A 40 años de su primera actuación, la Ópera de Viena festeja al tenor Plácido Domingo

Ioan Holender, Director de la Ópera
de Viena, Plácido Domingo y el
canciller austríaco Alfred Gusenbauer
Foto: Cortesía madmusingsof.me.uk

Viena, Austria.- 21 de Mayo del 2007.-  La Ópera de Viena agasajó por todo lo alto al tenor español Plácido Domingo con motivo del 40 aniversario de su primera actuación en este prestigio escenario, en el que deleitó anoche a sus incondicionales con dos actos de Wagner y Verdi.

Los elogios le llegaron tanto del mundo de la música, por boca del director de la Ópera de Viena, Ioan Holender, quien también fue su agente, como de la política.

Fue nada menos que el canciller austríaco, Alfred Gusenbauer, quien se encargó en un español muy cuidado de bromear sobre la devoción de que le tiene el público vienés.

Al término de la función, el político socialdemócrata aseguró que Domingo "se ha pasado más tiempo en los pasillos de esta ópera firmando autógrafos que cantando en el escenario, lo que demuestra el gran cariño que le profesa el público".

Ante el público congregado en la sala, el canciller le impuso a continuación la Condecoración de Plata por Méritos a la República de Austria.

En la cena posterior a la función que se le ofreció en el mismo escenario donde había cantado una hora antes, Plácido Domingo no paró de firmar dedicatorias de libros y postales, mientras que en la salida del escenario cerca de un centenar de cazadores de autógrafos seguían apostados para obtener su codiciada signatura, bien pasada la medianoche.

La velada, dedicada íntegramente al cantante, no sólo llenó por completo el aforo de la casa de la "Ringstrasse", sino que cientos de aficionados tuvieron que resignare a verle en una pantalla gigante colocada en un lateral del edificio.

El director de la Ópera, Holender, deploró que la Radio y Televisión austríaca (ORF) no transmitiera en directo ni grabara para transmitir en diferido esta función, que calificó de histórica desde el punto de vista operístico.

Domingo se estrenó anoche con el primer acto de "La valkiria" de Richard Wagner en el papel de Siegmund, a lo que siguieron 45 minutos de un documental televisivo extraído de 17 óperas que ha cantado en Viena, de un total de 189 actuaciones en las últimas cuatro décadas en esta ópera austríaca.

Concluyó la jornada representando a Otello en el cuarto acto de la ópera del mismo nombre, de Giusseppe Verdi, en un puesta en escena de Peter Wood, y acompañado por Krassimira Stoyanova como Desdemona, que gustó de manera especial a los expertos.

Varios entendidos coincidieron en señalar que la parte esencial de la gala fue homenajear a un asiduo a la ópera vienesa, más que analizar la calidad artística de un tenor que se ha sabido ganar el favor del público desde hace años.

Por su parte, el agasajado se mostró visiblemente emocionado por la excelente acogida y sólo pudo abandonar el escenario tras más de un cuarto de hora de vítores, bravos y aplausos.

Algunos comentarios en el graderío de entrada sin asientos, que generalmente están ocupados por los asiduos más exigentes y quisquillosos de este género musical en la capital austríaca, delataban que los aplausos pueden obedecer a veces a otras causas al margen de las puramente artísticas.

"Domingo está aún de buen ver a sus 66 años" o "No se le conocen escándalos en su vida privada" manifestaban con suma satisfacción a otros espectadores cercanos dos señoras que aseguraban ser habituales del español en este escenario. (Agencias)

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