El lado femenino del siglo XXI

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-El lado femenino del siglo XXI
-Avances en tentempié. Derechos
-El mercado laboral, abaratado

En los últimos tiempos, el pensamiento científico ha dedicado sendos esfuerzos a indagar en los orígenes naturales, sexuales, psicosomáticos, neurológicos, genéticos, históricos, culturales, religiosos, antropológicos, sociales y filosóficos para deshilvanar el por qué de la práctica de la desigualdad entre hombres y mujeres lo mismo en sociedades modernas, avanzadas, desarrolladas y democráticas, que en otras con mayor atraso.
    Actualmente encontramos avances en el campo de la neurología para establecer “las diferencias de género en el cerebro” (Witelson, Bell y Silverston) mediante el estudio del volumen del cerebro de hombres y mujeres como hipótesis para explicar las diferencias de género en el comportamiento, con un consecuente impacto en las relaciones humanas.
    El hecho es que esta búsqueda de respuestas es más acuciosa en la medida en que la mujer ha logrado una categoría de ciudadana, por su incursión en el terreno laboral, la reclamación del derecho al voto, y su mayor presencia en  las aulas de universidades y centros de postgrado, “este nuevo rostro femenino del mundo global” nos permite cuestionar si  las sociedades democráticas pueden serlo en esencia, arrastrando profundas desigualdades de género, con marcadas asimetrías.
    Desde mi perspectiva, en lo económico, la emancipación de la mujer no puede descansar en el arbitrio de las fuerzas del mercado, por ende, es necesario que las políticas públicas coadyuven al fomento de la emancipación jugando un rol pilar para sentar las bases de la igualdad con sustento en  legislaciones laborales; la regulación salarial con equidad; y el acceso libre de la mujer a créditos hipotecarios del sector social o de la iniciativa privada; lo mismo a  programas de financiamiento PYME; y al estímulo de la incursión femenina en el ámbito laboral.
    Es indispensable la implementación de cuotas políticas para las mujeres, el surgimiento de más gobiernos con vocación paritaria y el imperativo de paridad en los consejos de administración, entre otras  aristas rescatadas recientemente por la  Ley de Igualdad de Género  promovida en España.
    Además, en el ámbito internacional, encontramos toda una corriente impulsora de los organismos internacionales con  espacios de análisis y discusión para establecer criterios a favor de la equidad entre el hombre y la mujer como una condición sine qua non para lubricar a la democracia.
    El punto es que, mientras la igualdad y la no discriminación de género se eleva a la voz de la Federación Internacional de los Derechos Humanos  (tres de octubre de 2005) y en países como España surgen avances con una moderna legislación para reducir la discriminación femenina en su participación económica en el sector público y la iniciativa privada, en otros muchos países el debate es todavía incipiente y las legislaciones ni siquiera asoman.
    En el caso de México, la propia complejidad económica de crisis, devaluaciones, contracción salarial han llevado a la mujer a pasar de la esfera familiar a la esfera productiva, independientemente de su nivel de instrucción, la mujer sabe que al hogar no le basta con el ingreso del varón, tradicionalmente considerado el “jefe de familia”, “cabeza del hogar”, “el proveedor” o en un sentido estricto “el pater familis”, esto es, la autoridad del varón ejercida tanto en el ámbito público como privado, tradición patriarcal de herencia hispana.
A COLACIÓN
Por el rol tradicional  social en la familia muchas mujeres que salen al ámbito laboral a percibir un ingreso, para compartir con el varón-jefe de familia la responsabilidad de la subsistencia del núcleo,  encuentran una doble jornada: “La remunerada en la empresa y la que ejecutan en el seno de la familia hacia el varón y los hijos, por ser el eje de la dinámica del hogar, siendo esto una doble carga no reconocida, no remunerada y generalmente una responsabilidad únicamente de la mujer, casi nunca compartida con el varón”.
    En muchos sentidos la  realidad misma ha empujado a las mujeres ha formar parte de una fuerza de trabajo sin  tener la calificación, ni los estudios necesarios, en la gran mayoría de los casos.
    En este sentido, la investigadora Irma Arraigada señala que “la mayoría de las familias sobrevivió  a la crisis gracias a un enorme esfuerzo en el cual todos los miembros participaron mediante nuevas combinaciones de trabajo para el autoconsumo y trabajo en la obtención del ingreso”.
    Con el paso de las fuerzas del mercado en la economía, las desigualdades de género son más evidentes y son precisamente las mujeres las más explotadas y desprotegidas del marco de las políticas públicas y de los parámetros salariales, sociales, de salud, pensiones y derechos humanos.
    En México, el auge de la industria maquiladora de exportación y las empresas para la importación temporal para producir  artículos de exportación (PITEX), establecidas en su mayoría en los estados del Norte del país y en las ciudades que forman una franja fronteriza con Estados Unidos son un caldo de cultivo para el análisis y estudio de todos los focos de desigualdad, discriminación y violencia contra las mujeres que han salido del hogar para formar parte de la población económicamente activa (PEA) sobre todo al insertarse en la maquila.
    De acuerdo con la Secretaría de Economía existen 4 mil 300 establecimientos maquiladores y 6 mil 500 PITEX que en conjunto conforman a la industria maquiladora nacional.
    La mayoría se concentran en el Norte del país: en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y en la franja fronteriza con Estados Unidos.
    Aunque la industria maquiladora no nació en México con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN O NAFTA), puesto en vigor el primero de enero de 1994, se puede establecer una amplia correlación de variables tanto con impacto positivo o negativo de la maquila en la economía, el empleo, el medio ambiente,  los efectos de género y otras alteraciones relacionadas con la  violencia social, la delincuencia, la desintegración familiar, los divorcios, incluso con los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, “los feminicidios”, una línea establece una investigación entre mujeres jóvenes trabajadoras en las maquiladoras en turnos vespertinos y nocturnos.
    Al interior de esta caja de Pandora tenemos que las maquiladoras ejercen una presión sobre de los derechos laborales de las mujeres trabajadoras,  apostándole a los despidos para ahorrarse el costo futuro de pagar por el parto ante la seguridad social y conceder las prestaciones de la ley.

, alrededor de la media noche terminó la velada, dejando más que satisfechos a los miles de personas que se dieron cita en el estadio para celebrar al cantante.

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