El humanismo sustentable del PND

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-El humanismo sustentable del PND
-Derechos humanos dentro de la planeación
-Aportaciones interesantes. Adecuación

   El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, presentado por el presidente Felipe Calderón, fue evaluado por una buena parte de la oposición como una dosis de buenas intenciones sin especificar las rutas claras para conseguir logros tangibles.
    He leído y releído el PND en sus cincos ejes rectores: 1) Estado de Derecho y seguridad. 2) Economía competitiva generadora de empleos. 3) Igualdad de oportunidades. 4) Sustentabilidad ambiental. 5) Democracia efectiva y política exterior responsable.
    Me parece injusto  comparar el actual texto con el elaborado en pasadas administraciones, en las que significativamente la planeación llevaba primero el sello de la connotación política y luego cambió por la tecnocrática.
    La relevancia del PND es la de consistir en un documento utilizado de basamento para fijar una postura que aspira a ser realizable y de largo plazo, tener continuidad para permitir con el tiempo la concreción de objetivos tales como una política de expansión laboral o favorecer un cambio estructural.
    Asimismo permite dilucidar la ideología del presidente y de parte de su equipo más cercano, en unas ocasiones decantándose por un nacionalismo y un modelo económico basado en el petróleo; y otras, las que más han predominado en los últimos 18 años, hacia la alineación con Estados Unidos y un modelo económico basado en el mercado exterior.
    En las  últimas décadas, la visión de las personas que asesoran al presidente han fallado en atender una prospectiva a partir de una introspección en los propios elementos internos, a cambio han optado por elaborar rutas de prospectiva basadas en la dinámica del mercado externo, mirando hacia el comportamiento del petróleo en el mercado internacional, atendiendo al ciclo estadounidense y la Reserva Federal. Por eso es que, año con año, las metas de crecimiento económico abortan en tanto el ciclo de desaceleración de la economía estadounidense es más profundo.
    El efecto es negativo: se ha perdido la credibilidad del  elector, del ciudadano y de la gente de a pie,  hastiados de escuchar un rosario de buenos propósitos que, al final del sexenio son un cúmulo de promesas incumplidas, tiradas al cesto de la basura junto con los textos del PND.
A COLACIÓN
    En efecto, el texto del Plan Nacional de Desarrollo no dice cómo vamos a caminar en la ruta trazada. Lo que hace es fijar una serie de compromisos deseables de alcanzar por medio de programas sectoriales y subsectoriales encargados a cada una de las dependencias del sector público en donde la Secretaría  de Hacienda desempeña un rol importantísimo por el lado presupuestal y fiscal.
    Si bien quedan muchas preguntas al aire en el PND, en lo particular considero que es injusto compararlo con los anteriores, básicamente por la incorporación de varios elementos que lo hacen moderno y humanista. Muy al estilo europeo.  
El PND del presidente Calderón fija por vez primera una postura humanista en materia de planeación y quehacer gubernamental. Es novedoso porque generalmente la planeación descansaba, como lo hemos dicho en párrafos arriba, en visiones políticas y luego tecnocráticas.
    El actual PND  utiliza el término Desarrollo Humano Sustentable para delinear un rumbo con visión por lo menos hasta el 2030, si es que desde luego, cada presidente futuro (al menos los tres próximos sexenios una vez concluido el que encabeza el presidente Calderón) aceptan la  continuidad.
    Fijar una planeación con este concepto responde a una serie de demandas universales exigidas por todos aquellos que consideramos que el humanismo debe imperar.
    El desarrollo humano sustentable es un concepto en construcción, en exploración, que auguramos seguirá ampliándose. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo viene incorporando en sus textos, congresos e indicadores desde hace dos décadas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dan cuenta del término para replantear la armonización de las relaciones humanas, las capacidades y el rol del ser humano en el planeta.
GALIMATÍAS
Por ello el PND presentado la semana pasada incorpora por vez primera el reclamo del humanismo desde la óptica de los derechos humanos y la sustentabilidad ambiental.  Desde mi punto de vista es relevante por que poner este enfoque en el medio del basamento puede verdaderamente llevarnos a un futuro muy manejable.
La Constitución Europea, que es todavía una quimera en la Unión Europea, además de toda la polémica suscitada en su derredor por subrayarse Cristiana (el Papa Joseph Ratzinger sigue insistiendo en ello) es además profundamente humanista casi vuelta a reeditar el pensamiento de John Locke y Jean Jacques Rousseau.
    En el caso de México, el planteamiento es convertir al desarrollo humano sustentable en el motor de la transformación del país, como sucede en la incorporación de éste en Chile y en otros países de la región de América Latina.
    Se trata de trabajar a favor de la inclusión, y es que la pobreza tiene muchas aristas ha acaparado la atención de las políticas públicas pero el mismo devenir del capitalismo globalizador ha creado a una nueva masa de marginados al quedar excluidos de una serie de programas, políticas y beneficios.  Hay que trabajar por incluir a los pobres y a los marginados o excluidos.
    Por otro lado, el Plan Nacional de Desarrollo considera por vez primera en el ámbito de la planeación en México, al ser humano, la virtud de sus derechos y la ampliación de sus capacidades como la columna vertebral.
    Es verdad que tiene consideraciones ambiciosas como el asegurar para los mexicanos la satisfacción de la educación, salud, alimentación, vivienda y protección de sus derechos humanos. Pero, insiste en responder a la inclusión de necesidades que se van universalizando en el contexto globalizador, donde el gobierno tienen una corresponsabilidad que nunca podrá emanar desinteresadamente de la iniciativa privada.
    En Francia, España, Holanda y otros países están planteándose el acceso de la población a estas prioridades.
    Desde mi óptica, sin ser calderonista, ni mucho menos panista, me parece excelente el replanteamiento del sentido de la planeación bajo la esencia del desarrollo humano sustentable. Me parece que es injusto criticar por deporte, es bueno reconocer las aportaciones positivas cuando éstas suceden. Por supuesto todos queremos resultados tangibles.

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