El quinquenio del euro

 

POR LA ESPIRAL
   Claudia Luna Palencia

-El quinquenio del euro
-Trece con una sola moneda
-La UE crece hasta 27

 
 El primero de enero del 2002, la moneda única de la Unión Europea (UE) salió finalmente a la circulación marcando un hito para el sistema monetario internacional y anunciando en primera instancia un bimonetarismo, preludio de una cesta de monedas muy a futuro.
 Un quinquenio después, el euro celebra un aniversario  desangelado y todavía con mucho escepticismo entre buena parte de la población que ha sentido un golpe en su economía personal, de una reducción de su poder adquisitivo, que explican por una caída en sus salarios y un alza en los precios.
 Los economistas defensores de la zona euro descalifican tal sentir con números y estadísticas que sostienen más la bonanza, aunque apretada eso sí, del esfuerzo unificador.
 Lo cierto es que Eurostat debería revelar cuántas empresas pequeñas, micro, medianas y grandes se dieron en la bancarrota tras el 2002, esas que no soportaron tal afán.
 Por el euro se ha hecho un sacrificio importante que de momento realizan solamente trece de veintisiete economías metidas en el conglomerado europeo. Algunos analistas interpretan que la alicaída economía germana (una de las turbinas del crecimiento europeo)  ha sido  víctima del euro: en el 2003 el PIB de Alemania cayó 0.2%; en el 2004 se recuperó  marginalmente con un  0.8%; 2005 el PIB creció 1.1%; y las cifras preliminares del 2006 indican  un PIB del 2.5 por ciento. 
 Es interesante que Alemania empiece a dar tirones, habrá que observar su actividad industrial y la vinculación con el sector exportador para contestar si la  recuperación es fiable. El Bundesbank espera un crecimiento del 2% para este año.
Por lo pronto, hace 18 meses hablábamos de quince economías formando la UE y de éstas doce formando la eurozona (Alemania, Bélgica, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia) recientemente se añadió Eslovenia al euro, en tanto que, la UE es un conglomerado virtual de 27 Estados unificados con la inclusión de los países de Europa del Este. Turquía sigue luchando por formar parte de la UE, de hecho comenzó solicitándolo mucho antes que España lo hiciera.
 Fundamentalmente un primer balance es de 27 países unificados y trece usando la moneda única. Mientras Gran Bretaña sigue aduciendo que su población no quiere decirle adiós a la libra para justificar el letargo de la adopción, en caso contrario, Lituania y Eslovaquia se han pronunciado a favor de su puesta en vigor y sólo esperan la aprobación de la Comisión Europea (CE).
A este cumpleaños, el euro llega con noticias de que el valor de los billetes en circulación casi se ha triplicado, de los 221 mil millones del 1 de enero del 2002 a los 595 mil  millones de octubre pasado.
 A COLACIÓN 
La CE destacó los cinco años de circulación del euro recalcando las ventajas económicas con "niveles de inflación y de tipos de interés que, para muchos países, nunca habían sido tan bajos".
Al mismo tiempo distintas encuestas revelaban que el euro no es del todo aceptado entre su población, que sigue realizando sus operaciones mentales para efectos mercantiles en sus antiguas monedas y que no entiende por qué un billete de 50 euros se gasta tan fácilmente en operaciones cotidianas y pequeñas, obrando aquí un efecto psicológico como sucede igual en las nóminas.
Una encuesta de Eurobarómetro realizada en 12 mil personas reveló que el 81% de los entrevistados (todos ciudadanos de la zona euro) asocian la moneda única con alzas de precios.
Igualmente, The Financial Times dio a conocer los resultados de un sondeo que señala que una mayoría de los habitantes de Francia, Alemania, España e Italia siente que el euro ha perjudicado a sus economías nacionales.
 “Más de la mitad de los ciudadanos consultados en los países grandes de la zona euro dijeron que preferirían usar sus monedas anteriores. En Francia, Italia y España, más de dos tercios de los encuestados  creían que la moneda única había tenido un impacto negativo sobre su economía”.
 Así es que el joven euro tiene muchos retos por delante para demostrar que una unión monetaria tiene sus ventajas, a pesar de los malos presagios de los agoreros de la Casa Blanca.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 La Unión Europea (UE) es, hasta ahora, un caso sui generis de integración voluntaria entre países que históricamente han estado confrontados entre sí por los apetitos imperialistas y los deseos de dominación.
 La formación de la unión en el tiempo ha tenido claras consecuencias en el sistema mundial que, inmerso en la globalización, impulsa la formación de nuevos bloques económicos, comerciales y monetarios.
 La UE posee un importante rol específico como mecanismo de contrapeso al poder de Estados Unidos y, al mismo tiempo, mediante la Unión Monetaria se erige como impulsor de un nuevo orden monetario internacional que  busca alterar el monopolio constituido por el dólar como divisa mundial.
 Para las economías del Este recién incluidas en la UE y que desean converger a la moneda única, primeramente deberán cumplir durante dos años con todos los criterios de convergencia de Maastricht: A) En política cambiaria, primordialmente con el criterio de un margen de fluctuación de 2.25% de la moneda nacional durante los últimos dos años y no haber devaluado. 2) En política económica vigilar una reducción del déficit público, el cual no debe ser mayor a 3% respecto al PIB a precios corrientes; la inflación no puede superar en más de 1.5 puntos porcentuales la media de las tres más bajas de la UE.
 Desde su aparición, el euro se ha convertido en la segunda moneda a nivel internacional y representa 20% de las operaciones mundiales en divisas. Esto se debe, en primer lugar, a la dimensión de la economía de la zona del euro, que representa 15.5% del PIB mundial: ligeramente por debajo de  Estados Unidos (21%), pero muy por encima de Japón (8%).
 En términos de comercio en la zona del euro, la mitad de las operaciones de comercio exterior en esta zona se realiza en la moneda única.  No obstante, un año después de la introducción de billetes y monedas en euros, esta moneda aumentó progresivamente su importancia como moneda de facturación.
 En lo que se refiere, a la utilización del euro en el sector público, más de cincuenta países disponen actualmente de un sistema de cambio que toma como referencia al euro, ya sea individualmente o junto con otras monedas. Y diversos bancos centrales comienzan a abrir sus reservas a euros también.
Para cinco años, al euro se le exige demasiado, ya aprendió a gatear,  camina con algunos tambaleos pero se sostiene y estoy segura que va a correr.

 

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