo personal, lo he comentado entre todos mis compañeros y están de acuerdo, estoy muy contento de participar en este tipo de programas”, concluye Fidel con una sonrisa, mientras sus compañeros, Edgar Rivera León, Leonel Salgado Segura y Osvaldo Cedillo González, asienten con un movimiento de cabeza, corroborando su afirmación.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

Redacción Azteca 21

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