Infonavit: el mañana está aquí

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Infonavit: el mañana está aquí
-Nuevos programas, flexibles
-Por la juventud y la tercera edad

En México la posibilidad de adquirir una vivienda con financiamiento presenta una completa gama de programas disponibles, tanto por el lado de la vivienda social, como por el lado de las hipotecas privadas.
    En vivienda las decisiones han sido muy acertadas para mejorar dos aspectos esenciales: adecuar la oferta a las necesidades de la demanda; y permitir que las propias condiciones del mercado conduzcan a reducir los precios de la vivienda nueva, fundamentalmente.
    Prácticamente opera un “chaleco a la medida” de la persona interesada en comprar una vivienda a crédito;  o  para  remodelar; o construir por vez primera.
    A esta dinámica en particular debe reconocerse la labor de las Sociedades de Objeto Limitado (Sofoles)  en el segmento de la iniciativa privada; y desde luego, por el lado del brazo público, la actuación del Infonavit. Ambos actores, las Sofoles y el Infonavit, han logrado  coordinarse para desarrollar programas de cofinanciamiento para comprar vivienda social y media.
    La intención es poner una especie de créditos a la carta. Prácticamente están eliminándose todo tipo de restricciones y discriminaciones.
    A la sazón, quedan algunos obstáculos, como por ejemplo: permitirle utilizar a las personas con Afore, separadas del ámbito laboral formal desde hace más de una década, disponer libremente de los recursos aportados en la subcuenta de Vivienda incluidos en el ahorro para el retiro y que han dejado de contar con aportaciones patronales y de parte de la nómina del trabajador al no tener más un contrato con las prestaciones de la Ley.
En los últimos diez años, los trabajadores incluidos en la reforma del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) eligieron una Afore, a la cual fueron traspasados sus recursos, entre éstos las aportaciones al Infonavit contabilizadas en la subcuenta de Vivienda.
No obstante, a partir de esa misma década de los noventa, un buen número de  trabajadores quedaron desempleados. El punto es que nunca recuperaron el empleo formal  y en consecuencia no pueden utilizar su dinero en la subcuenta de Vivienda, porque no están cotizando en el IMSS.
Adicionalmente, el dinero en dicha subcuenta no está estéril, es decir, la Afore seleccionada lo tiene invertido en un fondo que está produciendo intereses que la persona podrá utilizar algún día, si es que  lo recuerda, cuando pase de los 60 años de edad y decida reclamarle a la Afore el dinero correspondiente por el ahorro para el retiro. De este monto, una parte muy pequeña de la subcuenta de Vivienda, le será entregada.
Los legisladores deben estudiar con datos y cifras la movilidad en las aportaciones de las subcuentas que conforman el ahorro para el retiro para detectar, el creciente número de personas que han dejado de cotizar en el IMSS y cuyo dinero bien podrían utilizar -si el Infonavit se las ingeniara-, para liberalizar esas subcuentas por medio de esquemas de reutilización de los recursos para adquirir una vivienda Infonavit  a completarse con ingresos variables.
Para el caso que el dinero acumulado, en el ahorro para el retiro, en el rubro señalado de Vivienda,  sea  pequeño e insuficiente para cotizar por un crédito Infonavit, entonces  deberá devolverse en efectivo a la persona.
Me parece un abuso que todo lo que las personas como trabajadores en activo aportaron al Infonavit, en determinadas circunstancias no lo usaron y luego se quedaron sin empleo, no puedan disponer de ese dinero porque está sujeto a las reglas del SAR y habrá que esperar hasta después de los 60 años.
A COLACIÓN
    Otro obstáculo tiene que ver con el intervalo de la edad. El Infonavit ha demostrado que trabaja muy bien con las Sofoles, puede implementar dos tipos de programas de financiamiento de vivienda: la vivienda joven, desde los 18 años, hasta los 35 años de edad, con créditos muy blandos, a tasas bajas y  mensualidades fijas a 50 años.  En Madrid, España, el Plan de Vivienda Joven, opera con el esquema de financiamiento en tasa fija a 50 años.  
    Considero una idea interesante que en México pudiera facilitarse que un joven con 10 mil, 15 mil o 20 mil pesos, en lugar de comprarse un coche por primera vez (tiene hasta efectos ambientales positivos, menos coches, menos contaminación)  recurra a un financiamiento  de extra largo plazo a 50 años a plazos mensuales de mil, 1 mil 500 o 2 mil pesos mensuales. Esto permitiría una verdadera planificación y serviría para aprovechar el bono demográfico esperado.
    Otro programa de recurrente necesidad lo es para el segmento de 45 a 65 años de edad: somos una sociedad más longeva, las mujeres viven más tiempo que los hombres; el peligro es que  la  sociedad, iniciativa privada y las políticas públicas adolecen de visión para enfrentar los desafíos de una tercera edad más cuantiosa después del año 2030.
    Actualmente distintas vertientes de la mendicidad, maltrato, falta de ingreso, vivienda, cobertura social, afecta principalmente a las  personas de la tercera edad. Hay una discriminación económica para este segmento.
Tarde o temprano, todos llegáremos a mayores. Es menester alzar la voz ante la falta de programas de la banca privada, del gobierno y de otros actores de la iniciativa privada y pública, para considerar las necesidades de nuestros mayores.
La naturaleza social del sector público debe derramar creatividad en el Infonavit con créditos fijos y mensualidades blandas en su mayoría subsidiadas por organizaciones no gubernamentales, patronatos, asociaciones civiles y fundaciones.  Implementar un programa Infonavit por ciclos de mil viviendas copatrocinadas es una necesidad real para un grupo vulnerable. Se pueden hacer números para lograr vivienda económica de una sola planta.
SERPIENTES Y ESCALERAS
    El otro gran reto es la vivienda ecológica. En Estados Unidos proliferan las decisiones de  personas y familias para solicitar una hipoteca para construir una casa ecológica adaptada a la inventiva de los interesados. En Europa, países como Alemania, Gran Bretaña y Francia, poco a poco van surgiendo más personas demandantes de la casa del futuro.
    En México tenemos bastantes  casas en riesgo, son chozas improvisadas en zonas rurales o semiurbanas. Por medio del Infonavit y las Sofoles puede llevarse a cabo un programa de Viviendas Ecológicas-Económicas (VEE) a favor de casas dotadas de celdas solares, depósitos de agua para reciclaje, ventanas térmicas, capturadores de agua de lluvia para la utilización de letrinas. Los unifamiliares ecológicos son una apuesta a la que hay que responder con inteligencia. ¿Le entramos?.

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