¿Buró o burro de crédito?

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-¿Buró o burro de crédito?
-Base errónea de datos
-Cuidado con Buró en Línea

Seguramente usted, amigo lector, se identificará con el caso de Rubén Flores, lector que escribe a esta columna en tono desesperado, un tanto impotente al no poder encontrar la forma adecuada para solucionar un problema que momentáneamente le cierra las puertas del financiamiento formal de bancos y tiendas departamentales.
    Rubén relata: “Estoy en  el Buró de Crédito por una tarjeta que no tengo. En el banco no figura en el sistema al parecer por el tiempo, aparentemente fue dada de alta en el año 2001 y a los pocos meses fue cancelada; sin embargo, aparezco con una deuda”.
    Esa deuda con la línea de impagable, califica a Rubén como deudor moroso e incumplido. Además se convierte en todo un lastre, un motivo fundamental de pretexto  para impedir un contrato para un teléfono celular; una tarjeta de crédito; y  la aprobación para  una solicitud de hipoteca.
    En el último trámite, Rubén decidió preguntar por qué no podía obtener la tarjeta  solicitada si cumplía con todos los requisitos, indispensablemente el del  ingreso, la respuesta que obtuvo es que su historial en el Buró de Crédito lo señalaba como deudor incumplido: arrastraba un adeudo no pagado desde hace seis años, para ser exactos, 106 pesos por una tarjeta que él no solicitó.
    Fue entonces cuando Rubén decidió actuar para limpiar de errores el historial y eliminar los obstáculos que lo hacen sujeto confiable de crédito.
    Sin embargo, el tiempo perdido  sigue acumulándose, “he buscado aclararlo con el Buró de Crédito y ha sido imposible enviar un fax a la lada sin costo; por correo la dirección está dada de baja y la única vez que pude comunicarme me dicen que intente de nuevo en la dirección de servicio.clientes@burodecredito”.
    Mientras el tiempo pasa, sin forma de resolverlo, hay una persona afectada e impotente. Esperaríamos que se trataran de casos aislados, pero la incidencia es alta, muchas personas tienen mal capturado su historial crediticio en una base de datos utilizada para palomear o tachar si puede otorgarse o no un crédito a la persona.
    En 2004, el Buró de Crédito recibió más de 30 mil reclamaciones de personas físicas exigiendo aclaraciones relacionadas con su historial de pagos.
    Dos años después, la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), reportó en el estudio “Calidad en el servicio de atención a clientes de las Sociedades de Información Crediticia”, un incremento en el número de consultas en 60%  y un aumento en el número de reclamaciones contra el buró, un 40% más.
A COLACIÓN
    En la primera década de existencia, el Buró de Crédito en lugar de contribuir al surgimiento de una fuente de datos real y precisa acerca de la situación deudora de las personas físicas y del apalancamiento de las personas morales, tiene un verdadero lío,  con una base utilizada para comerciar con información confidencial y que además es errónea. Muchas personas son afectadas al ser señaladas como morosas en créditos que nunca contrataron o que quizá ya terminaron de pagar hace mucho tiempo. Así preguntamos: ¿Quién responde por el daño moral contra Rubén?.
    Básicamente debo subrayar que todas las personas con  un crédito, de cualquier tipo en México, encontrarán su nombre en todas las sociedades de información crediticia que la Secretaría de Hacienda autorice operar.
    El Buró de Crédito no tiene ninguna exclusividad, el año pasado se añadió el Círculo de Crédito, una sociedad de información crediticia que está alimentando su propia base de datos para comercializar con ésta.
    Ello hará más difícil el camino de la futura viabilidad crediticia de personas físicas y morales, más desesperante el enviar reclamaciones y exigir aclaraciones;  y es que una cosa es ser un deudor cumplido y otra muy distinta ser un deudor moroso.  
    Yo le sugiero amigo lector que para no llevarse sorpresas desagradables al momento de tramitar un crédito y recibir una negativa, le pido que antes solicite al buró  el envío gratuito del reporte de crédito.
    Supuestamente puede obtenerse un informe gratuito enviado al correo electrónico o acudir personalmente a la oficina del Buró de Crédito ubicada en la ciudad de México, en Jardines de la Montaña. Adicionalmente, la persona interesada deberá pagar por cualquier otra solicitud como envío por fax, postal o mensajería a domicilio.
    Desde mi punto de vista no es posible que el buró mande a nivel nacional, afecte a tanta gente en toda la República Mexicana y solamente tenga presencia  física en la ciudad de México.  A veces es imposible lograr comunicación con el   número gratuito 01 800 a disposición del público; en otras, la demora es indignante a pesar de llamar al  número de teléfono con lada; y luego la dirección de correo electrónico no funciona. Para las personas que viven fuera del Distrito Federal se convierte en una pesadilla.
GALIMATÍAS
    Imaginen ese camino de idas y vueltas cuando se está gestionando un crédito hipotecario o automotriz.
La persona ya invirtió tiempo, ha llevado papeles, fotocopias y además está pagando mediante una comisión el gasto de investigación en el Buró de Crédito; y todo para que le nieguen la aprobación del crédito porque en el buró figura como deudor moroso, no como deudor cumplido. El historial detalla los pagos e impagos.
    Esta situación lleva a mucha gente a desesperarse, a querer eliminar la traba a como dé lugar, a fin de lograr ese crédito automotriz o hipotecario. El problema es que pueden caer en muchas puertas falsas.
    En Internet circulan  empresas que se anuncian como mediadoras rápidas y eficaces del problema con el Buró de Crédito e incluso señalan que, en 15 minutos, pueden enviar un reporte de crédito a la dirección del mail de la persona con dificultades.
    Amigos lectores, por favor cuídense  de anuncios como el del “Buró en Línea” en http://buroenlinea.com. Tenemos un gancho para esas personas desesperadas, en la página se solicita información confidencial y particular de las deudas, del RFC, de las cuentas bancarias; se pide pagar por la gestoría con tarjeta de crédito a cambio de resolverle inmediatamente el historial.
Presentan un número de teléfono, al que una vez marcado queda dado de alta (cada minuto cuesta 40 pesos más IVA); después no hay forma de darse de baja, al llamar responde siempre el mismo disco, la misma grabación de información. Hay que tener precaución, tomar distancia de estos métodos de resolución.
 Desafortunadamente en estos casos, el único canal para quejarse es la Condusef y el único que puede modificar su historial es el propio Buró de Crédito.

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