Juan Reynoso, músico de Tierra Caliente, gloria nacional

El disco contiene numerosos pasajes
 o fragmentos donde el virtuosismo
 de don Juan resplandece a plenitud
 Foto: Azteca21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 13 de marzo de 2007. Son pocos los hombres que se vuelven legendarios, que pasan a la tradición oral de un país o de una región de manera natural, como si no fuera otro su destino: tal es el caso de don Juan Reynoso Portillo, que en vida gozó de tal categoría. Tras su muerte, acontecida en enero de este año, el mito le tiene reservado un lugar en la historia de la música de la región de Tierra Caliente, sobre todo la de los estados de Guerrero y Michoacán, que amaba entrañablemente.

Así, los documentos y registros adquieren una importancia capital, pues contribuyen a brindarnos una idea más precisa y real de la magnitud de su obra, de su calidad interpretativa y de compositor, de su labor como músico por esas tierras de Dios, que realizó durante casi ochenta años, si nos atenemos a sus primeros contactos con el violín y hasta su muerte, cuando se acercaba a la centuria.

Por ello, resulta extraordinario poder escuchar al músico guerrerense en un disco que nos ofrece también la posibilidad de conocerlo más a través de sus propias palabras y de varias fotografías, incluidos estos últimos materiales en el cuadernillo que acompaña a ese disco titulado simplemente: “Juan Reynoso. Son, gusto, pasodoble, fox, vals de Tierra Caliente” (Ediciones Pentagrama, México, 1997), grabado en vivo en el Auditorio de los Gobernadores, del Museo Regional de Chilpancingo, Guerrero, en mayo de 1997, donde precisamente se acaba de realizar un homenaje en su memoria el pasado 2 de marzo.

El disco incluye quince temas: “Amor”, de Isaías Salmerón, “La loca” de Juan Bartolo Tavira, “Inocente Galindo”, de Juan Reynoso (J.R.), “El guachito”, de J.R., “No sean tan bobos”, de Isaías Salmerón, “Al ver que te adoro tanto”, D.R., “Esperanza”, de Isaías Salmerón, “Amatepec”, letra de Florencio Valentín Rojas y música de J.R., “Son de don Juan”, J.R., “Fox de Isaías”, Isaías Salmerón, “Conchita Mora”, de J.R., “Czardas”, de De Monti, “Ella”, letra de Osvaldo Basil y música de Domingo Casanova, “Sangre artista”, de Isaías Salmerón, y “Rúbrica”, de Isaías Salmerón.

Por supuesto, el disco contiene numerosos pasajes o fragmentos donde el virtuosismo de don Juan resplandece a plenitud y que corroboran fehacientemente por qué su compadre Víctor Guzmán Negrete lo bautizó, en una justa palinodia, como el Paganini de la Tierra Caliente –anécdota que narra don Juan a Modesto López, que está recogida en el citado cuadernillo–.

De esta manera, “Juan Reynoso. Son…” es un valioso disco que nos proporciona un elocuente muestrario del arte musical del también conocido como “Juan el Guache” y testimonios del inmortal músico, de sus hijos Javier y Hugo y de Francisco Díaz Varela, quienes tocaron con él en esa sesión de mayo de 1997, así como algunas fotografías, de Modesto López, además productor del fonograma.

Para fortuna de todos los que amamos nuestra música y admiramos a ese gigante calentano del violín, aún hay ejemplares en el mercado de este maravilloso disco. Consígalo antes de que se agote y escúchelo atentamente, pronto sentirá el pecho henchido de orgullo: ese prodigioso músico es mexicano, una gloria nacional, ni más ni menos.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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