Turismo rural gourmet

POR LA ESPIRAL
   Claudia Luna Palencia

-Turismo rural  gourmet
-Vanguardia y creatividad
-Lugares con encanto alterno

 Crece y es tendencia, no moda pasajera, me refiero al turismo rural que parece bifurcarse en muchas vertientes, ramificaciones preciosas para acercar al ser humano con el entorno natural, borrarle momentáneamente el rostro urbano, de piedra y smog, para adentrarlo con el origen mismo en busca de la naturaleza olvidada.
 Hemos dedicado muchos renglones relatando experiencias propias o compartidas acerca de “la otra forma de hacer turismo”, aquella que nada tiene que ver con la playa, los monumentos históricos o los lugares comunes.
 Hágame caso amigo lector, si usted está pensando en su retiro, en iniciar una vida en pareja, está desempleado o bien acaba de egresar de la universidad, en este difícil mundo de déficit laborar, el retorno al campo mexicano vestido de abandono ofrece muchas más alternativas dentro de 20, 30, 40 o 50 años que quedarse en una ciudad.
 Debemos creer y apostarle al turismo rural, ése en el que no es imprescindible ser un milloneta para construir un campo de golf o rescatador altruista de Haciendas, porque basta sólo con un poco de inversión, echarle mucha creatividad, visión y trabajar intensamente para crear un caso de éxito.
 España que es toda una potencia turística ofrece un buen ejemplo, basto y muy amplio al respecto.
 El turismo rural aprovecha todas las temporadas, se adapta a las  épocas del año, luce todos los ciclos: desde la primavera hasta el invierno.
 En la actualidad,  octubre y noviembre, son buena temporada para la cosecha de hongos y setas en diversas regiones españolas, esto brinda una movilidad turística importante para lugares aparentemente poco atractivos pero que con un poco de imaginación se convierten en oro molido.  Créamelo.
Hagamos una cadena de valor: puede ser un hostal de no muchas habitaciones, estilo bed & breakfast, de tres recámaras cada uno con baño, estancia muy acogedora, de preferencia con chimenea, pensión alimenticia incluida, de buena sazón y calidad de los productos, más una serie de actividades que tampoco deben ser tan sofisticadas porque lo esencial es incentivar el contacto del ser humano con el origen: el agua, la tierra húmeda, los cultivos, los animales, los paisajes hermosos, el atardecer, la puesta del sol, simplemente la calma.
Las actividades son variopintas, desde un viaje en tractor, aprender de los cultivos, tomar explicaciones al respecto de los insecticidas, pesticidas, de lo maravilloso de la tierra misma; y hacer actividades al aire libre, un poco de caminata, montaña, ciclismo, y si hay presupuesto para la inversión del hostal se puede contar con una piscina techada, go cars, cuatrimotor o paseos en caballo.
La intención es darle todo incluido al huésped, que no tenga preocupaciones durante el  tiempo de su estancia, sea un fin de semana, tres días o más.
El turismo rural ofrece futuro en la medida en que logra  redondearse una cadena de valor.
Si observamos a España, casi siempre  tiene buena afluencia de visitantes en busca del turismo rural. Párrafos arriba le comentaba, amigo lector, que está en auge la temporada de setas,  la gente se vuelca a visitar Soria en busca de un fin de semana de relajamiento, degustación y conocimiento tras el niscalo, el boletus y la amanita cesarea.
Los paradores y hostales ofrecen alojamiento, media pensión alimenticia o completa, más actividades  por precios desde los 800 a los 950 pesos diarios, y es tan divertido porque el huésped rompe con el entorno urbano directo a sumergirse en el verde del campo a buscar setas. Desde luego un guía experto explicará las distinciones adecuadas, las comestibles y no, y el huésped irá al campo con el guía en busca de esas emociones minúsculas  en una cesta cargada de ilusiones.
Después de una buena jornada, el retorno con la cesta a tope, es el preludio de la comida, entonces el  huésped dispone de una serie de alternativas para consumirse las setas que cortó.
Es fabuloso, mucha gente va a por las setas, es la revelación de una hebra, de las visibles, en la  madeja del turismo rural que en España sigue  a la alza, un 35.9% en lo que va del 2006.
A COLACIÓN
 ¿Y si lo hacemos en México con todo ahínco? Rescatar al campo para darle otra connotación, aprovechar la liquidación del trabajo, la pensión entregada, la independencia de los hijos o las remesas enviadas por el familiar, poner el campo a trabajar y encontrar una forma de vida.
 Hagamos rutas de interés, los mexicanos somos excelentemente buenos para la hostelería,  para atender a la gente, para exaltar la imaginación, la creatividad y los sentidos.
 Con un país tan hermoso sobran las alternativas, la fresa es una: los  productores de fresa del país sembraron en el ciclo Otoño-Invierno 2005/2006, alrededor de 3 mil 346 hectáreas de la hortaliza, una  variación superior de 24% respecto de lo que cultivaron en el 2004/2005.
El principal estado productor de fresa es Michoacán, seguido de otras regiones del país, como  Baja California y Guanajuato.
La fresa mexicana es una hortaliza deliciosa que lo mismo puede comerse dulce,  salada, chilosa, en nieve, en sorbete, en helado, hasta usarla en terapia para la piel en un SPA rural. ¿Qué le parecería encontrar un fin de semana en un parador, chalet, hotelito u hostal que versara todo alrededor de la fresa, que usted la cortara con sus manos, y luego se la pudiera comer en todas las versiones que eligiera para su preparación, o incluso ponérsela en la piel para una exfoliación?. Así es, aprender de la fresa, verla en su estado natural, admirarla, cosecharla y después comérsela.
El aguacate es  otro manjar que puede potenciar el turismo rural además de a Michoacán a muchísimas comunidades rurales del estado de Morelos como Ocuituco, Tetela del Volcán, Yecapixtla, Zacualpan de Amilpa, Totolapan, Tepoztlan, Tlanepantla y Cuernavaca.
El aguacate también posee gran variedad para su preparación  o inclusive utilizarse en la cosmetología SPA.
 Y si de setas se trata, para parafrasear el turismo de esta especie en España, pues México igualmente tiene lo suyo.
 En el país hay más de 100 productores de setas, que desde septiembre del 2004, se reunieron en Toluca, Estado de México para realizar una evaluación de las prioridades de este subsector a la vera de que alguien del gobierno encamine un programa de apoyo.
 En vez de aguardar lo que no obtendrán, la iniciativa debe ser personal buscando los frutos del turismo rural, es un consejo para los productores de  Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla y el Distrito Federal.
  Hay que usar la creatividad, que las setas al ajillo son deliciosas.
 

 

Redacción Azteca 21

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