El fiasco de Air Madrid

POR LA ESPIRAL
   Claudia Luna Palencia

-El fiasco de Air Madrid
-Volar barato, puede salir caro
-De Gol en Brasil a lo de España

 El mercado de las aerolíneas de bajo costo es realmente nuevo, demasiado joven, acaso tres años como novedad, desarrollándose en varios países, surgiendo en paralelo a la golpeada industria aeronaval que ha tenido que sacrificar gastos en  personal, nómina, reducciones administrativas, pérdida de prestaciones para hacer frente primeramente al terrorismo; segundo, al shock petrolero.
 Como una paradoja, hoy en día es mucho más barato encontrar boletos de avión en  viajes internacionales que hace seis o siete años, y en gran medida a esa tendencia han contribuido la aparición de las ABC (Aerolíneas de Bajo Costo)  o LCC (Low Cost Company).
 El punto es que hay un mercado de consumidores tradicionalmente descuidado por su bajo poder adquisitivo, ahora potencial por diversas razones, impulsando a que el sistema financiero se interese por ellos, lo mismo que las tiendas departamentales y hasta las líneas áreas de bajo costo que en América Latina buscan competir con las compañías de  autobuses para ganarles mercado; y en Europa con los trenes, dado que  son más caros los trayectos en tren en Europa que un pasaje  de avión interno o bien para volar a otro destino dentro de la misma Comunidad Europea.
 En tres años de irse conformando la industria internacional aérea de bajo costo, el boom es espectacular, miles de usuarios mensualmente, millones de pasajeros anualmente, utilizan cada vez más el bajo costo impactando en la forma en cómo el paseante potencial pensaba de forma tradicional, esto es, elegir primeramente un destino por diversas razones: culturales, históricas, de atractivo, descanso, placer, por una nueva forma de elección, la de  salir de viaje porque simplemente aparece una oferta irresistible por el costo del pasaje de avión.
 Hasta este punto la historia  parece fantástica con ofertas tentadoras,  irresistibles, boletos para el aire a precios increíbles, una invitación para que jóvenes y familias enteras que antes no podían viajar al extranjero porque su nómina no se los permitía, lo hicieran ahora.  Sin embargo, la miel sobre hojuelas requiere que las autoridades del ramo estén muy atentas en cada país con aerolíneas de bajo costo acerca del cumplimiento por parte de éstas de dos aspectos: mantenimiento y servicio, dos razones de quejas constante contra las ABC o LCC en diferentes países.
 La crisis de Air Madrid, en España, en estos días es indignante, y me parece injustificable que las autoridades, el Ministerio de Fomento en España, aguardara hasta llegar a Navidades (con toda la facturación vendida desde meses atrás) para presionar por la cancelación de la licencia de Air Madrid, cuando desde hace ocho meses Fomento conocía que la aerolínea de bajo costo enfrentaba problemas de mantenimiento y seguridad, una combinación de riesgo para los pasajeros; y de pésimo servicio con retrasos de hasta 12 horas, cancelación de vuelos, pérdida de equipaje de los pasajeros, y mala atención abordo por parte del personal.
 Entonces esa asociación, la del bajo costo resulta perversa, porque el pasajero sabe de entrada que está pagando únicamente por el asiento en el avión y que esto no le cubre ningún tipo de servicio, porque lo demás en caso de solicitarlo corre  por su cuenta como pagar por beber o comer; e incluso tener que aguantar los retardos.
 Es preocupante, porque lo del bajo costo resulta demasiado caro para el pasajero dado que se arriesga la vida misma y la de los seres queridos. Pasó en este 2006, a punto de fenecer, con la exitosa aerolínea Gol en Brasil: un Boeing 737-800, de la aerolínea Gol colisionó en el aire con un jet ejecutivo.  En  el accidente, el peor desastre aéreo de la historia de Brasil, murieron todos los 154 ocupantes del Boeing.  En medio de la tragedia y el dolor unos a otros se culpan.
A COLACIÓN
 La locura la viven los pasajeros de Air Madrid en los aeropuertos de Barajas en Madrid y en el de Barcelona.
 Con largos meses de anticipación, los pasajeros, en su mayoría inmigrantes en España de origen latinoamericano, adquirieron boletos  para viajar en las fiestas de Navidad  para  visitar a su familia.
 Desde el día 15 de diciembre se ha vivido prácticamente un amotinamiento de los pasajeros de Air Madrid que debieron abordar hacia Ecuador, Venezuela, Colombia, México pero que se han quedado en tierra tras conocerse la decisión de suspensión por parte de la Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento.
 ¿Por qué Fomento esperó hasta diciembre si desde agosto pasado las autoridades hicieron una inspección y no quedaron satisfechas? Es inexplicable que a sabiendas que no se cumplía con las revisiones pertinentes, con el mantenimiento requerido para los aviones, ni la seguridad demandada en atención a la normatividad contra el terrorismo y el servicio es pésimo, se permitiera vender más de 400 mil billetes de avión de Air Madrid hasta febrero del 2007. ¿Quién responderá a la gente con pasajes comprados para dentro de dos meses?
 Desde el anuncio de suspensión de la licencia, cerca de 12 mil pasajeros se quedaron en tierra el viernes 15 de diciembre y han debido esperar familias enteras, hasta 72 horas para ser reubicadas en vuelos especiales.
SERPIENTES Y ESCALERAS
 El impacto llega hasta México, con cientos de viajeros afectados.
 Fue a mediados del 2005 que Air Madrid obtuvo la autorización por parte de las autoridades mexicanas para operar en el país, en el aeropuerto de Toluca, Estado de México; a unos 65 kilómetros del Distrito Federal.
 Se trató del principio de la autorización por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para dar el banderazo al surgimiento de las aerolíneas de bajo costo de empresarios mexicanos ofreciendo rutas nacionales.
 De esta forma, a partir de julio del 2005, la SCT otorgó la concesión a Click, Avolar, Interjet, Volaris y Air Madrid.
 El anuncio de las tarifas bajas y competitivas se justificaron por medio de: 1) Uso de aeropuertos secundarios y reducción de tiempos en plataformas. 2) Uso intensivo de aviones de alta tecnología. 3) Eficiencia en operación. 4)  Rutas de alto tránsito. 5)  Venta electrónica de boletos. 6)  Sólo hay clase turista en los vuelos.
 En México, según datos de la SCT, las aerolíneas de bajo costo buscan captar el mercado de los pasajeros que viajan por vía terrestre; las ABC o LCC pretenden inicialmente el 1% de ese mercado, 24.5 millones de pasajeros, muy atractivo en términos de dinero, a lo que las autoridades deben exigirle cuidar por la vida de sus pasajeros.

 

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