Se realizó la presentación de “Cuentos violentos”, antología de Norma Lazo

Una antología de cuentos muy
gozables y de distinta
textura narrativa
Foto: Cortesía Ediciones Cal y arena

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 30 de marzo de 2007. Anoche se llevó a cabo la presentación de “Cuentos violentos” (Cal y arena, México, 2006), antología preparada por Norma Lazo, en el “Café 22”, en la colonia Condesa, en la que participaron, además de la antologadora, Julieta García y Bernardo Esquinca.

Respecto del tema de la antología, Lazo señala en “El malestar perpetuo”, texto introductorio a la misma: “Dicen que ninguna experiencia es tan avasalladora como la del amor erótico, pero a veces la emoción provocada por la ira puede alimentar de sentido a las oscuras fauces de la insignificancia: la venganza como la pasión más intensa. El odio como el amante que jamás traiciona. La violencia como ejercicio de lo cotidiano”.

Así, doce escritores fueron convocados a nutrir esta selección: Juan Villoro, Guillermo Fadanelli, Eduardo Antonio Parra, Rafael Antúnez, Héctor de Mauleón, Adriana González Mateos, Álvaro Enrigue, Luis Arturo Ramos, Claudia Guillén, Naief Yehya, Gabriela Vallejo Cervantes y J. M. Servín.

Según explicó Lazo, sólo el texto de Luis Arturo Ramos no es nuevo, exclusivo para esta antología, sino que lo retomó de su libro “Los viejos asesinos”. Agregó que Enrique Serna también fue convocado, pero que, por estar inmerso en la escritura de su próximo libro, no pudo participar.

Por último, Norma Lazo hace una advertencia al lector en el texto que abre “Cuentos violentos”: “Difícilmente encontrarás en estos doce relatos al amor como el brioso motor de la vida. Pero sí a su contraparte; el odio, el malestar perpetuo, que se erige en motivo para significar a una vida inasible de por sí”.

No obstante, cabe mencionar que los cuentos reunidos son muy gozables y de distinta textura narrativa, de elaborada intencionalidad y no hacen un panegírico de la violencia, si acaso sólo la tratan superficialmente o de manera sesgada; en todo caso, la violencia sólo es el pretexto literario para escribir, para exorcizar algún Mefistófeles interior.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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