“Los hilos secretos de las élites”, de Francisco de Paula León Olea

Un libro que
aboga por finiquitar
el financiamiento
a los partidos
 políticos
Foto: Azteca21

Por Gregorio Martínez Moctezuma
Corresponsal Azteca 21

Ciudad de México. 5 de noviembre de 2006. Indudablemente, nuestro país vive una etapa crucial desde el punto de vista político-social. 2006 pasará a la historia como un año definitorio para la convivencia ciudadana y la consolidación de la democracia o, en su defecto, como el inicio de la continuidad de un sistema político bajo el sello del panismo que poco difiere en sus planteamientos político-económicos –y en sus resultados– del que el priísmo implantó y mantuvo en la mayor parte del siglo pasado.

En este sentido, también será un año muy fructífero en cuanto a la edición de libros que cuestionan, critican y/o evalúan el desempeño del presidente saliente o del Gobierno del Distrito Federal. Así, ahora y en pocos años, los estudiosos e investigadores de estos asuntos tendrán mucha tela de donde cortar.

“Los hilos secretos de las élites. Disección de la clase política desde la ciudadanía” (Grijalbo, México, 2006), de Francisco de Paula León Olea, se suma a esa amplia bibliografía suscitada en estos tiempos difíciles que atraviesa el sistema político mexicano y su cima, la Presidencia de la República.

El autor, un hombre interesado en todo lo humano, como quería Terencio, es empresario, filósofo, político y compositor de música sinfónica, centra su análisis en la necesidad de refundar nuestra democracia y nuestro sistema de partidos políticos a partir de su propia experiencia política, como un ciudadano comprometido con su tiempo y con su patria.

Así, insiste en la necesidad de terminar con los privilegios de una élite que se ha privilegiado excesivamente desde hace tiempo y que concentra mucha de la riqueza que se genera en el país. Dice que no es cuestión de distribuir la riqueza, sino de generarla más equitativamente y de manera natural ésta fluirá hacia todos los niveles.

Otro aspecto interesante es su punto de vista acerca de la financiación a los partidos políticos, señala que se debe terminar con ella y de esta manera evitar que se siga accediendo a la política más con una ambición de beneficio personal que de servir comprometidamente al país.

Cabe señalar que el subtítulo del libro no se cumple, si acaso, advierte algunas características generales de las élites, pero no las somete a un examen puntual ni exhaustivo. No obstante, incluye unas notas inicial y final muy provechosas para estos momentos coyunturales de gran envergadura dirigidas al ciudadano que resultara electo Presidente de la República –el libro se imprimió en septiembre de este año–.

En ellas, Francisco de Paula León Olea afirma que esos poderes de las élites ahogan muchas de las iniciativas emanadas de la ciudadanía y que el control político y económico de éstas resultan sumamente graves para el futuro del país. Sin embargo, se muestra optimista y manifiesta su confianza en que se realice, ahora sí, el verdadero cambio que necesita el país. Señala con claridad los males que nos aquejan; con optimismo, indica que aún se puede revertir el daño causado a la democracia por el gobierno saliente. Enfatiza el peso de la participación de la ciudadanía en los venideros tiempos. En resumidas cuentas, aporta su granito de arena –reflejo de su convicción y lucha democráticas– en la visión del México que necesitamos en esta difícil etapa política que atraviesa el país.

Comentarios a esta nota: gregorio.martinez@azteca21.com

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