México: número 15 exportador

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-México: número  15 exportador
-Le toman ventaja al país
-Las reformas que no hay

 La lista de la Organización Mundial del Comercio (OMC) ubica a México en el décimo quinto sitio entre el grupo de los principales países exportadores del mundo. Es significativo, México está flaqueando en la pelea por captar mercados.
 En el anuncio más reciente  de la OMC, los siguientes son los diez países con mayor capacidad exportadora al cierre del 2006: 1) Alemania. 2) Estados Unidos. 3) China. 4) Japón. 5) Francia. 6) Holanda. 7) Reino Unido. 8) Italia. 9) Canadá. 10) Bélgica.   La lista continúa con: 11) República de Corea. 12) Hong Kong. 13) Rusia. 14) Singapur. 15) México; entre otros más.
 Desde que dio inicio la transformación de la estructura económica en México, con la orientación de un modelo de sustitución de importaciones, hacia otro modelo favorable al sector exportador como motor del dinamismo (el año 1986 es muy relevante con la inserción al GATT) sucedió una  reducción arancelaria de forma consecutiva; después llegó el NAFTA-TLCAN, la negociación y puesta en vigor el primero de enero de 1994; se logró entonces hablar del “boom” de la industria manufacturera, del cambio en la composición del sector exportador al despetrolizarlo pasó a exportar valor agregado proveniente de las manufacturas.
 Entonces, el mundo volteó a mirar a México “ante el milagro del tratado con Estados Unidos y Canadá” otros países, sobre todo de la región, buscaron primordialmente con Estados Unidos emular los pasos de México. La estrella en el firmamento era clara, estábamos posicionados entre las 10 economías exportadoras del mundo; las 10 que mayor Inversión Extranjera Directa (IED) captaban; entre las 10 economías con mejor carta de presentación por los analistas y corredurías para invertir; y por último, no olvidar, entre las 10 economías con desarrollo desigual que más prometían para el futuro.
 Empero, pasó el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, y el espejismo de ser miembros de la OCDE, socios de primera de Estados Unidos y Canadá con el NAFTA-TLCAN, reposicionados en América del Norte, fue perdiendo la fuerza minando la solidez del posicionamiento de México en el Norte y nublando la inteligencia para ver la ventaja de la diversificación.
 ¿Qué nos faltó? Lo mismo que al modelo de desarrollo estabilizador que tanto se culpa de los males de los ochenta, es decir, faltó la capacidad de realizar  la reforma del Estado, la reforma fiscal y  económica, todas traducidas a políticas públicas efectivas; y desde luego, limpiar la casa del germen de la corrupción.
El modelo actual, volcado hacia el mercado externo, tiene sus aristas buenas y malas, sus oportunidades,  costos y beneficios como podemos evaluarlo  igualmente en el desarrollo estabilizador, ambos tienen sus detractores y defensores. No obstante, a ambos se les está condenando al mismo derrotero, al del fracaso, evidentemente sucedió con el del desarrollo estabilizador y se corre el riesgo actualmente de hacerle lo mismo al  modelo de mercado externo al dejarlo huérfano de las reformas y en manos de la corrupción que se lo va carcomiendo a pasos agigantados: en menos de diez años pasamos de una economía exportadora estelar, entre los diez más fuertes, a ir quedando en el rezago, año con año, un país asiático desplaza a la economía mexicana en sus participaciones exportadoras.
A COLACIÓN
 Caso sintomático el de México, no basta con ser socio en el papel de Estados Unidos y Canadá, hay que ejercer la mayoría de edad mandando en el mercado. En el sexenio del presidente Ernesto Zedillo, los especialistas advirtieron de la cercanía de China en el Norte de América, de la penetración de los productos, los costos, las innovaciones, las facilidades para maquilar y entregar la mercancía aunque haya medio mundo de distancia geográfica y horaria.
 Durante el sexenio de Vicente Fox, se dio prioridad a la palabra, la imagen, las relaciones públicas más que a la implementación de programas y políticas, los resultados son dramáticos, “nos desinflamos”.
 China aprovechó el contexto geopolítico con los atentados del 11 de septiembre del 2001, para pedir a Estados Unidos que dejara de poner trabas para la inserción de ésta en la OMC. Ya es historia, sucedió la inserción y comenzó la invasión acelerada de mercancías chinas, primero desplazaron a México, como socio comercial  de Estados Unidos; luego hicieron lo mismo con Canadá principal socio de la Unión Americana.
 El embate del dragón sigue acelerándose de la mano de las reformas económicas emprendidas por el gobierno para insertar a China y a su población entre los mejores y mantenerlos en el ritmo de la competencia. México se insertó, pero no pudo sostener la competencia porque no se han hecho las reformas prudentes para ello, no es únicamente abrir más el mercado, ni siquiera basta con un TLCAN Plus como dijo insistentemente Fox. 
GALIMATÍAS
 Décimo quinto sitio en el ranking exportador, ¿significado? Vendemos menos, las empresas orientadas al mercado exportador tienen problemas de stock, dificultades para colocar la producción y resulta ridículo ser en el papel “la economía más abierta del mundo” con más de 43 países con los que México tiene algún tipo de acuerdo comercial y depender de las altas y bajas del ciclo económico de un solo país: Estados Unidos.
 China por ejemplo, no crea dependencias, más bien multiplica su presencia y ahora es la primera economía no miembro de la UE que exporta e importa a los europeos.
 Tampoco todo es cuestión de diferencias en costos laborales, hay forma de compensar el que la mano de obra en México sea más cara que en China, y para ello emerge el rol fundamental de la política fiscal, una reforma que no se hizo a fondo, ni en la década de los cincuenta o sesenta y que vamos al 2010 sin nada en las manos.
 Estos días leemos en la prensa que Agustín Carstens, titular de Hacienda, estará próximo a enviar al Congreso una propuesta de reforma fiscal.
 La gente lo lee y de entrada espera una ola de impuestos, más persecución fiscal, apretar las tuercas con el IVA y sentir que su escaso salario a penas le alcanzará; el sector empresarial lo lee también y de entrada siente nervios de saber qué maraña propondrá el gobierno en el ISR. Y es que si seguimos ubicando  en México que reforma fiscal es solo maniobrar con el IVA y el ISR pues entonces veremos  a más países desplazarnos y de nada servirá el NAFTA-TLCAN ni tantos acuerdos; tendremos que tirar por la borda otro proyecto de país porque no alcanza para el largo plazo, ni el modelo hacia adentro, ni el modelo hacia afuera.
 

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