México: polos contrarios

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia

-México: polos contrarios
-Región Norte es boyante
-El otro lado del país

 

 La brecha del crecimiento y desarrollo entre el norte y el sur de México nos persigue en el siglo XXI a la sazón de una herencia maldita, ni el TLCAN con las bondades prometidas por sus negociadores han podido cerrar la zanja cada vez más profunda para la otra cara de un país que se desdibuja en varios otros, donde lo mismo se ubica al municipio de más alta rentabilidad per cápita y al de la contracara del capitalismo con cifras de Kenia o Nigeria.
 El tren del crecimiento nacional está fragmentándose en dos partes de forma notoria: una ligada al ciclo de la producción y el crecimiento estadounidense, con sus beneficios y daños; y otra con enormes cualidades naturales empero sujeta a una economía de enclave, con sus beneficios y daños.
 El caso es que ha sido un error tratar por igual al norte y el sur  con políticas públicas insuficientes para mejorar la distribución del ingreso, todo lo contrario privilegiar las concentraciones de forma peligrosa en una región históricamente ligada a la explotación servil.
 Está claro que si queremos embonar estos dos rostros de México no puede serlo sino se provocan políticas especiales para el sur o bien especular sobre el futuro del país cuando las regiones y los regionalismos empiezan a tomar sentido en el mundo y aventurarnos a desdibujar un norte como parte de la Unión Americana y un sur como parte de Mesoamérica.
 Lo que tenemos en la actualidad con datos concisos es que el año pasado la  región Norte recobró su dinamismo.
 De acuerdo con un análisis elaborado por Estudios Económicos de BBVA Bancomer, la región Norte se beneficia de su cercanía con Estados Unidos y es una de las más abiertas, con una presencia  de maquiladoras que la liga fuertemente a los mercados internacionales.
 El BBVA Bancomer explica que si  bien durante el 2005 la región fue afectada por los impactos de la desaceleración de la demanda externa, en 2006, le ayudó el mantenimiento del ciclo de expansión de la economía norteamericana, en especial en el sector industrial, y la recuperación de la  demanda interna.
Así en datos estimados, el norte habría logrado el año pasado un PIB promedio  del 5.7 por ciento.
En cuanto a las  cifras oportunas, éstas señalan que el mercado laboral de la región dejó atrás el estancamiento de hace dos años.  La mejoría en la creación de empleos continuó en los primeros siete meses del 2006 de la mano de un crecimiento importante de unidades económicas, en especial medianas y grandes, lo que hace que se visualice entre las más dinámicas del país.
A este respecto, BBVA Bancomer puntualiza que una fuente adicional de impulso es la recuperación paulatina que muestra la ocupación en la industria maquiladora.
De esta manera el crecimiento del empleo en la región Norte, de forma preliminar, fue en promedio del 8.3 por ciento.
A COLACIÓN
 En la misma línea, la región Noreste mostró el año pasado su reactivación económica sustentada en el  complejo manufacturero que, si bien está vinculado mayormente con el mercado interno, también acude de una forma destacada al externo dado que entre otras industrias de la región que venden al exterior, se asienta parte de la automotriz, la cual se ha caracterizado en los últimos trimestres por su dinamismo exportador.
 En el análisis, BBVA Bancomer explica que las  últimas cifras de la coyuntura “permiten observar avances firmes en la tendencia de recuperación que venía mostrando la región desde la  última parte del 2005. La creación de empleos siguió fortaleciéndose, aunque a un ritmo menor a como lo ha hecho la del país en su conjunto, pues aún no está presente en su totalidad el impulso extra que podría darle una recuperación más rápida del sector exportador”.
El año pasado la región Noreste registró de forma preliminar un PIB promedio del 5% y un incremento del 7% en el empleo total.
 Por el lado de la región Occidente, el sustento principal el año pasado descansó en tres factores: 1) El sector industrial, vinculado principalmente al mercado interno pero también con una concurrencia importante al externo. 2) La  preponderancia nacional de su sector agrícola. 3) Su característica de ser la principal receptora en el país de remesas provenientes de los trabajadores migratorios.
 El año pasado la región Occidente habría alcanzado en promedio un PIB del 4.9 por ciento.
BBVA Bancomer indica que si bien durante gran parte del 2005 la economía de la región denotó una relativa pérdida de dinamismo, en el último trimestre empezó a recobrar ritmo ante aumentos en el empleo y en la producción manufacturera.
“Con el incremento que estos avances han producido en la ocupación y en la masas salarial, el mercado interno se ha venido fortaleciendo, pues han constituido un impulso adicional al que ya tenía por la importante derrama económica que deriva del flujo creciente de remesas que ingresa a la región”.
El año pasado, la creación de empleos en la región Occidente siguió expandiéndose con una tasa de crecimiento del 8.2% en el empleo, gracias a la tasa laboral en las  manufacturas.
La recuperación del empleo, el constante crecimiento de los salarios reales que esto conlleva, así como los ingresos por concepto de remesas del exterior (un tercio del total ingresado al país) son los elementos principales que coadyuvan a que el consumo privado mantenga una tendencia ascendente en la región.
GALIMATÍAS
 La región Sur Sureste, si bien mostró el año pasado una trayectoria favorable, BBVA Bancomer puntualiza que subyacen las secuelas negativas de los huracanes.
 “La región Sur Sureste se sustenta principalmente en los sectores primario y terciario. Su enfoque productivo es preferentemente hacia el mercado interno. Esto la aísla relativamente del ciclo externo, pero al mismo tiempo se ve favorecida por éste dada su relevancia nacional en las actividades  vinculadas al turismo extranjero”.
 El año pasado esta región logró de forma preliminar un PIB promedio del 4.2% con una caída del 0.5% del empleo en manufacturas. La mayor parte de las entidades ubicadas en este radio dependen del sector terciario de la producción, tienen aportaciones menores a la generación de valor agregado y su sector primario de la producción sigue reduciéndose.
 A pesar de la riqueza petrolera, hídrica, en biodiversidad y recursos naturales, el sur-sureste  mantiene un perfil de crecimiento inferior al promedio nacional.  Seguir ignorando este desfase es apostarle al tren del olvido para millones de mexicanos a la espera de subirse a la modernidad, siempre y cuando los incluyan, claro está.

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