Cajeros automáticos, su futuro
POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
-Cajeros automáticos, su futuro
-Dos corrientes encontradas
-Utilidad versus delincuencia
El futuro de los cajeros automáticos tiene que mucho que ver con la relación de los bancos con sus clientes; la inseguridad y el manejo del efectivo; razones de costos entre la contratación de personal o la adquisición de nuevas máquinas.
Para algunos analistas los cajeros automáticos ya dieron todo, en cambio, sus apologistas consideran que el mundo del siglo XXI no podrá desarrollarse a falta de la tecnología más avanzada y en ésta los cajeros automáticos tendrán un lugar, eso sí, con muchas variantes de las que actualmente conocemos y serán, sin lugar a dudas, muy sofisticados.
Lo cierto es que el cajero automático cumplió sus primeros 40 años de funcionamiento, fue el 27 de junio de 1967, en Londres, Inglaterra donde John Shepherd-Barron inspirado en las máquinas dispensadoras de golosinas ideó una similar para que la gente pudiera cambiar sus cheques, por dinero en efectivo, sin necesidad de hacer fila dentro de una sucursal bancaria.
El inventó fue vendido a Barclays Bank y de allí para adelante en el mundo operan aproximadamente 1.6 millones de cajeros automáticos.
Gracias a los cajeros automáticos puede disponerse con gran facilidad de efectivo, casi en cualquier lugar, sea espacio público o privado, las 24 horas día y los 365 días del año.
No obstante, esta gran herramienta concebida con una utilidad específica de proporcionar dinero en efectivo de forma rápida y segura, tampoco ha quedado fuera de los avatares de la delincuencia: máquinas desempotradas de la pared con cuñas, picos y palos; cajeros secuestrados; explosionados; aparatos instalados por los delincuentes para copiar la identidad de las tarjetas de crédito o débito, junto con los números secretos.
Para los usuarios, la inseguridad ha ido en creciente: asaltos a los usuarios de los cajeros apenas disponen del efectivo; secuestros denominados express, el portador de una tarjeta es llevado con lujo de violencia a distintos cajeros automáticos hasta que la cuenta queda vacía; máquinas que se tragan las tarjetas o que realizan la operación pero no dan el efectivo. Algo tan sencillo puede convertirse en una pesadilla.
A COLACIÓN
Desde la perspectiva de Shepherd-Barron la vida útil de los cajeros automáticos está en riesgo y lo dice coloquialmente “es la crisis de los cuarenta”.
A la vista de la competencia, la masificación del teléfono móvil es una gran desafío porque la tecnología celular se concibe como un elemento multifuncional hacia la banca on line y al que pueden agregársele una serie de tópicos relacionados con las transacciones financieras. Si el móvil sustituye al uso del efectivo dado que podrá pagarse todo tipo de operaciones mediante el teléfono gracias a un dispositivo lector, entonces queda únicamente la competencia de las tarjetas de crédito.
Habrá que diseñar muy bien y conjugar los elementos de seguridad, en un mundo donde la población es invulnerable a la delincuencia. Tendrá que pensarse dos veces si es seguro para el portador de un teléfono celular traer consigo mañana y noche toda la información confidencial. Es decir, que tanto se incrementa la propensión a un secuestro cuando en el bolso o el saco se trae consigo casi media vida de información, la más confidencial.
Para los apologistas, el cajero automático tendrá una reconfiguración que lo hará imprescindible.
De hecho, bancos europeos como La Caixa estudian nuevas modalidades para incrementar las operaciones y la seguridad de sus máquinas.
La Caixa desarrolla un programa de seguridad biométrica con tecnología de Fujitsu que permite leer el patrón de las venas de la palma de la mano del usuario. Este primer piloto es vanguardista porque se trata de cajeros automáticos que leerán las líneas de la mano.
Una parte de la tecnología está decantándose a lo que años atrás la ciencia ficción nos mostró en películas de chips de seguridad instalados en el ser humano, GPS de localización, máquinas con códigos lectores del dedo pulgar, el iris o la palma de la mano. El ser humano usado por él mismo como elemento de “seguridad”, y lo entrecomillo por obvias razones, porque utilizarnos a nosotros mismos en la confidencialidad de cara al mundo de todo tipo de operaciones y transacciones, es altamente riesgoso.
GALIMATÍAS
Cabe mencionar que encontramos cierta imprecisión de fechas al respecto del primer cajero automático en México, porque Banamex señala que fue en 1972 y la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) menciona el año siguiente, como resultado de que “en 1973 en Estados Unidos se concedió la patente y se instaló el primer cajero automático en el Chemical Bank de Nueva York”.
En lo que refiere al número actual de cajeros en funcionamiento, la Condusef indica que en México operan cerca de 24 mil cajeros automáticos, de los cuales más de 5 mil son de Banamex.
Hace algunos meses, el Comité de Seguridad de la Asociación de Bancos de México (ABM) informó que en materia de protección de los cajeros automáticos se buscó la colaboración con las autoridades estatales y de manera particular con el Gobierno del Distrito Federal, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, para implementar un acuerdo de colaboración para reforzar la vigilancia en las inmediaciones de sucursales bancarias; incremento del patrullaje en apertura y cierre de sucursales; así como intercambio de información sobre asaltos bancarios y robos suscitados a los cuentahabientes, entre otros ilícitos.
El grupo de trabajo desarrolló de manera conjunta con las autoridades de la Secretaría de Economía, un análisis integral de los cajeros automáticos en sus diferentes modalidades de aplicación, para mitigar riesgos y ofrecer un razonable nivel de seguridad a los tarjetahabientes de las instituciones bancarias.
El Comité de Seguridad de la ABM también participa en el grupo interdisciplinario que propuso la elaboración de una NOM para ATM’S, conformado por la dirección General de Normalización, de la Secretaría de Economía, la Condusef y otros organismos defensores de consumidores.
La NOM para ATM`S establece las reglas de seguridad que deben cumplir los cajeros automáticos que se comercializan para su uso dentro del territorio de los Estados Unidos Mexicanos, así como los métodos de prueba que deben aplicarse para verificar dichas especificaciones, con el propósito de prevenir riesgos en el patrimonio de los usuarios que los acceden y de las instituciones a las que pertenecen.