Coplas, cantares y el reconocido Son Jarocho animan festival realizado en el Ollín Kan

Los grupos tocaron fandangos
y huapangos llenos de pensamientos
amorosos y melancolía, con una
mezcla entre lo irónico y lo jocoso
Foto: Cortesía
galeon.com/huauchinangopue/
sonhuasteco.html

Ciudad de México.- 4 de Junio del 2007.- Con la proyección del cortometraje animado “Terolerolé” y las interpretaciones en vivo de los grupos soneros de “La Leva” y “Estancuela”, se realizó en el Multiforo Cultural Ollín Kan, en esta capital, un festival, donde el son jarocho fue el rey.

La fiesta dio comienzo con el cortometraje animado de Jaime Cruz, el cual surgió de las tradicionales fiestas de La Candelaria, que año con año se celebran el Tlacotlalpan, Veracruz, y de anécdotas tomadas de sones cubanos tradicionales, como “Las olas del mar” y el “Son el chocolate”.

Dichas narraciones y mitos de antiguos tiempos se entretejen para desarrollar la historia de esta producción animada a la que han dado voz jóvenes y niños soneros.

El corto narra la historia de amor entre una señorita y un sonero, donde a pesar de los cambios y desafíos, “el amor tiene un amor feliz”, la dirección del cortometraje, que dura 27 minutos, estuvo a cargo de Jaime Cruz, y la producción fue de Marisa Zuleta.

Este cortometraje nació en los últimos días de 2003, cuando fueron convocados los niños de la familia Campechano, oriundos de Santiago Tuxtla, los jóvenes de La Leva y los jóvenes cuenqueños de Estancuela, a grabar la pista musical de lo que entonces era un proyecto.

La idea era llevar a la pantalla una historia narrada con la lírica y la música del son jarocho, que interpretada por jóvenes y niños pudiera ser puerta para mostrar la riqueza de esta práctica musical de origen campesino, de influencias criollas, negras e indígenas.

Los personajes están caracterizados en juguetes de maderas como el cedro, pinabete y chagani y son Lázaro Patricio, María Terolerolé, la Morena, Colás, la Tuza, el Pájaro Carpintero, la Iguana, el Gallo y los Pollos.

Los grupos soneros La Leva y Estancuela dieron vida a historias por medio de fandangos y huapangos, llenos de pensamientos amorosos y melancolía, con una mezcla de lo irónico y lo jocoso.

Es así como las agrupaciones retomaron una parte importante de coplas, sones y cantares, producto del mestizaje entre indígenas, mulatos y negros de la región de Sotavento, Veracruz. (Notimex)

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