Las finanzas de Mickey Mouse

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-Las finanzas de Mickey Mouse
-Turistas, lo piensan dos veces
-Recuperación y estrategias

 

 Entre el terrorismo, los huracanes, el auge de la xenofobia, el recrudecimiento de las medidas de seguridad y los abusos, el turismo enfrenta muchos avatares para seguir siendo una actividad boyante en Estados Unidos, un país que por muchos años fue el segundo destino más visitado del mundo y que últimamente dejó de serlo desplazado por España.
 El problema en Estados Unidos es que al turista se le ha puesto al nivel de terrorista, muchas personas no evitan sentir una enorme incomodidad por las inspecciones en garitas, puentes aduanales, puertos y aeropuertos. Cualquiera con actitud “rara” puede ser sometido a un intenso interrogatorio por encima de sus propios derechos humanos sobajados por el Estado anti-terrorista de la Unión Americana.
 Muchas arbitrariedades son  denunciadas. Los medios de comunicación difunden las arbitrariedades a los turistas  y no faltan los comentarios entre amigos, familiares y conocidos de alguna mala experiencia confrontada en las vacaciones en un destino vacacional estadounidense. Las quejas más recurrentes son del mal trato de los prestadores de servicios, de actitudes xenofóbicas y de rechazo a los turistas que por el hecho de hablar en español son catalogados como inmigrantes, y de paso terroristas, en una peligrosa combinación utilizada en contra.
 Las historias negativas abundan, desde la persona que fue detenida en el aeropuerto por actitudes inquietantes;  parecer un árabe; tener apellido árabe; por mal responder a un oficial o mostrar siquiera un poco de impaciencia ante tantos controles; y unas más increíbles como la de un amigo que hace poco fue detenido por una patrulla por estar fumando a fuera del mall donde su esposa hacía compras. A los agentes les  pareció demasiado sospechosa tal parsimonia.
 Toda esta combinación funesta está haciendo mella en el turismo y en el turista. Hoy en día la gente se la piensa al menos dos veces para decidir si de verdad desea vacacionar con su familia en determinado punto de la Unión Americana. Se sopesa desde el engorroso trámite del visado, hasta las 3 horas y 30 minutos previas para la documentación al avión y las otras tantas horas para salir libre de preguntas, inspecciones y revisiones al llegar al aeropuerto del destino elegido.
 Generalmente los mexicanos (fuera de los traslados fronterizos que  realizan cotidianamente los ciudadanos ubicados en ambos lados de la frontera México y Estados Unidos), han sido turistas de Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Chicago, Nueva Orleáns y primordialmente de Miami y Orlando.
 Son mexicanos y latinoamericanos  los visitantes asiduos a los parques de diversiones, el de Disneyland en Anaheim, California y el de Walt Disney World en Orlando, Florida.
 No obstante, desde el parteaguas del 11 de septiembre del 2001, es demasiadas  cosas se han alterado (comenzando por la geopolítica) entre éstas los flujos de visitantes mexicanos y latinoamericanos a la Unión Americana, principalmente en los parques Disney.
A COLACIÓN
 En los últimos años la cuenta bancaria de Mickey Mouse ha tenido números rojos, no es sólo culpa de la caída en el número de visitantes, sino del fracaso en el exterior de la apertura de parques Disney, el de París en crisis permanente enfrentado a la competencia del Asterix y Obelix; y el de Hong Kong que no acaba de convencer a los asiáticos.
 Después de muchos altibajos, el año pasado el grupo Walt Disney obtuvo un breve respiro financiero gracias al impacto de la película Cars y de la segunda parte de Piratas del Caribe.
 De octubre a diciembre, la compañía reportó ganancias por mil 701 millones de dólares, más del doble que los beneficios obtenidos el mismo periodo del 2005.
 La facturación llegó a 9 mil 725 millones de dólares un 9.8% más respecto del mismo lapso del ejercicio anterior. El grueso de los ingresos se dividió por ramo en: media networks 3 mil 911 millones de dólares; parks and resorts 2 mil 489 millones de dólares; studio entertainment 2 mil 633 millones de dólares; y consumer products 692 millones de dólares.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 La multinacional ha tenido muchos desatinos acrecentados porque la propia política interna en Estados Unidos, del poco trato al turista, les aleja a niños y familias que no sólo van a gastar en los parques sino en todo la mercadotecnia montada en los restaurantes, otras atracciones y desde luego en los hoteles. Si lo redondeamos son miles, millones de empleos gracias al turismo.
 Además, a los comentarios que de boca en boca circulan para recomendar o no  un lugar, cada año con mayor frecuencia suceden en los parques distintos accidentes, de distinta magnitud y consecuencia, unos mortales. Hecho que lleva a la mesa el tema de qué tanto, verdaderamente, son seguros los parques de diversiones, a la escala de Disney, imán de chicos y grandes con juegos más violentos y extraordinariamente sorprendentes por los desafíos a la gravedad, la adrenalina y la velocidad.
 De esta forma en las noticias se informa de la preocupación por el juego Misión Espacial en Epcot (la construcción de este juego costó 70 millones de dólares) que el año pasado causó la muerte de un niño de 4 años y los malestares, mareos y desmayos también sucedidos de forma esporádica a otras personas que ingresan al juego. Igualmente, la torre del terror al poco de inaugurarse, registró en su interior el deceso de un adolescente. Por desgracia los mayores incidentes suceden en las montañas rusas, en junio del año pasado, un niño de 12 años falleció en  la rock 'n' roller coaster.
 En los hospitales de la ciudad de Orlando se podría escribir la “otra historia de Disney”, pasando de la  famosa diversión del mundo familiar de la mano del “ratón miguelito” y de cenicienta, a la cara de la  angustia y el dolor para las familias ante el sufrimiento de un hijo o de un ser querido, con la factura incluida por supuesto, porque en Orlando o en Anaheim nadie se va sin pagar la cuenta del hospital.
 Pero ahora quieren limpiar la mala fama y ante la presión de empresarios ligados al turismo, desde al año pasado inició una cruzada para recuperar el número de visitantes en Estados Unidos, principalmente en Nueva Orleáns todavía con las secuelas de Katrina y en  Disney en Orlando y California.
 En agosto pasado se puso en marcha la “iniciativa de viajes del hemisferio occidental” y el de “viajero confiable” a fin de reducir el tiempo de emisión de un visado.
 En tanto que en el “mundo Disney” con el lema “construido para familias, hecho para recordar” se busca  recuperar la afluencia y salvar las finanzas del grupo.

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