Fibras sintéticas, huirles

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

 

-Fibras sintéticas, huirles
-Información al consumidor
-Bajo las reglas del mercado

 Antes de comprar una prenda de vestir o un textil para uso personal, le aconsejo amigo lector, que lea detenidamente la etiqueta, además de enterarse del lugar de fabricación, debe señalar de dónde proceden los insumos y la materia fibra, sea natural o química.
 ¿Por qué es relevante? Porque en la sociedad de consumo en la que estamos sumergidos nadamos en una pecera inundada con una enorme cantidad de productos dotados de  innovaciones, lo que no necesariamente está ligado intrínsecamente con el respeto a una calidad total, dado que el reto es innovar y abaratar para vender más, tener mayores consumidores.
 Es preocupante, en lo personal me parece alarmante el grado de exposición que afrontamos en nuestros retos vitales, además del aire que respiramos, del medio ambiente, de las sustancias extrañas y nocivas en derredor;  todos los días nos llevamos a la boca alimentos dudosos para el sustento personal, y no debemos soslayar la calidad de las ropas que vestimos y  los medicamentos a nuestro alcance.
 Hay un problema ético-moral que al modo de producción dominante no le interesa detenerse en atender, ni en responder. Lo que manda  es la ganancia, lo cuantitativo, el poder de las multinacionales y las transnacionales, hacer que la maquinaria funcione en la medida en que el consumidor se sienta feliz embelesado por los aparadores, los cánones de la moda y la publicidad que invita a “poseer para ser”. Así es como yo entiendo el moderno slogan “poseer para ser”, aunque la persona dependa más del crédito que de su propio ingreso en constante y sonante.
 A todo ello, ante la indefensión, el riesgo es mayor, simplemente obsérvelo hoy que realice la compra de la semana o la quincena en la tienda de autoservicio de siempre. Vea la fila de anaqueles, el número de marcas compitiendo entre sí para un producto similar, ¿no se siente expuesto ante ese mundo de mercancías llenas  de conservadores, aditivos, saborizantes, antioxidantes y fórmulas con omisiones de condiciones transgénicas?.
 Lo vuelvo a cuestionar,  ¿no se siente expuesto ante ese mundo de prendas textiles, casi todas made in China, elaboradas con fibras que podrían dañar su piel?.
 Una buena parte de las alergias que aquejan a la población mundial son resultado de la calidad de los alimentos procesados e industrializados; de los pesticidas y las pruebas genéticas en los productos naturales; de las partículas nocivas que circulan en el aire aunado a la polinización y de los insumos de origen químico, básicamente artificiales y sintéticos utilizados para la confección y elaboración de las prendas en el mercado global.
 El algodón, la alpaca y otras fibras naturales asociadas  en  América Latina a la época de la Colonia y al origen de transformaciones en la mayor parte del siglo XVIII en los recién paridos Estados independientes del coloniaje español experimentaron una dinámica interesante resultado del encadenamiento de relaciones humanas y productivas a partir del trasiego de la producción de fibras naturales.
 En el siglo XX, las fibras naturales en la industria  textil: el algodón, lino, alpaca, pelo de camello o de conejo estaban ligadas a los países subdesarrollados, monoproductores y monoexportadores. No obstante, fueron perdiendo mercado después de la década de los setenta,  sobre todo el algodón enfrentó un comportamiento volátil en el mercado internacional, los trastornos entre oferta y demanda, más los nuevos intereses de las grandes empresas productoras de textiles llevaron a un desplazamiento de la fibra natural por las fibras químicas, entre éstas, las artificiales con los acetatos y el rayón; y las sintéticas con el acrilán, nylon y el poliéster.
 La Secretaría de Economía precisa que el desplazamiento del algodón fue más acucioso a partir de la década de los ochenta, cuando de  1983 a 1994, su participación promedio en la producción fue del  34 por ciento.
 Lo no natural comenzó a conquistar al mercado y con el tiempo ha desencadenar reacciones en la piel de gente genéticamente predispuesta o sensible por el mismo medio ambiente.
 Cabe mencionar que, la Secretaría de Economía, señala que las fibras químicas “son aquellas elaboradas  total o parcialmente en procesos químicos a partir de productos naturales o sintéticos y se dividen en fibras artificiales y fibras sintéticas. Las primeras contienen en su elaboración además de la pulpa de celulosa algunas otras sustancias químicas, principalmente de origen petroquímico como el rayón que puede ser filamento y fibra corta y el acetato de celulosa filamento o fibra corta, Las segundas se obtienen a partir de productos derivados de petróleo, como el poliéster, el nylon, el acrilán, el polipropileno y la elastomérica”.
 Como ocurrió en el mercado internacional de fibras textiles, en México también las fibras químicas han sustituido a las fibras naturales, por ello la importancia de éstas en el mercado de fibras textiles.
 En el país, según datos de la misma dependencia,  tanto el consumo como la producción de fibras sintéticas es de más del 90%, porcentaje que difícilmente podría alterarse en el transcurso de los próximos años.
De este tipo de fibra, la que más demanda ha tenido en los últimos años es: el poliéster fibra corta, seguida del acrilán, poliéster filamento y finalmente el nylon filamento. Las fibras artificiales en cambio, tanto su producción, como su consumo, son menores al 10 por ciento.
La diferencia entre las fibras artificiales y las sintéticas es que en las segundas cerca del 95% son producidas en el país, y son las más demandadas en la confección de prendas.
GALIMATÍAS
 Diversos casos de dermatitis atópica y alergias están relacionados no sólo con la predisposición genética, el medio ambiente, la alimentación también con las prendas. Lo aconsejable es usar, secarse y dormir en prendas 100% algodón. Para los niños es imprescindible para prevenirlos de brotes sospechosos en la piel por aparentes causas desconocidas y protegerlos de alergias problemáticas.
Si bien las fibras químicas, artificiales y sintéticas son las más económicas, llegan al bolsillo,  son tóxicas, dañinas y contaminantes para la piel de quien la porta. Con un poco más de esfuerzo es mejor privilegiar la calidad insustituible de las prendas de fibras naturales, hágalo por su propio bien, que sean 100% algodón. Notará la diferencia y, además, le durarán más tiempo.
 Le invito a que lea las etiquetas de su ropa, de la que tiene ahora mismo. Profundice la información que le estoy dando y afine su educación como consumidor. Protéjase.

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