A 103 años de su natalicio, la actriz azteca Dolores del Río, será objeto de un tributo póstumo

Dolores del Río ganó el 'Ariel' en
1946 por la película
'Las abandonadas' filmada
al lado del recio actor
azteca Pedro Armendáriz
Foto: Internet

Ciudad de México.- 2 de Agosto del 2007.- La actriz mexicana Dolores del Río, primera latina que tuvo éxito en Hollywood, será objeto de un tributo póstumo por parte del Museo del Cine “Rafael Trujillo” del Instituto de Cultura del Estado de Durango, a 103 años de su nacimiento.

En la Sala “Julio Bracho” la actriz será recordada este jueves con la proyección de su película “Señora ama”, una de los tantos filmes que dieron éxito a Dolores del Río tanto en México como en el extranjero.

Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez del Río, quien en la década de los años 20 y 30 conquistó en Hollywood la categoría de diva, nació el 3 de agosto de 1904 (otras fuentes señalan 1905 o 1906) en Durango, Durango.

Fue única hija del matrimonio formado por doña Antonia López Negrete y López, quien mostraba orgullosa su origen aristocrático de la España virreinal, y Jesús Leonardo Asúnsolo, próspero ganadero y comerciante originario del norteño estado de Chihuahua.

Con la Revolución Mexicana, los Asúnsolo emigraron a la capital y años después Dolores recordaría ese traslado como su primer contacto con un México muy distinto al que ella pertenecía: un país de soldaderas y campesinos, de personajes recios, dignos y humildes, iguales a los que después interpretó en sus filmes más famosos.

Desde muy pequeña Dolores demostró aptitudes para la danza, arte que la dio a conocer entre el selecto grupo social en el que se desenvolvía.

Fue precisamente en una función de danza en la que la joven conoció a Jaime Martínez del Río, un refinado y culto heredero, con quien contrajo nupcias tan sólo dos meses después.

En 1925 el matrimonio ofreció una fiesta a la que asistió Edwin Carewe, productor de Hollywood.

La belleza y gracia de Dolores cautivaron al estadounidense, quien se enamoró de ella. En un movimiento audaz, el productor convenció a la pareja de abandonar su bucólica vida en la capital mexicana y emigrar a Hollywood, donde Dolores se convirtió en una “princesa de la pantalla grande”.

En la “Meca del Cine”, Dolores del Río filmó más de 30 películas y se divorció de su primer esposo (aunque conservó el apellido de él durante toda su carrera). Después se casó con el escenógrafo Cedric Gibbons y se convirtió en una celebridad internacional.

Aunque su primer filme fue “Joanna” (1925), la película “Ramona” (1928) fue la que la convirtió en una estrella del Séptimo Arte.

Durante los años 20 y 30 era muy popular en Hollywood y no le gustaba participar en producciones mexicanas.

A pesar de que su inglés era fluido, su acento limitó sus opciones histriónicas, razón por la cual muchas de sus intervenciones fueron estereotipadas, sin embargo, fue la primera latina que tuvo éxito en Hollywood.

Cuando su fama inició su declive, regresó a México, sin imaginar que iniciaría una nueva y exitosa carrera.

De sus primeros trabajos de renombre en este país se encuentra “Flor silvestre”, que forma parte de la “Epoca de Oro” del cine mexicano.

También figuran las coproducciones México-estadounidense: “Bird of paradise” (1932) y “Flying down to río” (1933), con Fred Astaire y Ginger Rogers. Además protagonizó “María Candelaria” (1944), “Las abandonadas” (1944), Doña perfecta “(1950) y “Flaming star” (1960). Dolores del Río ganó el premio Ariel en 1946 por la película “Las abandonadas” (1944); en 1953 por “Doña perfecta” (1950) y en 1954 por “El niño y la niebla” (1953).

Además participó en filmes de Reino Unido, Argentina, España e Italia. En 1959 se casó con Lew A. Riley Jr, y después de dos décadas de radicar en México, en 1960 regresó otra vez a Hollywood. Su belleza “clásica” impactó, razón por la cual en Hollywood se le consideró una imagen de la sexualidad.

También recibió atención por su trabajo y a más de dos décadas de su muerte todavía es una figura notable en la historia del cine en Estados Unidos y México. Dolores del Río también trabajó en teatro y televisión.

En 1978 decidió retirarse de la actuación, dejando más de 50 películas, como “Bugambilia” (1944), “La selva de fuego” (1945), “La otra” (1946), “Historia de una mala mujer” (1947) y “La malquerida” (1949). Así como “La casa chica” (1949), “Deseada” (1950), “Reportaje” (1953), “Señora ama” (1954), “A dónde van nuestros hijos” (1956), “Torero” (1956), “La cucaracha” (1958) y “El pecado de una madre” (1960).

“La dama del alba” (1965), “Casa de mujeres” (1966) y “The children of Sánchez” (Los hijos de Sánchez) (1978), “Joanna” (Joanna, la muñequita millonaria) (1925), “High steppers” (La vida alegre) (1926) y “The Fugitive” (1947), estas últimas, estadounidenses.

Dolores del Río falleció a los 79 años, el 11 de abril de 1983 en Newport Beach, California, por complicaciones hepáticas. A finales de 2004 y principios de 2005 se realizó un homenaje póstumo a Dolores Del Río, por parte de importantes instituciones como la Cineteca Nacional, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Asociación Nacional de Actores, entre otras.

Se realizaron ciclos de cine, mesas redondas, exposiciones, concursos literarios y artísticos, para que “Lolita” fuera recordada al cumplirse un siglo de su natalicio. (Notimex)

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