Consumo de sustancias dañinas

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Consumo de sustancias dañinas
-Escándalo del dietileno glycol
-216 productos y cáncer de mama

Lo obsceno de la producción industrial es recurrir a todo tipo de ingredientes químicos para la elaboración de sus productos, la mayoría son altamente perjudiciales para la vida del ser humano.
    En los inputs y outputs  de  la cadena de industrialización, los daños colaterales pasan a segundo o tercer nivel para los empresarios y accionistas interesados primordialmente en vender más, tener nuevos consumidores, aumentar las ganancias, mejorar las utilidades, repartirse más dinero y amasar cuantiosos fondos de pensiones.  Perpetuar al capitalismo en la realización del producto.
    De los outputs, en distintos países industrializados donde existe un marco de justicia  más o menos funcional, suelen salir  a la luz pública (incluso servir de inspiración para películas) los casos de pueblos o comunidades contaminadas en sus aguas y sus ríos por los desechos derivados de la producción de alguna fabrica o industria descuidada. Otros más  van proliferando como los  relacionados con el consumo del tabaco, los cigarros con nicotina y alquitrán, diversas personas fumadoras que contraen cáncer se atreven a demandar a la compañía tabacalera. Sobre todo en Estados Unidos hay attorneys especializados en entablar pleitos y demandas persiguiendo una tajada millonaria.
    En otros países donde el marco del Estado de Derecho es infuncional, anacrónico y manipulable es difícil, casi imposible, que una persona afectada por un producto o cientos de familias por la forma de producción de la industria asentada en la comarca lleven a cabo  una denuncia formal. La percepción a la baja capacidad de la justicia y su aplicación son un caldo de cultivo para que más empresas utilicen en su producción elementos nocivos y que su proceso final sea contaminante para el lugar donde se asientan.
    En lo particular recuerdo hace unos años a un hombre de familia abatido buscando apoyo en los medios de comunicación porque su joven esposa resultó con cáncer en la piel que él asociaba con las cremas para blanquear la cara de una marca muy bien posicionada en el área de cosmética de las tiendas de abarrotes y autoservicio.
    Quizá, en otra parte del mundo, hubiera sido un bocado perfecto para un bufete de abogados. Aquí es territorio de nadie.
    Algo muy similar acontece con lo de las aguas purificadas envasadas que compramos todos los días, la Profeco con sus inspecciones y las investigaciones de  áreas académicas, tienen  pruebas de laboratorio que demuestran que estamos bebiendo agua que no es tan pura con sedimentos y partículas coliformes.     No obstante se siguen comercializando y vendiendo.
A COLACIÓN
    A nivel internacional, hace un par de días, varios centros de investigación y análisis de Estados Unidos revelaron una lista de sustancias cancerígenas entre las que se encuentran al menos 216 productos de uso común. La mayoría incrementan el riesgo de cáncer de mama.
    Básicamente a la precondición genética hay que añadir los componentes de la ecuación: el medioambiente, los alimentos y todo cuanto nos rodea influyen en la presencia del cáncer.
    En particular, las mujeres y el cáncer de mama reciben una fuerte incidencia de los productos industrializados.
    En la lista difundida por Estados Unidos figuran  desde disolventes utilizados en los tintes para el pelo, sartenes antiadherentes, medicamentos, aditivos para mejorar el aroma y el sabor de la comida.
    Anótelo muy bien, apréndalo de memoria para evitar comprar productos que en sus ingredientes incluyan el benceno y la acrilamida ( papas fritas) dos de los químicos más comunes en la compra del súper; desde luego en la gasolina, los combustibles.
    Las  sustancias  químicas dañinas están  en los textiles sintéticos,  alfombras con tratamiento anticombustible, materiales para la construcción como el PVC, plásticos, barnices, lentes de contacto, pesticidas, insecticidas, suplementos para aumentar la masa muscular, saborizantes de helados, chicles y pastelería; sustancias de limpieza en casa, potentes blanqueadores para ropa, cloros, jabones y detergentes.  
    En especial, para las mujeres la advertencia es en el uso de hormonas, fármacos para la terapia  de la menopausia, anticonceptivos, lociones y champúes. El maquillaje indeleble, de larga duración, resistentes al agua o al  aceite; e insisto, las pinturas para el pelo y las uñas.
     Cuando estas sustancias entran en contacto con las personas con predisposición genética al cáncer (en especial las mujeres hacia el cáncer de mama), se desarrolla una alta probabilidad de padecer está mortal enfermedad. El informe señala que “las mujeres portadoras de mutaciones en los genes BRCA1 y 2 tienen entre un 50% y un 85% de posibilidades de padecerlo”.
    Puede leer el listado completo de carcinógenos en: http://www.silentspring.org/sciencereview
    Si es mujer tome sus precauciones y por favor trate de alejar a sus hijos lo más posible de los productos químicos, de las papas fritas, los alimentos precocinados, que han pasado por diversas etapas de alteración y conservación.
GALIMATÍAS
    La han bautizado como “la glicerina del centenar de muertos”, se trata del dietileno glycol que en Panamá ya ocasionó más de cien fallecimientos. El gobierno panameño está investigando la importación de una glicerina made in China utilizada en Panamá para la elaboración de jarabes expectorantes.
    La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene catalogado al dietileno glycol como sustancia venenosa para el consumo humano.  No obstante, ya sabe usted la poca ética del capitalismo y la baja autoestima de todos los que formamos parte del entramado globalizador,  el dietileno glycol es utilizado por los  industriales de países generalmente situados en el grupo de los menos desarrollados.  
    Nigeria, Haití y Costa Rica acaban de detectar el uso del dietileno glycol para elaborar pasta de dientes de la marca “Genial”.
    ¿Cómo llegó la sustancia prohibida por la OMS? Desde luego por las aduanas. La importación cruzó una vía aduanera y a pesar de la advertencia internacional, dejaron pasar el cargamento que fue utilizado en el proceso de producción de jarabes contra la tos distribuidos gratuitamente por la Caja del Seguro Social en Panamá; en otros países entró por la aduana para la elaboración de dentífricos.
    Para que ello suceda es porque hubo un incumplimiento de la ley, pero si ésta subsiste llena de recovecos seguirá siendo campo fértil para este tipo de situaciones. También hay que ponerle una palabra: corrupción y añadirle la sentencia  por homicidio.
   

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