La Huasteca está de luto… se murió Don Heliodoro Copado

Es de vital importancia que los
mexicanos conozcamos y escuchemos
lo nuestro, como el virtuosismo de
Don Heliodoro Copado Ramírez
Foto: Cortesía 'Discos Corasón'

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 9 de julio de 2007. Hoy me enteré de una lamentable y triste noticia: el sábado 7 murió Don Heliodoro Copado Ramírez en su domicilio de Ciudad Valles, San Luis Potosí. El aviso me lo proporcionó el amigo David Sáenz, de Querétaro, mediante un correo electrónico, el cual leí hasta hoy. Ahí señalaba que, de acuerdo con un periódico de Ciudad Valles, Don Heliodoro falleció a causa de un paro cardiaco en la sala de su casa, donde se encontraba en compañía de su hija Izet y una nieta. David agregaba que sería velado en esa ciudad de la huasteca potosina y al día siguiente, domingo 8, se celebraría una misa de cuerpo presente.

Desde hace muchos años era legendario el nombre de Don Heliodoro, aunado indisolublemente al trío “Los Camperos de Valles”, leyenda que se construyó por su virtuosismo en el violín y que aún podemos apreciar en las grabaciones que dejó (yo conozco las de "Discos Corasón").

Desafortunadamente, con la partida de Don Heliodoro, este año se vuelve negro para la música tradicional mexicana, pues en enero murió otro músico singular: Don Juan Reynoso Portillo. Fatal casualidad o sino inexorable: los dos violinistas de gran talento, uno huasteco, otro calentano. Desafortunadamente, decía, sí, porque con Don Heliodoro se fue un estilo único, ejemplar, de tocar el violín.

Sin duda, la poca atención y la precariedad de los programas institucionales y gubernamentales tienen que ver con la escasa difusión que reciben nuestras más auténticas tradiciones y nuestros artistas genuinos, que no se ven ni oyen en los grandes medios nacionales. No obstante, debemos enaltecerlos, y procurar que su trayectoria y obra no se las lleve el viento de la incuria ni las cubra el polvo del olvido.

Don Heliodoro Copado Ramírez, músico nacido en Querétaro, pero arraigado en la huasteca potosina, logró interpretar algunos sones huastecos de forma magistral, inolvidable, insuperable, que le ha hecho surgir admiradores y seguidores por toda esta feraz región. Sí, la Huasteca de luto, pero todo México debería de estarlo porque se ha ido otro músico excepcional. Descanse en paz, que su música pervivirá mientras haya un corazón huasteco que la escuche.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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