Inversiones éticas o solidarias

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Inversiones éticas o solidarias
-Nueva ingeniería financiera
-La identificación con el cliente

La etiqueta de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) tiene un mercado potencial: los consumidores, un amplio segmento de inversionistas y de ahorradores en fondos de inversión. Y es que no es lo mismo invertir en un fondo de inversión creado por una empresa que contamina que otro resultado de la ingeniería financiera delineado para una empresa socialmente responsable.
La etiqueta por sí sola atrae por la apuesta a la identificación con los consumidores, accionistas y ahorradores.
De la inversión socialmente responsable (ISR), Marta de la Cuesta, destaca que: “El compromiso del inversor ético puede consistir en la simple exclusión o inclusión de determinadas empresas a la hora de escoger sus inversiones, como hace la mayor parte de los fondos de inversión y de pensiones éticos”.
Para la ingeniería financiera la creación de fondos solidarios  ligados a la ISR está proliferando un nuevo mercado en expansión. Es el mañana.
En el mismo sentido las escuelas de negocios en distintos países implementan programas académicos, diplomados y posgrados, para preparar en conocimiento a los profesionistas interesados en trabajar para las empresas socialmente responsables.
En este sentido, en México podemos encontrar en la Universidad Anahuác, la maestría en Responsabilidad Social orientada precisamente a la gestión  financiera y a la ISR.
La relevancia de la ISR es que consiste en  fondos  donde pueden participar los ahorradores de forma colectiva como sucede con cualquier otro, que tienen una rentabilidad igual a la del mercado, pero que en principio representan a una empresa autorregulada por la RSC y cuyo fondo, al ser ISR o solidario, implica que está destinado a financiar programas sociales en países en vías de desarrollo o del tercer mundo. Generalmente son programas de microcréditos.
El propio Observatorio  de Responsabilidad Social Corporativa reconoce que no hay criterios homogéneos entre las empresas porque al ser decisión voluntaria del consejo de administración ser socialmente responsable no existen baremos hacia afuera para medir su eficacia, ni su grado de certeza e impacto.
Entonces se provocan muchas trampas al respecto, dado que por  un lado la empresa puede usar la publicidad para convencer a determinado público acerca de sus labores  altruistas, éticas y comprometidas; impactar al consumidor que responderá comprando los productos o demandando los servicios. Y al crear en el mercado los fondos de inversión socialmente responsables, el ahorrador puede decidir no invertir en determinado fondo, a cambio de orientarse a otro que es socialmente responsable con la idea de que su dinero puede estar contribuyendo a financiar una buena causa en Somalia, o en El Salvador, o en el sur de México en Chiapas.
Sin embargo,  se puede mentir demasiado y se pueden confundir los productos catalogados de  inversiones éticas con las ISR y solidarias.
Una inversión ética no es ninguna innovación, su origen puede encontrarse en motivaciones de índole religiosa y moral en la década de los cincuenta.   Tenemos como ejemplo otros fondos éticos en inversiones contra la política del Apartheid. Generalmente es Estados Unidos el país de origen y en Europa comenzaron a desarrollarse hasta la década de los ochenta.
    La característica de los fondos éticos, según Orencio Vázquez, es que no responden a acuerdos internacionales sino más bien religiosos, morales y de grupo. No generan ningún valor añadido; no tienen filtros en la gestión de los fondos; los inversionistas no conocen el programa  o programas que están financiando;  se manejan como un fondo convencional.
A COLACIÓN
    En cambio, un fondo de inversión socialmente responsable o solidario dona una parte de las comisiones a organizaciones no lucrativas o a proyectos de desarrollo; involucra a los accionistas; al menos  proporciona información parcial del programa que se financia; trata de aplicarse siguiendo los criterios de la RSC arriba mencionados; avanza en la aplicación de filtros.
    El problema es que como no hay filtros externos las empresas pueden colocar fondos supuestamente responsables o solidarios y que operan en realidad como éticos; o bien ante una mala asesoría, un ahorrador puede elegir un fondo ético asociándolo como sinónimo de responsable o solidario.
    En España, el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, dice al respecto de las empresas que conforman el IBEX-35 que “a diferencia de lo que ocurre en Inglaterra, Alemania, Bélgica o Francia no existe de momento una regulación que obligue a los gestores de fondos de inversiones y de pensiones a comunicar a los inversionistas si aplican o no filtros en la gestión de sus fondos”
    En resumidas cuentas un fondo de inversiones socialmente responsable o solidario destina una parte de las comisiones a organizaciones no gubernamentales o programas sociales; su naturaleza está orientada a incidir en el cambio en lugares con problemas económicos, sociales o ambientales. Estos fondos deben ser discriminatorios, esto es, evitar orientarlos a financiar gobiernos de países señalados con problemas de corrupción, o agencias cuyas prácticas sean nocivas para el medio ambiente; o grupos ligados a la violación de los derechos humanos.
    La intención es aplicar una congruencia con la naturaleza del fondo, esto subsume a muchas empresas del sector de la energía a un problema: al de generar energía sin contaminar, depredar el ambiente y ser socialmente responsables; también pone entre la espada y la pared a la congruencia interna con las prácticas laborales porque una empresa que manifiesta un compromiso de respeto de los derechos humanos, laborales y a la no contratación de menores, tiene que aplicarlo primeramente hacia adentro.
    También se pone a otros grupos en cuestionamiento, el BBVA y el BSCH  reconocen en sus informes avances en la responsabilidad social corporativa y la aplicación de fondos de inversión responsable o solidaria, pero ambos grupos poseen bancos en paraísos fiscales.
    El BBVA se vio envuelto en distintos casos de investigación sospechosa en el  2001 y 2002 por su opacidad en las cuentas de pensiones de su consejo de administración invertidas en un paraíso fiscal; igualmente porque se encontraron sendas cuentas del ex presidente Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos depositadas en el banco sin mediar control.
    Por su parte, el BSCH ha proliferado la colocación de fondos de inversión socialmente responsable pero la mayoría son de corte ético.
Con tantas lagunas de por medio, los instrumentos financieros de corte ético están mezclándose con los socialmente responsables y solidarios.

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