Antonio “Tony” Aguilar, el ocaso de un gigante de nuestra gloriosa cultura popular

El cantante que puso muy en alto el
nombre de México con su música y
sus películas fue recordado por sus
admiradores en el Paseo de
la Fama de Hollywood
Foto: Internet

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 21 de junio de 2007. Al filo de la medianoche del martes 19 de junio falleció en esta ciudad Pascual Antonio Aguilar Barraza, también conocido como Tony Aguilar, a la edad de 88 años, como consecuencia de las complicaciones de una neumonía, que lo tuvo postrado en un hospital capitalino desde principios de este mes.

Con la muerte de Antonio Aguilar, uno de los máximos exponentes de la música ranchera mexicana, se cierra otra página gloriosa de nuestra cultura popular, pues Aguilar, junto a Francisco “El Charro” Avitia, era sin duda el mejor intérprete de corridos y, por ejemplo, sus canciones acompañado de tambora son magistrales. En éstas transmitía su amor por lo rural, cuyo símbolo por antonomasia lo constituían los caballos.

En este sentido, el ídolo zacatecano realizó inolvidables temporadas de espectáculos hípicos en compañía de su esposa, la cantante y actriz Flor Silvestre, y sus hijos Antonio y Pepe, tanto en México como en Estados Unidos y otras partes del mundo, en los que combinaban su dominio del noble bruto –que bailaba al compás de la música de sus canciones–, de suertes charras y la interpretación de canciones rancheras.

Para todos los que tuvimos la fortuna de verlo actuar en la Arena México, siempre guardaremos en la memoria el recuerdo de su voz poderosa, que daba vida a las incontables historias de la Revolución y de caballos legendarios mediante corridos como “Gabino Barrera”, “Caballo prieto azabache”, “El moro de Cumpas”, “La yegua colorada”, “El cantador”, “El siete leguas”, “El patas blancas”, “Corrido del general Zapata”, “Corrido de Durango”, “La batalla de Zacatecas”, “General Benjamín Argumedo”, entre muchos otros. Su discografía supera los 160 discos y más de 25 millones de copias vendidas.

Asimismo, Aguilar realizó una impresionante carrera fílmica, compuesta por más de cien películas, en las que lo mismo participó como actor, productor, argumentista y guionista. Además, era miembro honorario de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas A.C. y obtuvo el Ariel de Oro en 1997, entre muchos otros reconocimientos.

Después de su deceso, los restos mortales de “El Charro de México” fueron trasladados a una agencia funeraria en el sur de la capital, para luego ser conducidos a la Basílica de Guadalupe, en la que a las 15:30 horas de ayer el cardenal Norberto Rivera Carrera ofició una misa de cuerpo presente y donde el público le rindió tributo interpretando algunas de sus canciones.

Más tarde, el cuerpo del cantante fue llevado a Toluca, de cuyo aeropuerto salió un avión rumbo a Zacatecas, su estado natal, donde se efectuó la velación en el teatro “Fernando Calderón”, en el centro de la ciudad. Hoy, a las 11 horas, el padre Juan Pereyra Nieves llevará a cabo una misa de cuerpo presente en la Catedral Basílica de esa ciudad. Al concluir la misa, el cuerpo de Antonio Aguilar será trasladado a su rancho “El Soyate”, donde será sepultado.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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