¿Cuándo el euro en A.L?

POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
 

-¿Cuándo el euro en A.L?
-Bancos centrales no reaccionan
-Beneficios en doble vía

 ¿Se ha preguntado amigo lector por qué el euro no ha entrado todavía a  la mayoría de las tesorerías de los bancos centrales? Vayamos a la reflexión.
El euro tiene toda una categoría de divisa internacional, una opción real ante un sistema financiero mundial acostumbrado por razones geopolíticas al dólar como divisa, una fuente que resultó cara, condicionante y ahora desvalorizada.
 Los bancos centrales de América Latina siguen en el letargo para reaccionar a una apertura de las arcas nacionales y pasar de reservas en  dólares y  oro, a la introducción del  euro como divisa de acumulación,  compensación entre las cajas de los propios bancos, incentivo de fondos de inversión en euros, tanto para  personas físicas como morales.
 Igual puede estimular las coberturas en euros para los empresarios que participan en el comercio con la Unión Europea.
 Es interesante notar que ni siquiera los propios analistas de la región de América Latina (muchos con tendencias de la CEPAL) han analizado y criticado la falta de reacción de los bancos centrales, de los propios entes reguladores financieros para aceptar que la intromisión del euro permitiría dar un bálsamo a la inversión europea en la región, fomentar las relaciones comerciales América Latina versus la Unión Europea, sea en la parte del tratado con México o en el marco de las negociaciones con el MERCOSUR.
 El euro proporciona una forma óptima de diversificar los riesgos en la región, al compensar las pérdidas del dólar con el euro y viceversa.
 Si bien algunos ensayos relacionados con la apertura financiera en la región hacen alusión a los  diferentes procesos, los éxitos y fracasos,  no obstante pasan de largo en destacar que las reformas financieras fomentadas en buena parte de la década de los noventa en América Latina fueron únicamente favorables a la presencia del dólar.
 Algunos textos como el escrito por María Cristina Penido de Freitas y Daniela Magalhaes Prats en “la experiencia de apertura financiera en Argentina, Brasil y México”, publicado en la revista de la CEPAL hacen alusión a las diferencias reformadoras en estos tres países, y coincido en que la calidad de las reformas llevaron a resultados posteriores en unos casos desastrosos como México y Argentina.
Empero, las autoras no valoran que la  desregulación ignoró al euro. Curiosamente pasó en México y Argentina, dos economías con una fuerte presencia del dólar, en cambio en Brasil, el  Banco Central do Brasil si bien mantiene sus reservas en dólares, no permitió la apertura de operaciones en dólares a personas físicas y morales, ni fomentó un incremento en los cocientes de dolarización en su economía.
Me parece que intuitivamente lo hizo mirando más hacia el eje Unión Europea-euro en el mediano  o largo plazo.
De manera analítica considero que la introducción del euro sobre de los sistemas bancarios latinoamericanos tendría los siguientes efectos: 1) Un efecto catalizador sobre el desarrollo de los mercados de bonos monetarios integrados de Europa.  2) Incentivaría la competencia entre los bancos y otras fuentes de financiamiento.  3) La mayor competitividad de los bancos y sistemas financieros en general incrementaría  la eficiencia en la asignación de recursos  y, a la larga, estimularía  la inversión y la creación de empleos. 4) El euro puede convertirse en una fuente alterna de financiamiento para América Latina.  4) El papel que juegan las instituciones financieras europeas en América Latina. Concretamente, desde el punto de vista de España, instituciones como  BBVA y BSCH, son bancos muy fuertes en México, Argentina y Colombia.  Las relaciones financieras encontrarían un impulso en el euro. 5) Los bancos centrales empezarían a ajustar sus reservas, dependiendo de la fortaleza de cada moneda, con la idea de diversificar riesgos.  6) Por razones comerciales, hasta el momento, la mayor parte del comercio entre Europa y América Latina es en dólares. Teniendo al  euro como referencia aumentaría el número de contratos por el lenguaje común monetario.
 A la fecha, en la Unión Europea la Comunidad tiene  una política neutral respecto de la internacionalización del euro.
De acuerdo con datos de Bélgica, Bruselas, desde la introducción del euro, su participación en reservas oficiales en moneda extranjera aumentó  desde el 13.5% en 1999 a casi el 20% en 2003.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la participación del dólar aumentó de  forma constante hasta 2001, alcanzando cerca del 67%, pero desde entonces retrocedió moderadamente a alrededor de 64% en 2003.
De acuerdo con datos de principios de diciembre de 2004 del Banco para Acuerdos Internacionales (BPI), miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) redujeron el porcentaje de sus depósitos en dólares de 75% en el tercer trimestre de 2001 a 61.5 por ciento.
En las decisiones involucradas habrían contado factores que iban desde la devaluación del precio real del petróleo, al estar éste definido en dólares, hasta el temor de millonarios musulmanes de un posible embargo de sus cuentas en Estados Unidos como parte de la guerra contra el terrorismo y contra el financiamiento del mismo.
En el foro de Davos, Suiza del año pasado,  representantes chinos de instituciones públicas y privadas hablaron de las devaluaciones sucesivas del dólar y de los problemas que eso causa, planteando como alternativa un sistema basado no en una sola moneda de referencia, sino en una canasta que incluya el euro, el yen y el dólar.
Uno de los pasos más recientes en este proceso es la sucesión de medidas iniciadas con el anuncio del Banco Central de Rusia de  que a partir de noviembre de 2005, ya no se basaría en la paridad del rublo con el dólar, sino en una canasta que incluye al euro.
En tanto en América Latina, Cuba adoptó al euro para sus transacciones comerciales, para sustituir al dólar, y fomentar el turismo con la Unión Europea.
También en 2005  Chile dio a conocer discretamente que los bonos emitidos serán preferentemente en euros, cuando que antes estaban nominados en dólares.
 En contraste, cuando a  funcionarios mexicanos del sector financiero se les cuestiona  al respecto, la respuesta es que la absoluta mayoría del petróleo nacional tiene como mercado a Estados Unidos, y eso determina seguir totalmente con el dólar, pese a sus devaluaciones.
En el propio foro de Davos, Suiza, de la edición 2005, Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México,  defendió  la política de acumular las reservas en dólares, pese a la actual fortaleza del euro. ¿Le parece entendible?.

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