Buenos días ciudadano Fox

  POR LA ESPIRAL
        Claudia Luna Palencia

-Buenos días ciudadano Fox
-El peligro de los saldos sociales
-Escasos aciertos en el sexenio

 

 Como en la muerte, la cita es ineludible, los que gozan del poder público también están sujetos a un ciclo y éste se cierra para Vicente Fox, que hoy se amanece como un ciudadano más, con la diferencia de tener el poder económico para costearse el pago del hospedaje de la suite presidencial del Hotel Camino Real, unos 10 mil dólares por noche.
 El ciudadano Fox no lo tiene del todo fácil, aunque haga del Rancho San Cristóbal una fortaleza de seguridad con el grupo del Estado Mayor Presidencial asignado para tal encomienda, la de vigilar por la seguridad del ex presidente, Fox tendrá que enfrentar los reclamos de la gente defraudada por votar por él hace seis años, y entregarle  un “cheque en blanco” cargado de ilusiones, esperanzas por los grandes cambios, los tangibles, los que se traducen en bienestar y en calidad de vida.
 Dudo mucho que el rancho San Cristóbal ubicado en San Francisco del Rincón,  en el estado de Guanajuato, se salve de convertirse en escenario de protestas y marchas de personas denunciantes del timo del que hemos sido objeto.
 Fox fue un servidor público ubicado al más alto nivel, al que los ciudadanos le pagamos por sus gastos, incluidos los de dos familias, cuya ineficacia como cabeza de la administración pública y jefe del Ejecutivo fue de tal magnitud que estamos pagando los costos de una factura de la que los mexicanos no somos responsables. Ha sido producto de la mente de un hombre rebasado por la realidad, los hechos, por el propio cargo, al que no le basta con “ser bonachón” ni hablarle a la gente con palabras pueblerinas. El México que gobernó Fox forma parte de su imaginación infantil, con todos los logros presumidos y la paz anunciada.
 Lo sabemos desde adentro, no se calla más hacia afuera. Tengo en mis manos el  periódico ABC, edición del jueves 30 de noviembre del 2006, este periódico de derecha  dice lo siguiente: “Vicente Fox dejará mañana de ser el presidente de Foxilandia, ese México feliz y sin problemas que sólo ha existido en la mente del mandatario”.
 El ciudadano Fox tiene problemas de percepción de la realidad eso bastaría para varias asesorías psiquiátricas, aunque yo creo que su problema deriva de una mala medicación, y por ello la negación del entorno y la forma ilógica para reaccionar ante  los hechos, las críticas y la interpretación de los fenómenos como el migratorio al que el ex presidente  señala jubiloso por el lado de las cuantiosas remesas recibidas por millones de familias mexicanas.
 Pero sigo con el ABC que dibuja al México de los albores del siglo XXI  “un país dividido políticamente, tembloroso ante la violencia sin límite del crimen organizado  y anhelante de esas reformas que permitan vislumbrar remedios para la pobreza”.
 En resumen el periódico español destaca de Felipe Calderón: “El nuevo mandatario hereda un México políticamente dividido, fracturado en lo social y de economía incierta”.
A COLACIÓN
 El mayor handicap contra el ex presidente Fox surge de sus inconsistencias, lo que más criticó el político guanajuatense como gobernador de Guanajuato, precandidato y candidato a la Presidencia, fue lo que más abrazó y legitimó como eje conductor de la Nación: el salinismo y el zedillismo fueron reconocidos por sus “logros económicos”; los ejecutores tecnócratas que participaron en ambas administraciones pasadas fueron requeridos para orientar al nuevo gobierno de Fox en distintas áreas, algunos ejemplos, Carlos Salomón Cámara, ex titular de la Lotería Nacional, trabajó en sendas asesorías en la oficina de la entonces vocera Marta Sahagún; también sucedió con funcionarios de primer orden de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que trabajaron para el entonces presidente Ernesto Zedillo, y que Fox, como candidato, señaló de complicidad en el rescate bancario, pero después fueron contratados por el presidente Fox para desempeñar diversas funciones en la parte social del Gobierno Federal.
El mayor error fue destacar “el gobierno del cambio” pero nutriéndose de las mismas bases neoliberales y corruptas que él tanto denunció en sus discursos de campaña.
Fox prometió como candidato que de ganar no habría cabida para los funcionarios del pasado participes de actuaciones con sendos costos sociales. Empero, siendo presidente,  el ajuste de cuentas nunca llegó, más en cambio  había que pagar la factura por los alicientes hacia el poder y se concedieron facilidades para la venta privada de Banamex a Citigroup con una magnánima exención de impuestos por 30 mil millones de pesos; se aceptaron todo tipo de recomendaciones como el caso de Francisco Gil Díaz, para ocupar la titularidad de la Secretaría de Hacienda; el ex presidente Carlos Salinas de Gortari retornó a la esfera nacional después de un exilio autoimpuesto en el sexenio de Zedillo; Raúl Salinas de Gortari, el “hermano incómodo”, fue liberado; y el capítulo del rescate bancario quedó validado por el régimen de Fox con urgencia de dar el carpetazo final con sello de cerrado y clasificado.
GALIMATÍAS
Los errores iniciales arrancaron  de un Gabinete mal conformado por personajes de bajo perfil. Después siguieron con la presentación del Pronafide 2000-2006 que intentó funcionar de plan de desarrollo a partir de la construcción de escenarios condicionados a la aprobación de las reformas o bien a la ausencia de éstas.  Nunca operó.
Además, en este sexenio, profundizamos la dependencia de las finanzas hacia el petróleo y a la correlación con la economía de Estados Unidos, a lo que se añade un factor de suma importancia por su alcance social: la aceleración de la expulsión de la mano de obra mexicana hacia la Unión Americana y la explosión de las remesas. Un hecho que no es para presumir sino para recapacitar y crear un nuevo modelo de desarrollo para el campo mexicano.
También de preocupación, en este sexenio profundizó la brecha de la desigualdad en el ingreso, la baja salarial y la polarización entre el crecimiento del norte y el sur del país, continuamos con una mala distribución de la riqueza que Fox pudo contribuir a mejorar si hubiera tenido la visión de proponer, consensuar y defender, una política fiscal redistributiva. Lo mismo sucedió con el salario que principalmente mermó en técnicos y obreros en las maquilas y de otras áreas de la producción.
Es una pena tanto tiempo mal utilizado, los recursos financieros desperdiciados en un entorno internacional que proveyó a México de liquidez, algo que puede revertirse en el nuevo sexenio.
En fin, bienvenido a la realidad ciudadano Fox.

 
 
   

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