Incidencias en el turismo

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Incidencias en el turismo
-Reacomodos en los flujos
-OMT: perfil del viajero

Si bien el turismo puede correlacionarse de forma directa o inversa con una serie de variables podemos escoger un grupo entre las que podemos mencionar: 1) El terrorismo en medios de transporte masivos y atentados en hoteles y restaurantes. 2) Actos vandálicos y criminales.  3) El cambio climático con todas sus vertientes desde tifones, huracanes, grandes ventriscas, tsunamis, escasa nieve en resorts de esquí. 4) El temor a pandemias y epidemias por el surgimiento de nuevos virus. 5) La imposición de una seguridad estricta en aeropuertos, aduanas y puestos de control.
    Con la sola lectura de estos cinco  factores podría deducirse inevitablemente que el turismo a nivel global ha dejado de realizar viajes internacionales por el temor a un atentado; a una ola gigante; o contraer la gripe aviar; o bien a perder largas horas en una embajada para solicitar un visado de ingreso y luego posteriormente pasar otras largas horas en inspecciones en los aeropuertos.
    Nadie pensaría que con la combinación de estos factores, el turismo tiene futuro, y menos si a este grupo  le añadimos, por ejemplo, el precio de los hidrocarburos con el shock actual y dedujéramos de entrada que en la industria aeronáutica y marítima las líneas áreas han trasladado el costo del hidrocarburo al de los boletos de avión con tales niveles de encarecimiento que supondría entonces un menor aliciente para viajar.
    Para buscar respuestas concretas y objetivas que vayan más allá de una arbitrariedad ante conclusiones aparentes, delimitaremos el ensayo partiendo de, ¿hasta qué punto el terrorismo ha provocado costos negativos para el turismo? ¿Podemos hablar de un cambio de tendencia en el turismo del siglo XXI?
Tras el 11 de septiembre del 2001 surgió  una combinación entre la incertidumbre por los acontecimientos en Estados Unidos, pero básicamente fue el menor PIB mundial de dicho año y el de los dos años posteriores los que trasladaron efectos negativos de menor crecimiento económico, primero; e incertidumbre-temor, en segundo término, a esferas relacionadas con el turismo como las líneas áreas afectadas (por esta combinación) con plazas reservadas únicamente para el turismo de negocios en buena parte del 2002 teniendo como destino a Estados Unidos.
    Cabe mencionar que el terrorismo aconteció en un país como Estados Unidos, catalogado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) entre los tres destinos de  mayor preferencia para los viajeros internacionales, tanto en número de llegadas, como en ingresos monetarios. Y al mismo tiempo Estados Unidos es una fuente emisora de turistas dado que sus ciudadanos son proclives a viajar a otros destinos, preferentemente Asia, México, Caribe o algún otro lugar de América Latina.
    Por tanto, que en Estados Unidos sucedieran atentados utilizando medios de transporte masivos como fueron cuatro aviones, provocaron un efecto de temor de corto plazo que fue, poco a poco, disipado en la medida que el gobierno de Estados Unidos a través de los medios de comunicación señalaba a los culpables, anunciaba las medidas a llevar a cabo, delimitaba su foco de acción y reacción primordialmente con un despegue de seguridad.
    Empero, ¿qué pasaba en el terreno económico? Desde antes de los atentados del 11 de septiembre, la economía estadounidense, que es diez veces más grande que la de México, comenzó a acusar problemas en su economía derivados de una reducción en el ritmo de crecimiento ante una contracción de la demanda interna y menos gasto en bienes duraderos.
    Al cierre del año 2000, el PIB de Estados Unidos se ubicó en 3.7 por ciento. A  inicios de 2001, el primer trimestre, el PIB de la Unión Americana,  creció 2.3%; en el segundo trimestre bajó 0.3%; en el tercer trimestre del año cayó 1.3%; y en  el cuarto trimestre se recuperó 1.7 por ciento.
A COLACIÓN
    Esto es, cuando detonaron los ataques terroristas del 11 de septiembre, transcurría el final del tercer trimestre ante lo que podría suponerse que mayores efectos negativos del terrorismo debieron trastocar   de manera colateral en el cuarto trimestre, empero no fue así, la economía estadounidense seguía resentida por la menor demanda interna y la baja de los pedidos de bienes duraderos; y de hecho, el cuarto trimestre, mostró una reactivación  no esperada, como lo reportó entonces la correduría Goldman & Sachs.
    Durante 2001, la economía mundial enfrentó  una desaceleración guiada de la mano de  Estados Unidos que fue seguida por Japón y Europa.
Básicamente los ataques terroristas del 11 de septiembre influyeron negativamente sobre la operación del principal centro financiero mundial al causar incertidumbre y desconcierto, pero no operó sobre de los fundamentales macroeconómicos.  
El  momento que vive el turismo mundial responde a  coyunturas económicas mundiales y  a estructurales propias del sector, más que a la  tensión internacional. Pero qué duda cabe que, no en menor medida, el turismo se ve amenazado, también, por la violencia organizada (Handszuh) y, en particular, por sus dos manifestaciones más inquietantes: el terrorismo transnacional y el crimen organizado; es decir, por fenómenos criminales que se han venido desarrollando al mismo tiempo que lo hacían el turismo de masas y la globalización financiera y de las comunicaciones.
Lo cual no impide, por supuesto, que cada destino turístico deba afrontar sus propios riesgos y conflictos. Es evidente que el turismo no es un fenómeno homogéneo y que el modelo adoptado localmente puede diferir enormemente en cada caso. Se entiende, pues, que la problemática de la inseguridad turística, aún atendiendo inevitablemente a los riesgos globales del turismo, finalmente sólo pueda ser comprendida a través de las vulnerabilidades locales propias de cada destino turístico.
No obstante siguen existiendo viajeros dispuestos a asumir conscientemente los riesgos inherentes.
De acuerdo con datos recabados  de la OMT,  en el año 2000 dicho organismo reportó 689.2 millones de llegadas en el turismo internacional en el mundo, para 2001, este flujo cayó marginalmente 0.10% a nivel mundial, pero si miramos en los continentes, en América se registraron 122.2 millones de llegadas, un 4.68% menos que en 2000; sin embargo,  hacia adentro  en las subregiones, la de América del Norte, bajó 5.57% en el número de llegadas, dado que el primer impacto del terrorismo del 11-s generó la  cancelación en los viajes aéreos por turismo hacia Estados Unidos. Este fue un primer efecto en la  Unión Americana, no obstante, que Asia y África crecieron el número de llegadas, aunque fuera marginalmente.

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